VINOTINTO TE CRITICO PORQUE TE QUIERO

Por Paola Méndez

 

El pasado martes se midieron Venezuela y Uruguay en el estadio “Cachamay” de Puerto Ordaz, encuentro correspondiente a la décimocuarta fecha de las eliminatorias de la CONMEBOL de cara al mundial de fútbol que se realizará en Brasil el año próximo.

 

El partido terminó con victoria charrúa por la mínima en suelo vinotinto gracias al gol de Edinson Cavani, que pone a los suyos en la pelea por los puestos de clasificación, ubicándose La Celeste en el 5to lugar (repechaje) y complicando a Venezuela que baja a la 6ta posición, y que ahora deberá jugar con el cuchillo entre los dientes para lograr como mínimo 7 puntos de los 9 que restan por jugar, así como esperar que los uruguayos no sumen más o iguales puntos que ellos en las siguientes fechas, ya que ambos se encuentran empatados en puntos (16) pero Uruguay tiene el beneficio de la diferencia de goles.

 

Venezuela con más posesión (y tiros al arco) que Uruguay, fue intrascendente, especialmente en la segunda parte. No se encontró claridad ofensiva para llegar al gol, aunque se intentó. Salomón Rondón, F. Feltscher y Aristeguieta (entró en la segunda parte por Frank F.) lucharon contra unos soberbios Godín y Lugano. Intentaron buscar cada balón y cada balonazo (sí, balonazo) pero fue imposible, no sólo por el buen planteamiento defensivo uruguayo, sino también por la imprecisión y la falta de claridad para entregar efectivamente esos balones largos.

 

 

Sorprendió lo poco preciso que estuvo Arango durante el encuentro. El alma del equipo, el que crea juego y distribuye balones, no tuvo su mejor noche y eso pesó. La Vinotinto no pudo herir ofensivamente a La Celeste, y los balonazos sin sentido sólo hicieron más confuso el juego, perdiéndose en el trámite el enfoque de los jugadores en el verdadero objetivo que era encontrar el gol.

 

Uruguay cedió la iniciativa a Venezuela, apostando por líneas defensivas relativamente juntas y su certero contragolpe, que una vez más dio frutos, bastando sólo con esa primera llegada de peligro en el primer tiempo (minuto 27) para llevarse los 3 puntos. Esa tradicional contra de libreto con jugada individual de Cavani, quién marcó una diagonal de derecha a izquierda, enganchando y dejando tirado a Cichero (incómodo en el puesto de lateral). A partir de allí, el objetivo uruguayo, más que encontrar el segundo tanto, fue defender el único gol del partido.

 

La Vinotinto tuvo la oportunidad de dar un paso más en lo que ha sido este largo camino al mundial y estoy segura que ellos, al igual que nosotros, desean con todas sus fuerzas llegar a Brasil, pero el desespero del cuerpo técnico aflora cuando la presión aumenta. 

 

 

A veces hay que volver a lo básico para encontrar el camino. Si el fútbol se juega con los pies, hay que apostar más a jugar con el balón en el césped, que por los aires. El juego aéreo no puede ser siempre la primera opción, sino más bien la segunda. No se puede confiar en  que siempre se conseguirá el gol a partir de una jugada a balón parado. Igualmente, se debe evitar colocar jugadores en puestos incómodos que no les resulten naturales, al menos no en un tiempo tan corto para aclimatarse como lo son las eliminatorias. El cuerpo técnico debe revisar sus tácticas para que ir al mundial no sea sólo ese sueño que une a un país tan dividido, sino una realidad.