México: ¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!

Por Henyerson Angulo

@Heryens

 

 

 

El pasado 26 de septiembre unos jóvenes de la escuela normal de Ayotzinapa tomaron dos unidades de autobuses para dirigirse, se presume, al centro de Iguala para sabotear la presentación del informe de gobierno del ex alcalde de Iguala José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, quienes se asegura fueron los autores intelectuales del crimen por el cual hoy el mundo tiene los ojos sobre México.

 

La noche del 26 de septiembre fueron privados de vida 6 jóvenes de los que buscaban desmontar la parafernalia politiquera del alcalde y su esposa. La policía municipal junto con sicarios de Guerreros Unidos, protegiendo no al ciudadano sino a sus gobernantes, acató la orden de impedir el saboteo al acto burocrático de unos criminales de traje y corbata. México y Latinoamérica está de pie tras la desaparición de 43 de los jóvenes normalistas que se dirigían a Iguala, secuestrados por la policía municipal. A pesar de hallar cadáveres en fosas comunes, aún no se identifican a estos 43 jóvenes.

 

Este tipo de reacciones por parte de gobiernos no es una novedad en México. En 1968 se formó en Movimiento de 1968 por grupo de estudiantes de la UNAM, de otros institutos universitarios y de la sociedad civil, tras la invasión a la universidad por grupos militares. Luego de llevar varios días de protestas en el D.F., el 02 de octubre del mismo año, fueron asesinados, por orden del presidente Gustavo Díaz Ordaz, un grupo de estudiantes que se encontraban manifestando en la plaza de Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. De este evento partirá Roberto Bolaño para la creación de un personaje muy cercano a esta historia: Auxilio Lacouture, una uruguaya en México, que vive cómo las fuerzas militares, enviada por el Gobierno, invaden la UNAM, quedándose encerrada en los baños de la facultad de Filosofía y Letras. Esta mujer, la madre de todos los poetas, cuenta, desde el baño, cómo fueron humillados los estudiantes durante un gobierno que pactaba con la CIA.

 

Auxilio, cuyo nombre parece hacer referencia al auxilio clamado por los jóvenes estudiantes, demuestra que los estudiantes, ansiosos de justicia, son el motor de las luchas sociales de un país. A su vez, la misma historia de México demuestra el temor que representan los estudiantes para las élites gubernamentales, cuyos intereses no apuntan sino a lo personal, a su círculo, dejando desplazado al ciudadano común, al proletariado sobre todo, quienes son los que viven a flor de piel, al final, las crisis que estos mismos gobiernos generan.

 

Un fantasma recorre Latinoamérica: el fantasma de la injusticia, el fantasma que las mismas élites crean para atacar a la sociedad y arremeter contra los hambrientos, contra los excluidos dentro del ámbito “democrático”.

 

México hoy es como un mar con muchos tesoros en donde un pequeño y poderoso grupo de piratas asesinan a los habitantes de ese mar para arrebatar lo que no es les pertenece. Un gobierno que pacta con asesinos es un asesino también, unos individuos cuyo título institucional les da más poder sobre otros, unos individuos siguiendo sus propias ambiciones a costa de la vida de unos inocentes.

 

Hoy más que nunca la voz del estudiantado latinoamericano se hace sonar en el mundo en busca de justicia. Así como en Caracas hemos clamado ¡auxilio!, desde Caracas también les decimos a los mexicanos: aquí estamos, somos uno. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

 

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