Desde Bolivia:
Yo, tu, ella, el, nosotros, no confiamos
Desde que éramos niños siempre escuchamos en tertulias familiares, charlas serias o coloquios fraternos decir; este es un corrupto, este otro es un narcotraficante, la policía protege a los delincuentes, los políticos son mafiosos, TODOS tienen cola que le pisen y muchos otros términos poco honrosos.
Después de más de 4 décadas, vemos que este vocablo sigue estando presente, y es más en ningún ciclo por muy pequeño que fuese, estuvo ausente. En base a esto, decidí raspar la olla para ver, ¿QUÉ ES LO QUE PASA? A riesgo de no encontrar respuestas o que las mismas respondan de manera parcial y no total a mis inquietudes.
Empecé a desglosar los conceptos y definiciones, una por una. Hasta llegar a la disyuntiva, como mis buenos amigos canadienses la llaman, un Cul de Sac (calle sin salida). La gente corrupta corrompe instituciones o las instituciones corrompidas, corrompen a sus miembros y componentes.
Quise buscar ejemplos de la vida diaria, empezando por uno de los elementos que más valoramos en nuestro diario vivir, nuestra seguridad.
Nos sucede algo en la calle, ¿a quién llamamos primero, a un amigo, familiar o la policía? Estoy seguro que el 99% de la población evita tener a un policía cerca, ya que es sinónimo de corrupción y chantaje. Inspiran MIEDO, no seguridad.
Tengo un trámite sobre mi vivienda, me aproximo a la Honorable Alcaldía Municipal, después de poner el primer pie en el mesón de informaciones, empiezo a evidenciar que esta institución de honorable no tiene nada. Coimas, mordidas, pagos extras, sobrefacturaciones, procesos de licitación poco transparentes y más, son elementos que la componen, la conforman y la manejan. Cuando tengo un negocio, empresa o comercio los evito para no verme FORZADO a pagar intereses y multas, con o sin razón.
Seguiremos avanzando, ¿CONFÍO EN MI GOBERNADOR?
Durante este último tiempo, no he conocido una oposición partidista que sea tan funcional al oficialismo, esto ha llegado a tales niveles que las pocas conquistas políticas que hemos tenido en estos últimos tiempos, prácticamente se las debemos a la sociedad civil, especialmente a los jóvenes que decidieron tomar banderas y salir a las calles para defender un Estado de Derecho.
Mi gobernador es líder cabeza del mayor reducto opositor en ejercicio y la verdad sus señales son tan débiles que evidencian signos claros de pactos políticos entrelazados a raíz de una variedad de intereses cruzados.
Vamos a las instituciones que DEBERÍAN ser autónomas e independientes, Corte Nacional Electoral (CNE), Banco Central de Bolivia (BCB), Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Instituto Nacional de Estadística (INE), Contraloría General de la República (CGR) y varios más.
Preguntemos a cada ciudadano boliviano si confiamos en los dictámenes y los reportes de estas instituciones, que a la fecha nos han mostrado que son altamente manipulables .Es más me animo a aseverar sin dar espacio a la duda que al día de HOY, no existe un solo juez o fiscal que pueda resistir los embates de una sola llamada del entorno de gobierno para sugerirles una línea de acción o imponer su orden e instrucción.
Después de lo descrito anteriormente concluimos que el elemento CONFIANZA fue, es y será, la eterna ausente en todos los entornos que conforman nuestra nación.
Con esto, ¿qué futuro nos espera? Si sabemos que el elemento CONFIANZA, es la columna vertebral para la formación y consolidación de los Estados.
Lanzo una pregunta a todos los lectores: ¿Qué hombre o mujer se compromete y jura fidelidad a una pareja en la que no confía? ¿Quiénes de ustedes pondrían los ahorros de su vida en un Banco en el que no les transmite confianza? Lo mismo a los grandes inversores, ¿invertirían parte considerable de su patrimonio en un país en el que no confían? La mayoría no lo haría, excepto aquellos que tienen intereses NO transparentados dentro de ese vínculo o relación.
Este cuestionamiento es constante, estamos conscientes de la ausencia de este gran elemento en nuestras vidas, familia, entorno y gobierno. Quizás ya nos hayamos acostumbrado a que esta ausencia sea un elemento inamovible y perecedero, de los muchos que asumimos siempre estarán ausentes y nunca podremos incorporarlos en nuestra identidad. Como diría mi abuela desde siempre, DESCONFÍA y acertaras.
Al mismo tiempo no logro dilucidar una respuesta al gran dilema. Somos corruptos porque el Estado es corrupto, o el Estado es corrupto porque los ciudadanos que conformamos estas instituciones tenemos una naturaleza corroída.
De todas maneras el resultado de esta reflexión nos lleva a evaluarnos como agentes sociales, unos con toda la intensión de que el elemento CONFIANZA sea parte de nuestra nueva identidad y los otros que tienen intereses muy claros que la ausencia de confianza perdure por siempre
Aún así el lema sigue vigente. Construyamos instituciones confiables, solo así construiremos PATRIA.
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