MÁS CERCA QUE LEJOS: Conversaciones de dos cubanos con una venezolana [Última entrega]

 

MÁS CERCA QUE LEJOS: «Encuentro de dos cubanos con una venezolana» [1ra entrega], [2da entrega], [3ra entrega] y [4ta entrega]

 

Por Gabriela Amorín Padilla

@Graby_

gamorin@guayoyoenletras.com

 

 

 

Era nuestro último día. Debíamos tomar un bus y luego pasaríamos una última noche todos juntos, pero era momento de regresar. Julio volvería a Suecia, Roberto a Cuba y yo a Venezuela.

 

Mientras íbamos en el bus hacia Vilna, tuvimos nuestra última conversación.

 

Julio: Cada contexto crea a sus canallas, que en realidad es a sus hijos de puta. Lo que está pasando ahora en Venezuela es un producto de la historia de Venezuela; si tú quieres ver cómo es que la gente pudo creer la revolución, búscalo en la historia de Venezuela. Eso es lo que hay que hacer, deconstruir esto. ¡Vamos, abramos esto!, despleguemos el pergamino. Yo abriría el pergamino de la historia y explicaría cómo fue que Chávez llegó al poder, pero no hablándome del golpe y todo eso, sino de cómo fue posible. Venezuela estaba en candela porque había gente que tenía mucho y otros que no tenían nada, y porque habían poblaciones por allá muertas de hambre… ¿Quién hace eso?, tú puedes mover esas masas que están desesperadas. Cómo esas masas llegaron a esa desesperación tal como para agarrarse de un clavo caliente lleno de mierda como Chávez. Eso es lo que hay que poner claro. Porque cuando el pueblo que está a favor de la revolución vea que la oposición justifica la llegada de Chávez al poder con la historia, entonces esa gente que apoya al gobierno de pronto como que se van a confundir mucho, pero se van a dar cuenta que lo que tenemos ahora es lo mismo que dio origen a que naciera Chávez; es decir, el tiempo que estuvo Chávez no hizo una mierda.

 

Roberto: Lo que está sucediendo en Venezuela no viene de ahora, ni de hace tres meses, ni cuatro meses, son 15 años ya, desde que Chávez empezó fueron mandando estas personas a Venezuela…

 

Roberto se refiere a los agentes del régimen cubano infiltrados en fuerzas de seguridad venezolanas.

 

J: Ustedes están invadidos, se los han comido…

 

R: ¿Quién piensan ustedes que sufragó todas las campañas para que Chávez cogiera el poder? Fue desde Cuba, Fidel Castro. ¿A todas estas guerrillas de Latinoamérica quién les ha dado dinero? Ha sido Fidel Castro. Eso que se lo metan en la cabeza los venezolanos. Y esto no ha sido de ahora, esto se viene preparando hace mucho tiempo… hace mucho tiempo. Chávez acabado de salir de la cárcel fue a Cuba a recibir instrucciones de Fidel. ¿Y ustedes saben que Maduro estudió en Cuba? En la Escuela Ñico López.

 

Gabriela: ¿Y cómo saben eso?

 

J: Porque hay gente que estudió con él, que lo conocen… es decir, en Cuba no hay ninguna bola [rumor] que no sea verdad, ¿no Roberto?, cuando en Cuba se riega una bola, hay algo ahí… como no tenemos otros medios de información…

 

R: …Radio bemba…

 

J: Yo a Chávez…al final le cogí lástima, porque estaba haciendo un ridículo tal, yo le cogí lastima por ver el grado de denigración y como lo utilizaron y como lo trajinaron todo. Lo llevaron a empujones, Chávez estaba drogado… fue criminal lo que hicieron.

 

R: Una semana antes de que muriera Chávez estaban esperando a su hija mayor para que diera la autorización para que le quiten la respiración artificial…

 

G: Ya estaba muerto entonces…

 

R: Estaba muerto, lo tenían vivo mediante eso, conectado. Eso me costó tres días en la Cuarta Unidad del Cerro y dos en el Técnico de Aguilera, porque publiqué un artículo llamado “Está muriendo Chávez en el CIMEQ”… cinco días me costó en la cárcel eso. Y Aquinos, que es el otro editor de mi grupo, lo cogieron y lo tuvieron un día pero entero, dice que como quince o dieciséis agentes de seguridad; Yo si les digo a los agentes de la seguridad: ¡ahora mismo estoy plantao’! Yo me quito la ropa y me meto al calabozo. ¡Yo no tengo nada que hablar con ustedes y hagan lo que quieran conmigo! Y ellos ya saben que no pueden hablar conmigo; pero este amigo mío cogió un miedo que como a las tres semanas fue que vine a verlo de nuevo, del susto que le metieron.

 

J: Era como cuando yo competía en Tae Kwon Do; la mejor manera de que se te quite el miedo es que te den un gaznatón, porque después que te dieron un tortazo, ya te lo dieron, y ya se te quita el miedo.

  

Alguien interrumpió nuestra conversación. Roberto me muestra su documento de identificación en Cuba; en él aparecen detalles como la dirección de su casa…

 

J: En la identificación sale hasta quién es tu papá y tu mamá.

 

R: Y ahora, en el caso de nosotros los opositores, te dicen: El es “CR”, significa contrarrevolucionario, se lo dicen por el mismo radio. No sale marcado pero se tiran por el radio que eres de oposición, ellos saben quiénes somos.

 

G: Los marcan. Los etiquetan…

 

J: Y yo soy un “PIO” ¿Sabes lo que es un PIO? Persona de Interés Operativo.

 

G: ¿Y eso qué es?

 

J: Quiere decir que tú estás vigilado. Eres contrarrevolucionario y te están haciendo seguimiento, es importante tener un operativo sobre ti. A mí me lo dijeron en Miami.

 

Una vez me montaron en la perseguidora [patrulla], pero no me pusieron esposas para que la gente pensara que yo era un chivo [soplón], pero tú sabes que en el barrio todo el mundo sabes quién es quién, todos saben que yo soy… ¿Cómo es que le dicen? Que yo tenía “diversionismo ideológico”.

 

R: Yo una vez venía de La Palma para la Habana, para mi casa, y me monto en un auto que supuestamente era un taxi pero cuando camina como unos quince metros se monta un hombre por un lado y otro por el otro lado y me dijeron: “No te muevas. Quédate tranquilito ahí”… así mismo nos hacen a cada rato; el chofer era de la Seguridad y los otros dos también. Tenía el cartel de taxi y todo. Me venían siguiendo.

 

J: En Cuba no hay dinero para comida, pero hay dinero para tener los operativos esos arriba de la gente. Te están haciendo un seguimiento Roberto.

 

R: Yo tengo, diariamente, unos diez agentes detrás de mí siguiéndome a casa paso.

 

G: Roberto, ¿a dónde te llevaron ese día del taxi?

 

R: Me llevaron para una unidad y me tuvieron tres días ahí. No sé si es que tenían información de que yo iba a hacer algo, pero me llevaron, me metieron en el calabozo y a los tres días me soltaron.

 

G: ¿Y cómo se entera tu familia en dónde estás?

 

R: No, nunca supieron. A veces mi mujer lo que piensa es que yo ando por ahí pegándole un cuernos. [Se ríe], pero cuando me aparezco ahí a los dos o tres días todo apestoso de los calabozos, sucio… Eso lo hacen ellos nada más para joder y cuando te van a liberar, algunas veces, vienen y te traen hasta tu misma casa en un auto particular o en una patrulla, para que la gente en el barrio piense que tú eres un chiva y sí se crea esa imagen, mucha gente sí lo cree.

 

J: Yo en Suecia estoy seguro que tengo ojos encima, ¡seguro, seguro! No confío en ninguno de los cubiches [cubanos] que hay allá. Yo sé cómo trabaja la seguridad del Estado. Yo conozco gente que trabajaba en el partido. Hay tanta falta de convicción que la gente se vende facilito; ahora la nueva estrategia de esta gente es citar a los cubanos que se quedaron en Suecia o en el exterior a las embajadas para crear un “diálogo” entre los cubanos exiliados y el gobierno. Entonces hay un grupito que ha creado una organización de cubanos que se reúnen en la embajada y discuten asuntos políticos con representantes del partido… ¿Por qué? Porque entonces pueden ir a Cuba cuando quieran y les dan facilidades, porque allá siempre se tienen dificultades con el gobierno ese, ¡siempre! Todo es un problema: tú vas a ir de aquí a la esquina y ¡mierda! Eso te lleva un año, en Cuba tú solamente puedes hacer una cosa al día…

 

R: …Se han perdido los valores.

 

Luego de una pausa y quedarnos pensando como en nuestros países los regímenes han destruido absolutamente todo, Julio comentó…

 

J: La gente me pregunta, qué es lo que tienes tú con Venezuela, y yo les digo: ¿cómo que qué tengo con Venezuela? Que si no los apoyamos a ustedes allá, más nunca vamos a salir de esto en Cuba…

 

A mí que me digan recalcitrante brother. Lo más seguro es que mi mama se muera allá y que yo no pueda ir. ¡Por eso me empinga tanto cuando no nos toman en cuente! Al menos yo personalmente me muero todos los días de dolor. Lo que pasa es que yo soy un jodedor.

 

Cojo tremenda encabronada cuando la gente habla de la oposición de Cuba como si fueran solo los que están adentro. Solo yo sé lo que me duele no poder volver a Cuba. Como si lo que uno hiciera desde afuera no tuviera valor.

 

Julio se dio la vuelta y volvió a sentarse en su asiento. Logré ver unas lágrimas salir de sus ojos.

 

Es su constancia y convicción lo que me hace admirar a Julio y a Roberto. Es su valor y compromiso lo que todos debemos tomar como ejmeplo.

 

A pesar de que no sabemos cuando volvamos a encontrarnos y de las dificultades para mantenernos comunicados, es la lucha por la democracia lo que nos hizo construir tan hermosa amistad. A pesar de ser de orígenes distintos, es el mismo amor por nuestra tierra y por la libertad los que nos hará estar más cerca que lejos.

 

 

 

Julio César Soler: @ElJull

Roberto Guerra: @HablemosPress

 

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