Los deportistas venezolanos enfrentan obstáculos económicos

Por Mónica Duarte

@M0n1k1ta

 

 

 

Ser deportista élite venezolano es sinónimo  de vivir en el exterior.  Las tecnologías para un entrenamiento innovador y personalizado no se encuentran en el país, sin contar con que las posibilidades estructurales y monetarias no se adaptan a las necesidades de vida para los atletas de alto rendimiento.

 

Muchos prospectos intentan con dificultades mantener su nivel viviendo en Venezuela pero, más temprano que tarde, se dan cuenta que las posibilidades de mejorar se encuentran fuera de nuestras fronteras. Para un joven que desea vivir de una pasión deportiva solo hay tres opciones verdaderamente rentables en el país: beisbol, fútbol y básquet. Si no es uno de estos deportes, muy probablemente el propio deportista, o su familia, están financiando su práctica y el gasto es mucho mayor que los posibles ingresos económicos de una medalla internacional.

 

Tan solo mantener una dieta balanceada o alta en fibras se puede volver una verdadera pesadilla en nuestro país. Ni mencionar la pérdida de tiempo productivo que puede significar para una persona trasladarse dos veces al día a uno de los pocos centros deportivos de verdadera calidad y tecnología que existen.

 

Una muestra de lo costoso que puede resultar practicar cualquier deporte se observa al mirar las vidrieras de las tiendas “Pro Player” o “Planeta Sport” en cualquier centro comercial. Un par de zapatos para correr puede salir entre 13 mil y 30 mil bolívares; una franela y un short deportivos sale en 11 mil bolívares si se elige la opción más económica; las gorras están en 10 mil bolívares y un reloj de entrenamiento, para hacer seguimiento al tiempo, distancia y calorías, puede obtenerse en 32 mil bolívares.

 

Si a eso le agregamos un par de raquetas de tenis y una pelota habría que aumentar 10 mil bolívares en la compra. Eso nos suma un total de 76 mil bolívares para un tenista promedio. Pero no queda allí, a esos costos habría que añadir las mensualidades de un club, las inscripciones a competencias, los Gatorade y el gimnasio.

 

Otro de los problemas que enfrenta un atleta venezolano es la parte médica. La doctora Ethy Oziel, médico cirujano y especialista en medicina deportiva, advirtió a principios de octubre que en Venezuela hay muy pocos médicos especializados en el área deportiva, “son contados con los dedos de las manos”, lamentó durante una entrevista en Globovisión. Explicó que las universidades del país no contemplan dentro de su oferta académica programas de formación para atender las necesidades propias de los deportistas. 

 

Competir o entrenar afuera tampoco es fácil

Si se decide tomar en serio la práctica deportiva e irse a entrenar afuera mejor que se cuente con una beca en una universidad estadounidense (como de hecho hacen muchos de los representantes de Venezuela que asisten a citas internacionales). Nuevamente el dinero es problema aunque se viva afuera del país.

 

Contar con el patrocinio de Pdvsa o Cantv ya no es tan fácil, el ministerio de deporte cada vez cierra más salidas en divisas y tampoco  Cencoex acepta abrir trámites especiales para competencias en el extranjero.

 

Recientemente se han conocido varios casos de deportistas que han visto su desempeño frenado por la falta de apoyo económico del Gobierno nacional. Este fue el caso del piloto de GP2, Johnny  Cecotto Jr., hijo del legendario Johnny Cecotto, quién anunció en Twitter su retiro del mundo del automovilismo, por falta de patrocinio. Visitó el Palacio de Miraflores para solicitar ayuda gubernamental, pero no recibió respuesta y se vio obligado a retirarse de las pistas.

 

Algo similar vivió Kevin De Gryze,  joven promesa de la natación, quien decidió marcharse junto a sus padres a los Estados Unidos. Luego de la salida de Alejandra Benítez del Ministerio del Deporte, la llegada del “El Potro” (Antonio Álvarez) y de Alejandro Terán (viceministro del deporte) hizo que todas sus solicitudes para poder participar en eventos en el exterior fueran rechazadas e incluso demostraron falta de interés a sus requerimientos.

 

José Joaquín López, surfista, es otro deportista que vio sus sueños frustrados  tras la decisión del gobierno de retirar por completo el apoyo al surfing al considerar, según el mismo ministro, que el surfing no es un deporte.  José Joaquín vive y entrena en Costa Rica y hace unos meses se seleccionó él mismo ante la Federación ofreciéndose a ponerse la camiseta de Venezuela, costearse todos los gastos y viajar solo, sin un delegado federativo, a representar a su país en el Mundial Junior 2015 en Oceanside, California.

 

Los casos son demasiados. Incluso los atletas abiertamente partidarios del chavismo, como la ciclista Daniela Larreal, han manifestado públicamente que se les recortó el presupuesto de entrenamiento y sobrevivir sin ese apoyo se les hace imposible.

 

Son pocos los deportistas de alto rendimiento que logran alcanzar títulos mundiales o rankings de primera en sus respectivas disciplinas. Vivir en el exterior les ayuda, pero los que deben prepararse en Venezuela y no cuentan con las instalaciones adecuadas, el entrenamiento correcto y la supervisión necesaria deben enfrentarse a más obstáculos de los que se podría llegar a creer para poder alcanzar su meta. 

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