Editorial #248: Primarias para todos
Las primarias podrían ser el mayor incentivo para que la gente se movilice, vote y, de ser necesario, defienda su voto
La preparación del terreno electoral de cara a las elecciones parlamentarias que deberían realizarse a finales de este año, en una coyuntura tan poco democrática como la actual, ya es, por sí solo, un tema controversial. Sin embargo, pudo haber sido una manera de unir, movilizar y fortalecer a la gran mayoría de venezolanos que adversa al Gobierno.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), tenía la oportunidad de recuperar algo de la confianza de la gente, después de haberla perdido por decisiones equivocadas como dejar solos a los estudiantes en su lucha en las calles el año pasado y prestarse luego a la farsa de un “diálogo” que le dio estabilidad al Gobierno y dividió a la oposición.
Sin embargo, con mucha preocupación vemos que la dirigencia de la MUD se empeña en darle la espalda a los ciudadanos. La decisión de someter a primarias a 43 de los 167 candidaturas –es decir, solo el 26% de la totalidad de cargos en disputa- causó un profundo malestar en diversos sectores de la población. Organizaciones políticas, sociales, gremios y ciudadanos se manifestaron en contra de una decisión que es, por decir lo menos, miope.
Esta disposición por parte de los partidos que controlan a la MUD, confirma lo que muchos sospechábamos: quienes más abogaban por las parlamentarias como único mecanismo de lucha política son los que buscan con ellas mantener sus cuotas de poder.
Los ciudadanos tienen el derecho de elegir a sus representantes en todo el país, mucho más en un contexto como el actual en el que existe una gran desconfianza en las decisiones no solamente de quienes hoy gobiernan, sino también de muchos de los dirigentes opositores. La mejor manera de evitar cualquier duda sobre los motivos por los que se elijan a los candidatos de oposición es darle esa responsabilidad a la gente.
La negativa de la MUD -y en especial la de un par de partidos que la dirigen- con argumentos forzados como “no hay dinero” o “no tenemos tiempo” nos lleva a preguntarnos: ¿Quién va a elegir a los “liderazgos naturales” para las candidaturas de oposición? ¿Quién y por qué no quiere medirse en primarias? ¿Es casualidad que los partidos que dejaron el año pasado solos a los estudiantes hoy no quieren dejar en manos de los ciudadanos la elección de sus candidatos?
Si la MUD quería gozar de la confianza de la gente para designar candidatos a dedo, debería habérsela ganado en la calle. El que unos pocos elijan a la gran mayoría de candidatos puede ser la causa principal para algo a lo que tanto tememos: la abstención.
Si lo que la oposición quiere es un verdadero incentivo para que la gente se movilice, vote y, de ser necesario, luego defienda su voto, no existe uno mayor que la realización de primarias para todos.
Miguel Velarde
Editor en Jefe
@MiguelVelarde
