Control y libertad: ruta internacional para legalizar las drogas

Por Mónica Duarte
@M0n1k1ta

 

 

El 10 de diciembre de 2013 Uruguay se convirtió en el primer país en legalizar la marihuana. En 2001 Portugal decidió dejar a un lado la estrategia confrontacional y despenalizó todas las drogas. Más recientemente, cuatro estados norteamericanos, Alaska, Colorado, Oregón y Washington, reglamentaron el comercio de cannabis. Existe ya una tendencia mundial que pretende tomar el control del mercado de las drogas en lugar de ahogarlo y pretender eliminarlo por la fuerza policial.

No es un secreto que las asociaciones criminales se valen de la venta ilegal de sustancias y productos prohibidos para financiar delitos mayores. Entre estas sustancias las drogas ocupan el lugar principal, junto con los armamentos. Desde hace años el narcotráfico se ha vuelto un problema regional para América Latina, destacan casos como Colombia, México y Centroamérica, pero Venezuela no se queda atrás. El reciente escándalo del llamado “cartel de los soles” que involucra a personas prominentes dentro de la política y Fuerzas Armadas, los aviones cargados de drogas provenientes de Venezuela que llegan a aeropuertos internacionales son muestra de esta preocupante realidad que aún no se resuelve. Nuestro país tiene una ubicación estratégica que es aprovechada por el narcotráfico. Por ello, la legalización de las drogas es un tema más en el que nos encontramos atrasados.

Legalizar o despenalizar la marihuana y otras drogas no es un asunto de liberalismo y darle rienda suelta a las libertades, es una estrategia que pretende eliminar el mercado negro y enfocar las políticas de salud en ayudar a los adictos a superar su enfermedad sin tratarlos como delincuentes. El mercado de las drogas ya existe, la pregunta real es ¿qué podemos hacer con él? ¿Dejar que la gente siga comprando de forma ilegal y contribuya con el crimen de las mafias o crear un acceso limitado y controlado de las sustancias? Mario Vargas Llosa, Bill Gates, son algunos de las personas reconocidas que apoyan la legalización del sector y que no podemos tildar de rebeldes sin causa. 

 

Caso Uruguay

A un año de la legalización de la marihuana Uruguay se ha convertido en un experimento social de carácter internacional al poner en ejercicio un modelo paternalista y  estatal que controle el mercado del cannabis. A los ciudadanos se les permite cultivar hasta seis plantas en sus casas y pueden formar clubes privados que producen mucho más. Sin embargo, todas las ventas deben pasar por el gobierno federal, quien, se supone, debe establecer una red de dispensarios y determinar los precios, pero esta red no ha sido puesta en marcha hasta el momento.

El progreso ha sido lento pero muy cuidadoso. El mercado negro no se ha extinguido por este mismo proceso de control exhaustivo que pretende llevar la ley. Incluso, muchos ciudadanos no quieren registrarse en una base de datos oficial ni ser obligados a comprar a un productor del estado que no tendrá el mismo control de calidad que uno privado.

 

Caso Colorado

En enero de 2014 el gobierno del estado de Colorado, Estados Unidos, fue el primero en el mundo que empezó a regular la venta legal de marihuana con fines recreativos, la venta medicinal era legal desde hace un año. Una de sus principales banderas fue la recaudación de impuestos (10%)  de la venta legal.

Se pretende llevar el dinero a un mejor uso, en vez de quedarse en manos de organizaciones criminales, las ganancias de este comercio irían al gobierno para financiar escuelas, hospitales y otras necesidades públicas. Sin embargo, de los 70 millones de dólares que se esperaba recaudar solo ingresaron 44 millones en impuestos en el primer año. 

En este estado, las licencias para la venta en el mercado recreativo eran exclusivas para empresarios que operaban en la parte medicinal, pero a mediado de 2014 se abrió la inversión. Cualquier persona que deseara podría invertir, cumpliendo unas condiciones previas. Esto ocasionó que la venta se disparara pero que el precio disminuyera, y con ello la recaudación fiscal.

 

Caso Portugal

Luego de una dictadura, un golpe de estado en 1974 y una posterior apertura abrupta a todos  los mercados, Portugal se vio inmersa en una dura lucha contra el narcotráfico en Europa. El uso y comercialización de las drogas comenzó a ser un problema nacional. Es por esto, que en 2001 se toma la decisión de despenalizar todas las drogas y comenzar una cruzada por la asistencia individual al consumidor. Si alguien se encuentra en posesión de menos de un suministro de 10 días de cualquier cosa, desde marihuana hasta heroína, es enviada a la Comisión para la Disuasión de la Drogadicción, compuesta por un abogado, un médico y un trabajador social. La comisión determina si a la persona le es asignado un tratamiento de rehabilitación o una multa menor; de lo contrario, la persona se va sin penalización alguna, lo que ocurre la mayoría de las veces.

En un inicio, esta política aumentó el consumo de drogas pero hoy en día las cifras demuestran que las adicciones han disminuido y los casos de crímenes, accidentes automovilísticos y de SIDA relacionados con las drogas es mucho menor que hace 10 años.  Aunque para ello, el país debió hacer una inversión importante que potenció el sistema de salud en el tratamiento de adicciones. Hoy los recursos liberados del ataque policial son usados para combatir el problema real como un asunto de salud pública. Aunque la situación  de Portugal se encuentra en la cuerda floja pues se teme que por medidas de austeridad le recorten fondos al sistema de atención para drogadictos. 

 

¿Y el caso Venezuela?

El ex presidente uruguayo Mujica comentó en el 2014 que la intención de la medida no era animar a la gente a fumar hierba sino atacar el tráfico ilegal y aprovechar un mercado que ya existe.  ¿Por qué nos debería importar esto a los venezolanos? Porque los controles del gobierno en el país sobre el comercio estimulan el mercado negro en todo su espectro, lo que nos pone en el lado contrario de la expresión de Mujica.

Lamentablemente, Venezuela no es candidata actual para una legalización de ningún tipo. Con altos índices de corrupción y asociaciones ligadas al narcotráfico que ejercen poder el tema ha sido desplazado. La debilidad institucional de América Latina hace que el caso se repita en muchos lugares de la región. Para que la legalización tenga  un impacto duradero en el crimen organizado, la policía debe saber regular el mercado, atacar los nuevos vacíos legales (venta a menores de edad, extranjeros, cantidades, etc.) y establecer un sistema judicial eficiente.

Una  evaluación realista de las capacidades institucionales del país nos dice que estas condiciones no se cumplen. Dependerá del éxito del modelo libre de Colorado, el controlador de Uruguay y los avances continentales en la materia para que Venezuela se pueda convertir algún día en un mercado más verde que negro. 

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