El poder del rosa: lucha contra el cáncer de mama

Por Mónica Duarte

@M0n1k1ta

 

 

 

Durante todo el mes de octubre uno de los temas más sonados mediáticamente es la conmemoración del mes de la lucha contra el cáncer de mama. En 1985, AstraZeneca, una corporación farmacéutica internacional establece el mes de octubre como el mes de concientización del cáncer de mama, teniendo a la mamografía como el arma más efectiva para la lucha contra el cáncer. Hoy, los objetivos son un poco diferentes y se enfocan en una prevención personal, teniendo el auto examen o autoexploración como la bandera del cuidado.

 

El cáncer es la principal causa de muerte a escala mundial, representando el cáncer de mama el 16% de esta enfermedad en las mujeres, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El último informe con datos oficiales para Venezuela, data de 2011, donde el Ministerio de Salud comunicó que el cáncer de seno causó 10.905 muertes. Más recientemente, una campaña de la Senos Ayuda afirma que en Venezuela todos los días mueren 5 mujeres por esta causa.

 

La importancia de este tema se puede sacar por razones estadísticas pero lo cierto es que el trasfondo de la conmemoración va más allá. Todas los esfuerzos de ONG’s, empresas e instituciones de salud en crear conciencia, fomentar la prevención, detección y cura traspasan las razones médicas y globales que puedan tener estas campañas.

 

El fondo está también en empoderar a las mujeres de las herramientas para cuidarse a sí mismas. Cuidar el cuerpo y la salud más allá de la estética. El enfoque no explicito es justamente ese, el poder tomar acciones cotidianas que beneficien nuestra salud en pro de una mejor calidad de vida, comenzando a nivel personal y físico. El no tener factores de riesgo para esta enfermedad no debe detenernos de realizar un auto examen o una mamografía, en el caso de mujeres, que nos permita tener un control de nuestra salud, cuerpo y futuro.

 

La toma de conciencia no depende de terceros, la atención en temas tan delicados e íntimos como la salud de los senos femeninos es algo que debe tomarse como un emblema de la feminidad, no del feminismo, ojo. La detección y el cuidado se dan a nivel personal. No podemos esperar que alguien más descubra lo que está mal en nosotros para tomar acciones al respecto. Aquí también entra en juego el auto conocerse, estar consciente de las formas del cuerpo y, por ende, de nuestra propia identidad.

 

Carrera contra el cáncer

Y como no todo es prevención sino ejemplos que motivan e inspiran, uno de los casos más conmovedores, que vale la pena mencionar, es el de Novlene Williams-Mills. Una corredora jamaiquina catalogada entre las mejores del mundo en los 400 metros planos.

 

En 2012, a tan solo un mes de  competir en los Juegos Olímpicos de Londres fue diagnosticada de cáncer de mama. Sin embargo, continuó con sus planes de asistir a la cita olímpica, logrando conseguir el tercer lugar de los 400 metros relevo con su país.

 

Tres días después tuvo que someterse a una operación para extirpárselo. Hoy, tiempo después, la atleta no ha abandonado su pasión. En septiembre de este año obtuvo dos medallas en la IAAF Continental Cup, celebrada en Marruecos.

Como Novlene abundan los casos de celebridades que le dan un rostro visible a esta enfermedad. Aunque no es tan necesario hacerlo porque muchos conocemos o tenemos algún familiar que ha padecido el cáncer de seno. En Venezuela, tener una enfermedad es un lujo que no muchos pueden darse.

 

Entre los tratamientos escasos y costosos, la dificultad para conseguir quirófanos, el estado deplorable de los centros de asistencia médica y la falta de atención general a cada una de esta problemáticas por parte del gobierno, que sólo les da la espalda, hay que considerar una verdadera victoria personal lograr superar esta enfermedad. Hoy, en Guayoyo en Letras, les damos un aplauso y un abrazo de solidaridad a todas las mujeres y hombres venezolanos que padecen el cáncer de seno y no se rinden en esta lucha.

 

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Guayoyo en Letras