Editorial #251: El chavismo de la oposición

Bajo el inmaculado manto de la “unidad”, le hacen un inmenso daño a la lucha por la libertad

 

 

 

Nos cuesta pensar que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, crea que Venezuela sea una amenaza militar o, peor aún, que los venezolanos representen algún tipo de peligro para su país.  También es difícil creer que el gobierno estadounidense haya tomado una decisión tan compleja como la promulgación del decreto firmado por Obama, sin tener las bases para hacerlo. Es por eso que, despejándonos de la demagogia patriotera a la que tristemente hemos visto recurrir a dirigentes “de lado y lado”, este es un tema que merece ser analizado con responsabilidad y que debería tenernos a todos muy preocupados.

 

Por otro lado, el gobierno venezolano ha venido implementando una campaña para hacer creer a los ciudadanos que las sanciones promulgadas por Obama son contra todos los venezolanos. Eso no es verdad: son contra 7 funcionarios con nombre y apellido que han incurrido en violaciones a derechos humanos sobre las que el país del norte, podríamos asumir, tiene pruebas suficientes.

 

Que el gobierno maniobre para intentar lograr la solidaridad de los que no están informados y viven aún bajo los complejos del “imperialismo”, era predecible y es hasta comprensible. Lo que es más difícil de entender es que, desde la oposición, personas informadas se presten a un juego que lo único que busca es darle un respiro al gobierno. Aquellos que, bajo el inmaculado manto de la “unidad”, le hacen un inmenso  daño a la lucha por la libertad.

 

Es por eso que no puede pasar desapercibida la carta enviada por el gobernador de Lara, Henri Falcón, al presidente Obama, en la que además de apelar a “su buena voluntad”, le pide que “escuche el clamor de los venezolanos”  y “deje sin efecto” las sanciones. En ella, presentándose como miembro de la MUD,  Falcón también le solicita a Obama que dialogue con Maduro en la Cumbre de las Américas a realizarse en Panamá.

 

Los venezolanos, independientemente de su posición política, tienen la obligación de ser los primeros en condenar a quienes quebranten la ley, mucho más si los crímenes están relacionados a algo que no conoce fronteras: los derechos humanos. En una lucha desigual, contra un régimen que ha tenido demasiados recursos y muy pocos escrúpulos, no hay espacio para grises.

 

Sería muy conveniente que la oposición tome posiciones claras de una vez. Cuando algunas acciones pueden ser solamente producto de la ingenuidad o la complicidad, es cada día más difícil creer lo primero. En momentos como este es imposible no recordar que Falcón fue elegido jefe de campaña de la oposición en la última elección presidencial y su nombre incluso sonaba como vicepresidente de haberse logrado una victoria.

 

El mismo Falcón al que hoy algunos ya reconocen como un miembro del chavismo de la oposición.

 

 

Miguel Velarde

Editor en Jefe

@MiguelVelarde

mvelarde@guayoyoenletras.com

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