EL ACCIDENTADO CAMINO A LA GLORIA

Por Juan Carlos Fernández

juegos-olimpicosCuando de preparación para unos Juegos Olímpicos se trata, los atletas venezolanos viven un verdadero viacrucis. Entre la falta de apoyo y los conflictos internos entre directivos, para los deportistas criollos, alcanzar el éxito olímpico significa una tarea más ardua de lo normal.

El 26 de octubre de 1968, en la Arena México, el púgil venezolano Francisco “Morochito” Rodríguez venció en la final del boxeo peso mosca al surcoreano Yung-Ju Jee, colgándose la primera medalla dorada en la historia del país. Venezuela tuvo que esperar 44 años para repetir la hazaña, esta vez de la mano del esgrimista Rubén Limardo, quien derrotó en la final de la categoría espada individual al noruego Bartosz Piasecki y se bañó de gloria en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

La historia de Rubén Limardo, como la de todos los atletas venezolanos, está cargada de particularidades y de obstáculos que debió superar. Desde que se inició en la esgrima a los 7 años, de la mano de su tío y entrenador Ruperto Gascón, Rubén enfrentó distintas adversidades. Por ejemplo, a los 12 años se lesionó la mano derecha con una patineta y tuvo que aprender a pelear con la zurda, además de cambiar el florete por la espada, un arma más rígida y pesada.

Pero quizás el mayor obstáculo en la carrera de Limardo vino en su proceso de preparación para la alta competencia. Ante los conflictos y el poco apoyo prestado por la Federación Venezolana de Esgrima, Rubén se mudó a Polonia a entrenar por su cuenta con un grupo formado por familiares y financiado directamente por el gobierno venezolano y otros patrocinadores. Como dijo el propio Limardo en una entrevista: “la Federación no aportó, sin el patrocinio no lo hubiera logrado, la cosa es que esa plata llega cuando ya eres alguien”.

El caso de Limardo es un solo ejemplo de lo que tienen que vivir los atletas venezolanos para poder participar en un evento de nivel mundial. La desorganización, los conflictos internos y la falta de apoyo, interfieren en el desarrollo y preparación de los deportistas en las distintas disciplinas.

48572 esgrima generalLa propia Federación de Esgrima es muestra de ello, en septiembre de 2010 fue intervenida por orden del Ministerio para el Deporte por los conflictos sufridos en las elecciones internas de la institución. Mismo caso con la Federación Venezolana de Judo, intervenida en noviembre de 2011 a raíz de una no rendición de cuentas desde el año 2009.

Aunque el caso más representativo es el de la Federación Venezolana de Voleibol. La crisis dirigencial dentro de la institución llevó a la renuncia de 7 directivos por encontrar inconsistencias en la rendición de cuentas, este caos afectó a los conjuntos de voleibol masculino y femenino que no pudieron coordinar la preparación necesaria y quedaron fuera de los olímpicos. Todo esto solo un ciclo después de haber asistido a los juegos y de haberse confirmado como una de las potencias de la región.

Estos conflictos han mermado, sin duda, el crecimiento del deporte nacional. “En Venezuela hay mucho talento, hay muchos chamos con calidad y ganas de sobra, el problema es la dirigencia”, afirmó el medallista Limardo.

Es posible que para el momento en que sea leído este artículo, algún otro deportista venezolano haya cosechado un éxito internacional. De lograrlo, se tendría que afirmar que más que conseguirlo por las instituciones deportivas, el triunfo se obtuvo a pesar de ellas. Esto lo dejó bien en claro Limardo cuando un periodista extranjero le dijo que opinara sobre qué necesitaba Venezuela para crecer deportivamente. Su respuesta, lapidaria: “Organización”

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