La calculada y dulce espera

Por Claudia Alizo

@ClaudiaAlizo

 

 

 

A Zulay Ortega (este nombre ha sido cambiado para proteger la identidad del entrevistado) se le empiezan a aguar los ojos de emoción mientras relata cómo, en agosto del 2014, su médico le dio la noticia de que estaba embarazada. “Para mí, el costo no importa. Es lograr un sueño. Es alcanzar un tesoro. Es algo que no tiene precio”. Según cifras del Ministerio del Poder Popular para la Salud, a través del Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, el 80% de la población no planifica sus embarazos.  Zulay pertenece al 20% restante. En 1999, un año después de haberse casado, decidió completar el triángulo familiar.

15 años y Bs. 450.000 después, entre tratamientos de fertilidad, consultas médicas y medicinas, la ciencia, la naturaleza y la perseverancia lograron formar en su vientre no uno, sino dos pequeños niños que, actualmente, esperan ser dados de alta en el Hospital de Clínicas Caracas, en San Bernardino. “Están prematuros. En la Unidad de Cuidados Intensivos los tendrán más o menos por dos meses. Mi esposo calcula que serán Bs. 120.000”, relata Zulay.

Tomar la decisión de tener un hijo tiene sus complejidades en cualquier parte del mundo, pero en un país con la más alta tasa de inflación de la región, un sistema de salud pública deficiente, escasez de alimentos, productos básicos y medicinas a la que además se unen recortes en la asignación de divisas para adquirir equipos médicos y reactivos que han puesto en jaque a las clínicas privadas y en crisis a los hospitales; elegir tener un bebé abre todo un nuevo panorama de dificultades que se deben tomar en cuenta y que, aunque no deben coartar el derecho que tiene cualquier mujer de ser madre, implica mucha más planificación y conciencia de la que se pudiese haber tenido en otra época o en otras latitudes, sobre todo en el aspecto económico.

Según explica el Dr. Roberto Zara, Médico en cirugía ginecológica y Jefe del Servicio de Planificación Familiar y Docente Asistencial de la UCV, en la página de SOS Telemedicina, aunque las mujeres han tomado consciencia en los últimos años en cuanto a la planificación familiar, lo que ha traído como consecuencia el aumento de las consultas en esta área, la situación varía dependiendo de cada región. “En ciudades significativas como Caracas, la publicidad que se le da al tema es más constante y de mayor alcance. Quizás en otras regiones puede faltar esa parte, lo que es la publicidad, las instituciones, no hay iniciativas que inviten a acudir a consultas de planificación”, señala Zara.

 

Los que quieren pero no pueden

Diametralmente opuesta a la crisis de embarazos precoces en Venezuela, que despunta con la tasa más alta de Latinoamérica (101 embarazos por cada 1.000 adolescentes en 2011, según el Fondo de Población de Naciones Unidas), dentro de las cifras de embarazos planificados se encuentran los casos de infertilidad, que se sitúan entre un 15% y un 17%, de acuerdo al Instituto Venezolano de Infertilidad. Las causas son varias y difíciles de determinar. Según se explica en el sitio de Fertilab, la primera unidad de reproducción humana en Venezuela, “clásicamente se considera que el 40% de las causas de la infertilidad son por problemas en la mujer, 40% en el hombre y 20% son de causa desconocida”.

A diferencia de Zulay Ortega, Wendy Pérez, quien estuvo bajo tratamiento durante un año, no logró concebir el bebé que tanto había anhelado. La fertilización in vitro, que se practicó en la Clínica Cruz de Mayo, ubicada en San Bernardino, tuvo un costo de Bs.55.000 en el año 2013. Pérez contó con el apoyo financiero de la Alcaldía de Caracas. “Bs. 55.000 costó cuando yo me la hice. Ahora está en Bs. 85.000, sin incluir las hormonas que debes tomar, los parches y los esteroides”, recuerda Wendy, añadiendo que las consultas médicas contemplaban un costo de Bs. 6.000 al mes. Aunado a ello, ya en 2013 existía una dificultad para conseguir las medicinas. “Si es un poco costoso pero la cuestión está en tú querer hacerlo y seguir porque no es fácil. La fertilización es cara”, enfatiza Pérez.

Para las madres solteras y las parejas con problemas para concebir, Fertilab cuenta con una amplia oferta de opciones que se adaptan a la necesidad de cada caso. Así mismo, existen instituciones financieras como Bancaribe, que ofrece un plan de financiamiento “para los clientes que desean adquirir estos bienes y servicios”, la Línea Nueva Vida, un crédito que cubre los tratamientos de fertilidad o relacionados con la concepción, compra de muebles y decoración para la habitación del bebé, bienes y utensilios e incluso la celebración del bautizo y el primer año. Sin embargo, no están contemplados los gastos del parto o la cesárea y el crédito debe ser cancelado en 36 meses.

“Si esa es tu meta, no vaciles y sacrifica lo que tengas que sacrificar. No viajes, no gastes y te concentras en eso”, puntualiza Zulay Ortega, “en un proceso de embarazo no puedes dejar de cumplir el tratamiento porque se te complica”.

 

Gestación estipulada

Independientemente del centro de salud en donde la futura madre traerá a su hijo al mundo, existen una serie de exámenes y gastos, que toda embarazada debe realizar durante el proceso de gestación con la finalidad de llevar un control, tanto a la madre como al feto, previendo así la existencia de problemas congénitos o evaluando el correcto funcionamiento del organismo, para llevar el embarazo a un feliz término. El Dr. José Cohen, gineco-obstetra del Hospital de Clínicas Caracas, luego de enumerar cada uno de los estudios, explica que estos son de rutina para el control pre-natal y están estipuladas dentro de pautas internacionales.

 Entre los más costosos se destaca la prueba de despistaje del primer trimestre, o screening. “Son pruebas combinadas en las que se le hace un ultrasonido al bebé y se buscan factores ecográficos para síndrome de Down, trisomía del cromosoma 13 y del cromosoma 18, que son los defectos genéticos más comunes”. El costo de este examen es de Bs. 1.400 en la Policlínica Metropolitana.

Aunado al resto de los exámenes, las embarazadas deben acudir a la consulta del médico una vez al mes durante las primeras 28 a 30 semanas, luego hasta la semana 36 se debe hacer cada quince días. Finalmente, a partir de la semana 36 hasta la 40 (o hasta el momento del parto) se realiza una visita cada semana. El costo de las consultas pre-natales, que no están reguladas sino que dependen del médico y de la clínica, puede variar entre los Bs. 1.000 y los Bs. 2.500, resultando un promedio de Bs. 26.250 sólo en estas consultas.             

 

Y los reactivos…

“Ciertos reactivos puntuales en ciertos momentos fallan. Por ejemplo, en esta clínica, la prueba de despistaje del 1er trimestre no la hay. Los mandamos a otras clínicas. Pero claro, llega el momento donde a ellos se les agota, entonces de repente nos llega a nosotros y así nos vamos bandeando”, explica el Dr. Cohen.

En el caso de los hospitales, el panorama es más delicado. La Licenciada Genny Quiroz, bioanalista y Jefa Adjunta del Laboratorio de la maternidad Santa Ana, en San Bernardino, explica que en cuanto a la situación de insumos, se encuentran en estado de contingencia. En el nosocomio, las autoridades han dado órdenes de atender sólo las emergencias. “Parir se puede ver que es una emergencia pero dentro de esa emergencia, hay más emergencias”, reclama Quiroz, “para un médico puede ser crítico unos casos, pero para un bioanalista pueden serlo otros, entonces hay que llegar a los consensos”.

Señala  también que hay “presión política” y esta lleva a que algunos casos sean atendidos y otros sean remitidos a otros laboratorios para realizar los estudios, como en los casos de las pacientes hospitalizadas. Según explica Quiroz, el riesgo de muerte es más bajo ya que reciben atención en horas del día, de manera que sus familiares tienen más tiempo para movilizarse en caso de necesitar muestras o exámenes. Por otro lado, en los casos de terapia, son enviados a otros centros de salud, como el Hospital José Gregorio Hernández, el Domingo Luciani o el Pérez Carreño.

 

Entre el paciente y el hospital

En una gran cartelera, localizada junto al umbral que separa el servicio de admisión del área de espera, en la Maternidad Santa Ana, se lista el protocolo de ingreso a la unidad: Abrirse una historia clínica obstétrica, presentar cédula de identidad laminada o pasaporte, la tarjeta de control, los exámenes de laboratorio y los estudios (ecosonogramas). Una muchacha, cuya delgadez contrasta con lo prominente de su barriga, espera sentada con sus documentos en la mano. No tiene cara de haber cumplido la mayoría de edad aún. “El ecosonograma me costó Bs.1200 en la clínica La Arboleda, pero los exámenes me los hice aquí”.

En la Maternidad Concepción Palacios, ubicada en la Av. San Martín, en Caracas, se ha llegado a solicitar a los pacientes los tubos para realizar los exámenes de laboratorio, que tienen un costo de entre Bs.800 y Bs.1000, según señala Julio Castro, Infectólogo de la UCV, en una entrevista realizada por César Miguel Rondón.

Un informe de la Asociación Venezolana de Distribuidores de Equipos Médicos, Odontológicos, de Laboratorios y Afines revela que desde 2010 el gobierno ha ido reduciendo la aprobación de divisas al sector. Según el documento, en 2010 les fueron asignados $845 millones  a los importadores de insumos médicos; el año siguiente, $711 en 2012, $647 millones; y en 2013, $531 millones.

En 2014 apenas les fueron aprobados $254 millones  “y hasta el 27 de febrero de 2015 no han autorizado nada”. “Para lo que va de año podemos decir que la escasez es de 100%,  no hay productos”, señala el informe.

La licenciada Quiroz, bioanalista de la Maternidad Santa Ana, explica que en el laboratorio han empezado a adoptar como política interna el intercambio de insumos entre instituciones para aprovechar mejor los recursos y colaborar entre ellos. “A veces tenemos recursos que no se van a usar, hacemos intercambio de equipos y otras cosas que podamos necesitar y así hemos hecho. Eso descansa y equilibra”.

 

Parto vs. Cesárea

En la Clínica Las Ciencias, ubicada en Los Chaguaramos, el precio del parto llega a los Bs. 41.120. Por su parte, la cesárea tiene un costo de Bs. 50.160. En el Hospital de Clínicas Caracas, dar a luz sale en Bs. 89.000, esto incluye la habitación y los honorarios del médico. En la Clínica Santa Sofía, en la homónima urbanización de Caracas, Bs. 120.000 es el precio de ambos procedimientos.

“En la medicina privada, lamentablemente, hacemos muchas más cesáreas que partos. Es la tendencia a nivel mundial. Ha habido un aumento del porcentaje de cesáreas, con respecto al parto”, explica el Dr. José Cohen, gineco-obstetra, en relación con la preferencia de las mujeres por esta intervención quirúrgica. “Muchas mujeres vienen sin necesidad médica de hacerse una cesárea, pero como vienen del interior del país, están aquí por un tiempo entonces se planifica la cesárea electiva”.

Entre otras las otras razones que han llevado a cada vez más mujeres a solicitar este procedimiento destacan el deseo de tener a sus familiares en el momento del nacimiento del bebé, por lo que optan por esta alternativa para tener una fecha ya pautada. También lo prefieren para evitar el dolor del parto, el trasnocharse o salir de sus casas a altas horas de la noche. “En la cesárea, planificamos el día y la hora. Idealmente, estos casos deben hacerse por encima de la semana 39”, puntualiza Cohen.

 

Nuevas vidas en un país complicado

Demasiado cansada para hacer la cola de una farmacia, Constanza España, madre de Zoe, de 4 años, mira recelosa un paquete de pañales que se pavonea entre otros artículos de limpieza, en un tarantín de buhoneros, frente a la parroquia de la Universidad Central de Venezuela. Se acerca y pregunta el precio. “quinientos bolívares, mi amor”. La joven piensa un momento mientras escarba en su bolso. Al final, decide llevarse el producto, que no es para ella sino para su nueva sobrina. “Ahora el colegio de Zoe está en Bs. 3.600 mensual, pero el trabajo pone Bs. 2.600 y yo pago el resto”, comenta, mientras enumera la harina pan y la leche como los productos que le cuesta conseguir y que, como mamá, necesita. “Las frutas también están carísimas. Una manzana verde, de las que le gustan a Zoe, está en Bs. 80”

España también hace referencia a los medicamentos que, si bien no son caros, se cuentan entre los que escasean, como el acetaminofén y el cataflam, para tratar la fiebre de su pequeña.

Durante los primeros años de vida del bebé, las visitas al médico aún se mantienen. Los expertos recomiendan llevar al niño una vez al mes al pediatra, durante los próximos 24 meses, para evaluar su crecimiento, el peso y talla. Así mismo, la colocación de las vacunas correspondientes, como la trivalente, la pentavalente, la rubéola y el tétanos son esenciales. Estas pueden costar entre Bs.300 y Bs. 400.

 

Necesidades y decisiones

Sin importar el sector socioeconómico, la carencia de bienes básicos golpea a todos por igual al visitar los establecimientos y constatar lo vacío de los anaqueles y las largas colas para adquirir lo que llega de vez en cuando.  Pero a pesar de esta situación, a la que se une la precaria situación de los centros hospitalarios, esto no amilana el deseo en la mujer venezolana de convertirse en madre.

En opinión de Carol Barrios, quién trabajó como orientadora de la Asociación Civil de Planificación Familiar (PLAFAM), “la decisión de tener un hijo es decisión de la usuaria. Nosotros damos la apertura y el espacio para reflexionar, en el sentido de que la situación del país hoy en día está bastante difícil como para tener un hijo actualmente, pero la decisión la tomas tú”.

(Visited 286 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras