La jugada maestra de los Messi
En toda historia hay un héroe y un villano. Así lo tenemos grabado en nuestro inconsciente colectivo. A Messi todavía le quedan tres o cuatro años de vida futbolística en la élite. Su salida del FC Barcelona, a mi parecer planificada desde hace mucho, no podía dejarlo ante el mundo como un avaro interesado y egoísta, tenía que quedar como una víctima de cara a sus seguidores y así poder llegar con la cara lavada y sonriente a París, donde le espera un lienzo en blanco, un equipo amigo muy reforzado y un cheque gordo, además de otras cortesías que revisaremos más adelante.
La jugada fue maestra, al final se creó toda una confusión hablando de culpables, incluyendo a Tebas y Laporta, quienes a toda lógica serían los primeros interesados en mantener a Messi en la Liga, por lo que él representa mediáticamente y lo que aporta deportivamente. Ceferin, Bartomeu y hasta Florentino Perez fueron también incluidos en la lista de las culpas, esa palabra tan fea que debería sustituirse por responsabilidad. Porque al final, todos los involucrados son responsables de la situación. Cada uno en su ámbito ha podido ceder más, en algún u otro aspecto o momento, cuando las negociaciones se trancan es por responsabilidad de todas las partes.
Las lágrimas de Lionel en la rueda de prensa fueron auténticas, seguramente, la ruptura de una relación de 20 años es fuerte, sea la causa que sea, hay muchas emociones encontradas y separarte de tus compis de toda la vida es muy duro. Pero esa tierna escena le dio a Messi un salvoconducto emocional.
Definitivamente Messi ya no tiene nada que demostrar a nivel de clubes, lo logró todo con el Barcelona, seguramente hubiese querido obtener un par de Champions League más, pero precisamente eso es lo que estaría buscando en un club como el PSG, cuasi-absoluto dominador de la Ligue 1, una liga dispareja y poco retadora. Es evidente que el PSG se ha trazado la meta de la conquista europea e internacional, toda la inversión hecha no es para ganar la liga doméstica otra vez. Así las cosas, Messi podrá relajarse un poco en las 38 jornadas francesas, que es su día a día, seguramente se activará más cuando enfrente al Lyon, Marsella, Mónaco y Lille, pero su foco estará en los 15 juegos de Champions League. El otro foco de Lio estará en prepararse de manera óptima para Qatar 2022, quizás hoy el trofeo más codiciado de Messi, y que además pareciera ser su última oportunidad de conseguirlo. Para ello cuenta con la venia de su compatriota Pochettino, quien le dará todas las facilidades para cumplir la agenda de la albiceleste, y aunque se fuese Pochettino, esta deferencia está en el contrato.
Pero la jugada de los Messi no termina aquí. Saben que ya se les acaba el tiempo de recibir sueldos, después de exprimirse en el fútbol élite quizás haga un año en la MLS pero no más. Por lo tanto es momento de ir armando el negocio post-carrera, y que mejor manera de aumentar orgánica y aceleradamente tus seguidores e influencia si no es con un cambio de aires? Habría que ver lo que representa este cambio de camiseta y ciudad a nivel mediático. No solo el PSG se beneficiaría de esta unión, Messi recogerá de un día para otro decenas de millones de seguidores en sus redes sociales, lo que es gasolina para el futuro, donde seguramente vivirá de patrocinios e influencia.
Creo firmemente que lo que hizo Messi es lo correcto para su carrera personal, yo solo critico las formas y los tiempos, que terminan siendo tan importantes como la decisión de irse del club catalán, pues dejó un caldero hirviendo en la que fue su casa por más de 20 años. Un mensaje de retos deportivos y personales, a tiempo, hubiese sido más elegante, quizás un trago amargo pero honesto y momentáneo. Por ahora, esta estrategia de quedar bien con Dios y con el diablo les salió bien a los Messi, a Lionel y a su padre y flamante agente Jorge.
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