LA ECONOMÍA EN EL 2013
Por Luis Edgardo Rodríguez
De cada 100 productos solicitados, 16,3 no están disponibles en los anaqueles. Ante la escases, autoridades se debaten entre tomar medidas técnicas o populares.
Verdadera “revolución” en las finanzas venezolanas
Entre incertidumbre y rumores arrancó el 2013 en Venezuela. Con millones atentos y precavidos ante el posible escenario de devaluación y otros millones más rezando por la salud del Presidente Chávez. El caso del segundo, dicho por voceros del Gobierno, es estacionario, pero para el primero el tiempo es oro. Cuanto más tardan las autoridades en tomar medidas económicas, mayor es el desequilibrio fiscal.
Sin embargo, las decisiones se encuentran congeladas con la ¿ausencia? del jefe Ejecutivo, mientras la escases de divisas crece, propiciando desabastecimiento, disminución de la actividad productiva y aumento de la inflación, que para diciembre del 2012 cerró en 3,5%, siendo la más alta desde abril de 2009 cuando alcanzó 5,2%.
El pasado nuevo de enero, el Tribunal Supremo de Justicia ratificó, a través de una rueda de prensa, la legalidad y continuidad del mandato del presidente Chávez, aunque este no haya sido juramentado el día 10 de enero, como establece la Constitución. Con este motivo, se dio prolongación administrativa al actual gabinete de gobierno, el cual deberá encontrar la salida al problema de divisas. Pero el sector opositor reconoce como inconstitucional la decisión tomada por el cuerpo que preside Luisa Morales y ha hecho un llamado a entes internacionales, que mantienen la mirada fija en el país, por lo que el oficialismo posiblemente prefiera la precaución ante la toma de decisiones.
Además, a pesar del pronunciamiento del TSJ, la posibilidad de unas prontas elecciones continúa siendo real. Ante tal contexto, para el chavismo no sería factible poner en riesgo su popularidad social haciendo una devaluación que termine por aumentar los costos en un país que para el primer trimestre de 2012 registró un aumento de 64% en las cifras de importaciones, un gasto de 2,8 millones de dólares. Las compras en el exterior, hechas principalmente por el Estado, son, en su mayoría, de alimentos como leche en polvo, maíz, café, carnes de ave y bovina, arroz y azúcar. Todos parte esencial de la canasta básica y que tiempo atrás eran de producción nacional.
La devaluación es la salida más sensata si de economía se habla. Pero existen otras opciones, con las cuales el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, parece estar de acuerdo, prefiriendo hacer un recorte en los gastos por subsidios públicos, como el de la gasolina.»El gratis se acabó y el regalado se tiene que acabar», indicó Giordani en una entrevista hecha por VTV en noviembre del pasado año.
Patria socialista, modelo populista
Nicolas Maduro, vicepresidente no proclamado, y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, quedan al frente del gobierno de Chávez mientras este se somete en Cuba a tratamientos médicos, sobrevenidos por cáncer. Entonces queda observar hacia cuál camino sociopolítico enfocarán el cuarto mandato del Presidente, sin él al frente.
Un cambio en el modelo populista podría generar malestar entre los militantes del partido de gobierno, quienes disfrutan en su mayoría de los beneficios monetarios de las misiones. Y, aunque en los últimos días se ha visto como prevalece el chavismo sin Chávez, la historia podría ser otra si se pone fin al legado de regalías que el mandatario ha heredado a sus seguidores en los 14 años de gobierno.
Pero para poder ser eficaz, un plan de recortes también tendría que contemplar la administración de divisas extranjeras para dar prioridad a aquellos sectores que más las necesitan y restar a los gastos superfluos. De esta forma sería posible mantener el absurdo costo de la moneda, sobrevalorada.
Aunque insostenible a largo plazo, por ahora y mientras se instauran nuevas figuras líderes, los grandes préstamos, como los adquiridos en 2012, también ayudarían a la maquinaria roja a seguir funcionando. Eso sí, comprometiendo cada vez más la economía del país y conduciendo, a pasos agigantados, hacia un abismo fiscal.
Más temprano que tarde llegará la devaluación
Mantener en el nuevo año el mismo nivel de gastos públicos que en 2012 significaría el compromiso de más de la mitad del PIB. Por lo que las autoridades deberían preferir la devaluación de la moneda, si de beneficiar y, al menos, intentar estabilizar la economía se trata. Si los conocimientos técnicos logran posicionarse por encima de los ideales políticos, en este primer trimestre el dólar oficial debería tener un aumento de 65%, para así acercarse más a la realidad del mercado paralelo.
Cuanto más tardío, más doloroso. La brecha de costo entre la moneda oficial y la paralela se aleja cada vez más, haciendo que sea complicado acercar los precios entre ambas. Mientras el Sitme disminuye las cantidades transadas, las empresas buscan otros caminos para satisfacer la demanda a la vez que unos pocos sacan un enorme provecho de la venta de dólares.
El acelerado crecimiento de la inflación no tendrá cese hasta que la sed de divisas del aparato productor se satisfaga, pero la incertidumbre sobre la acción del Gobierno aparece al preguntarse si realmente tenderá una mano al sector productivo.
Las diferencias en casa afectan a todos los que en ella residen
Las políticas económicas instauradas a lo largo del gobierno del Presidente Chávez no contemplan el beneficio del aparato productor privado, que representa más de la mitad del PIB de la nación. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para que el nivel de producción se detenga, pero se ve afectado año tras año. Este tipo de problemas institucionales frenan la intención de inversión extranjera que pueda ayudar a estabilizar el déficit. De acuerdo al índice de Libertad Económica 2013, realizado por el periódico Wall Street Journal y Heritage Foundation, Venezuela ocupada el puesto 174 de las 177 economías evaluadas. Solo China, Rusia y Brasil se muestran seguros a la hora de hora invertir.
Beneficiar a la empresa privada y trabajar de la mano con ella significaría bienestar para toda la nación, incluyendo al gobierno, y ayudaría empezar por retomar los montos dinámicos con el que el Sitme negoció al principio, un Cadivi más flexible o incluso la creación de un nuevo ente para el trámite de divisas, como ya se rumora.
En un momento en el que las economías de la región obtienen enorme provechos del diversificado mercado mundial, los venezolanos esperan a que las autoridades de su nación tomen decisiones sensatas y que, a largo plazo, beneficien a los ciudadanos.
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Fuentes:
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