Refugiados sirios: Sin territorio ni esperanza
Una de las grandes consecuencias del conflicto bélico en Siria es el desencadenamiento de la mayor crisis migratoria en Europa, después de la ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial.
El flujo desmandado de más de un millón de inmigrantes sirios a territorio europeo ha significado un gran problema mundial, frente a esto, la respuesta indiferente y desinteresada de la Unión Europea (UE), es resistirse a recibir las solicitudes de asilo por parte de los refugiados, con excusas ligadas netamente al tema económico y cultural.
La estrategia planteada por la UE para aliviar la crisis de los refugiados es expulsar a los expatriados a Turquía, a cambio de recibir ayuda humanitaria para sostener y alivianar este problema, además, afianzar los estudios para la integración de los turcos en la UE.
Actualmente Turquía alberga a dos millones de refugiados sirios, si se pone en marcha este plan la cifra aumentaría a tres millones, un número difícil de sostener. Según los argumentos del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, no permitirán que dicho país se vuelva una cárcel abierta.
Las infinitas penurias que viven los refugiados desde el momento que dejan territorio sirio, hasta que llegan a la cerca que les limita el paso a Grecia u otro país de la UE son indeseables para cualquier ser sobre la faz de la tierra. En el camino a la tierra soñada han muerto más de cinco mil inmigrantes, algunos en el Mediterráneo y otros en el extenso terreno turco.
Las realidades de los campos de refugiados no son reseñadas por los medios internacionales. Pocos hablan de los viles tratos que reciben las personas que hacen vida en esas poblaciones, como los son los ataques recibidos por grupos xenofóbicos y segregacionistas, vejaciones y humillaciones a cambio de una ración de comida, o las violaciones y asesinatos llevadas a cabo por las “autoridades europeas”. Todo esto bajo la mirada arrogante de la UE.
Según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados –ACNUR-, al menos cuatro millones de ciudadanos sirios se encuentran en campos de refugiados en Oriente y Europa. Sin embargo, muchas de estas ciudadelas urgidas de asilo, se encuentran fuera de los dígitos señalados por dicha agencia.
De las debacles no se aprende nada, así como el sionismo israelí pone en práctica en palestina las técnicas aplicadas por la Alemania nazi en contra del pueblo judío; el continente europeo le cierra las puertas al mundo que le daba cobijo a sus habitantes cada vez que el euro entraba en crisis. Europa, el primer mundo, “garante” de los derechos humanos, el continente esclavo del capital, atado a “líderes” que no ven más allá de lo intereses económicos, es testigo de cómo la elite política de la UE le da la espalda a una población que solo pide un poquito de paz, una tierra estable, un lugar para soñar.
A la memoria de Aylan Kurdi y los más de mil niños muertos en el Mar Mediterráneo.
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