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Jaime Bayly, sobre la muerte de Alan García: «El suicidio de Mozart»

Conocí a Alan García en 1984. Era diputado y candidato presidencial. Tenía apenas 35 años. Yo tenía un programa de televisión. Se llamaba «Conexiones». Pertenecía a una generación posterior a la de Alan: contaba 19 años. Lo entrevisté en una convención de

Jaime Bayly: «El hombre más despreciable del mundo»

Vine mucho a Miami en la segunda mitad de los ochentas. Pasaba por esta ciudad de camino a, o a la vuelta de, Santo Domingo, donde hacía un programa semanal de televisión financiado por los halcones de Washington (eran los años

Jaime Bayly: «La rendición del soltero codiciado»

Uno de los solteros más codiciados de Lima, asiduo protagonista de las revistas del corazón, seductor de las mujeres más atractivas de la ciudad, millonario, extravagante, playboy, uno de los últimos playboys, Rafael Buenaventura conoce a Mariana Arribas en una discoteca

Jaime Bayly: «El hombre de un solo huevo»

Por tercer año consecutivo, habíamos viajado a Montreal, y luego manejado dos horas al norte hasta un pueblito llamado Mont Tremblant, para celebrar mi cumpleaños el tercer lunes de febrero. El clima era benigno para los estándares canadienses, cero grados centígrados,

Jaime Bayly: «La hombría y el éxtasis»

Me hice aficionado al fútbol, a jugarlo y a verlo, a seguirlo por la televisión y en los estadios, desde muy niño. Mi padre deploraba o menospreciaba el fútbol, le parecía un juego vulgar, plebeyo, para brutos o bellacos. Vivíamos en

Jaime Bayly: «Carta a mi hijo James»

Querido hijo: ¡Cuánto me hubiera gustado conocerte! ¿Podríamos haber sido felices, muy felices? Quiero creer que sí. El destino nos negó esa suerte. Bien sabes que la vida es todo menos justa. Toda la vida soñé tener un hijo como tú.

Jaime Bayly: «El mundial que soñé»

Como era previsible, a Rusia, país anfitrión del próximo mundial de fútbol, le ha tocado un grupo fácil. A primera vista se diría que Rusia y Uruguay clasificarán con relativa facilidad. Espero que Uruguay forje la temprana proeza de encabezar el

Jaime Bayly: «Hoy serás mi jefa»

Martina tiene cáncer. Se está muriendo. Le queda poca vida. Ella lo sabe. No quiere estar en el hospital. Ha elegido no hacerse más tratamientos agresivos que la dejan muerta en vida, postrada, con náuseas. Quiere despedirse de la vida gozándola,
Guayoyo en Letras