Apología venezolana

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Vivimos en Venezuela sistemáticamente desde hace más o menos diecisiete años de los peores regímenes que se han visto en la historia de la humanidad: la autocracia, representada en el Totalitarismo o en un régimen híbrido o seudodemocracia como lo pueden calificar los autores de hoy en día. Al final, tenemos democracia tanto como Estado descentralizado: Solo en la constitución y no en la práctica.

La ciudadanía venezolana a diario hace un esfuerzo por sobrevivir la peor crisis de la historia del país a cargo de Nicolás y los demás malandros que a él acompañan. Violación sistemática de Derechos Humanos a cuanto ciudadano venezolano haya sin importar raza, credo, condición social ni ideología política. Para Maduro y su cúpula corrupta se ha hecho una tarea ensañarse en contra la ciudadanía venezolana hasta terminar de robarse lo poco que a Venezuela le queda en recurso tangible y material.

Lo único con lo que no han podido acabar es con la esperanza y las ganas de construir un mejor país. Una mejor Venezuela que está en la mente de cada niño que se le va su juventud hablando de colas, escases y términos peyorativos como bachaqueo o guarimbas que lo que han hecho es intensificar la división social implementada por Hugo Chávez y continuar fortaleciendo el rechazo que tiene Nicolás Maduro como el peor gobernante de la historia venezolana.

Algunos ciudadanos son más amedrentados que otros. Todos estamos presos en un país sin oportunidades, ni insumos, ni medicinas. Otros atraviesan la misma crisis desde La Tumba, El Helicoide, la Penitenciaria General de Venezuela o Ramo Verde. Y es a ellos a los que me refiero con estas líneas. Son a los presos políticos venezolanos a los que esta vez buscamos hacer referencia como ejemplo de ímpetu, voluntad, constancia y amor por Venezuela.

Hace muchos años, un personaje griego llamado Sócrates, enfrentó el juicio más barbárico de la historia humana para los momentos ya que, se le acusaba de corromper a la juventud a través de su discurso y no creer en los dioses en los que se creía para entonces. Sócrates, con una defensa excelsa – Por eso la obra platónica se titula “Apología de Sócrates”, entendiendo apología como “Discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo.” Según la Real Academia Española- a través de su discurso, se defendió de aquel juicio absurdo del cual fue condenado a muerte.

Algo similar pasa hoy en Venezuela con los juicios que se les presentan a los valientes presos políticos venezolanos. Claramente la valentía y el coraje que demuestra cada estudiante, líder social o político que se encuentra tras las rejas ante la vejación, el maltrato o el simple hecho de estar tras las rejas es digno de veneración en pleno siglo XXI.

Quizás la voz más escuchada o la bandera de los mismos la lleva consigo Leopoldo López y su familia, por ser ellos quienes han dado a conocer la situación a instancias internacionales y, representar López la voz y la concordancia necesaria para hacer proyectar discursos en juicio que se equiparan a apologías de nivel socrático.

Sin duda Leopoldo López, los abogados venezolanos que defienden a diario las injusticias de nuestro país y la ciudadanía activa que se enfrenta al régimen en ejercicio diario y en conciencia son dignos homólogos de personajes como Sócrates en pleno siglo XXI. Es apológico las defensas que cada venezolano expone para defenderse de los atropellos y el vejamen del régimen autocrático de Nicolás Maduro.

Venezuela tiene un gran compromiso con cada joven preso, con cada líder secuestrado, con cada niño que muere de hambre, por cada joven prolongado con carencias y sin medicinas, por cada ciudadano que le atropellan sus derechos y le rebajan su dignidad, por cada uno de nosotros y nuestro sueño de recuperar la libertad y vivir en democracia.

“Más que por la fuerza, nos dominan por el engaño”

Simón Bolívar

Jilmir Valera
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