El terrorismo y los hipócritas

Por Jorge Flores Riofrio

@floresriofrio

 

 

 

Después del atentado realizado por la organización terrorista islámica “Viernes negro”, contra la delegación israelí en los juegos olímpicos de Múnich, el filosofo francés Jean Paul Sartre, afirmó una de sus frases más polémicas, “El terrorismo es la guerra de los pobres” argumentando que una nación pequeña, solo puede recurrir a este método, para hacerle frente a un enemigo mucho más grande, pensamiento que hoy en día tiene vigencia, para quienes juzgan los brutales ataques en la franja de Gaza.

 

Se ha hablado durante años acerca del conflicto Palestino—Israelí, sobre quien es el culpable de tantos años de matanza, como podría pacificarse la región y quien debería ceder en toda esta situación, mostrando lo inútil que a veces puede ser la comunidad internacional, para dar una real y convincente respuesta, a los intereses que chocan entre dos naciones, con las manos manchadas de sangre inocente. La verdad, es que la cara de los genocidas y terroristas en esta historia, están cubiertas tras el manto de la política y la religión, moviendo fichas vivas, para mantener o imponer poder, en una tierra acostumbrada ya, a la muerte, a la hipocresía y a la ambición.

 

Israel ha atacado sin piedad, sin importarle los daños colaterales, en su afán por librarse de unos enemigos, que se esconden entre las casas de personas, que no combaten ni lanzan bombas, pero que deben convivir con extremistas, piezas en el tablero, de poderes que se encuentran más allá de sus fronteras. Aquellos “mártires” de Hamas, cegados por el nacionalismo y la religión, no se dan cuenta que mueren en vano, porque jamás serán libres, mientras su lucha este dirigida por un grupo de jeques millonarios, que mientras se lucha en Gaza, manejan sus carros de lujo y viven despilfarrando un dinero que no sudaron, como esos infieles que condenan en occidente.

 

Para los gobiernos y diferentes movimientos, que han hablado de la igualdad social, de la libertad de los pueblos, de la lucha por los oprimidos, pero que a decir verdad son tan hipócritas, como aquellos que hablando de paz y libertad, financiaron dictaduras y golpes de Estado, han tomado a Palestina como bandera, para la romántica idea de la lucha guerrillera y así desviar, las noticias que les avergüenzan sobre sus acciones, como el caso venezolano y sus ya sonados “Narcosoles”.

 

¿Tienes justificación la actuación de Israel? Por supuesto que no, aunque sea para eliminar los túneles de Hamas, lanzar bombas sin pensar en los niños que van a morir, es un acto reprochable, pero adornar a una organización terrorista y justificar sus actos, con criterios como los de Sartre, es algo realmente sínico, puesto que inocentes son las victimas principales del terrorismo, no son daños colaterales, son el objetivo principal. Defender organizaciones malévolas, financiadas por hipócritas, es caer en el juego sucio, de los que usan las causas justas, para sus fines malvados.

 

En la masacre de Palestina, los verdugos no solo usaron kipá, también se tapan con turbante.

 

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