Sin eufemismos

dictadura

La historia no conoce de eufemismos, conoce de verdades, por eso es que este Gobierno desde hace tiempo y para los anales de la historia debe ser reconocido y llamado sin cortapisas como una dictadura. Sin que el elemento diferenciador de saber que estamos en una dictadura es la reciente aniquilación absoluta del derecho constitucional que nos asiste de revocar el mandato de un autócrata incapaz de solucionar los crecientes problemas de los ciudadanos. ¿Qué otros elementos nos ayudan a identificar que estamos ante una dictadura?

Gracias a la Revolución Americana de 1776 y Francesa de 1789 hoy deberíamos contar con una Constitución entendida como norma fundamental emanada de la soberanía popular que debería ser rígida y permanente, superior e inmutable para organizar al Estado (parte orgánica) y para reconocer los valores y derechos fundamentales de la sociedad y sus ciudadanos (parte dogmática). Sin embargo, hoy tenemos una Constitución maleable e interpretada a conveniencia del Gobierno y de las instituciones que controla para mantenerse en el poder como oligarquía que son.

Esas revoluciones también nos dejaron como herencia el principio de separación y división de poderes, cada vez más inexistente en Venezuela debido a la acción conjunta que realizan el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial para dejar sin contenido real las competencias del Poder Legislativo que representa a cada uno de nosotros.

Ante la resistencia del Parlamento elegido democráticamente, se dejó de gobernar con base a los postulados constitucionales y comenzó a hacerse a través de írritos Decretos en el marco de un inconstitucional Estado de Excepción prorrogado, podría decirse indefinidamente, con la anuencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que tristemente hacen que me sienta profundamente avergonzado de formar parte del mismo gremio de quienes dictan esas cantinfléricas decisiones. Prueba de esas decisiones sin sentido es la dictada por la Sala Constitucional donde se afirma que el Presidente es venezolano como consta en la sentencia N° 907/2016, cuando eso es materia de un proceso que esté dirigido a anular su elección y que se sustancie ante la Sala Electoral.

Esa Sala Constitucional desconoce los principios básicos de la democracia al dictar más de 30 decisiones en contra del poder que ejerce la representación popular. Ha llegado a asegurar que todos los actos de la AN serán nulos hasta que no se acate la decisión que dejó sin representación al Estado Amazonas ante el Parlamento. Todas esas decisiones demuestran un profundo desprecio a la supremacía que debe tener el texto constitucional.

Podría esperarse que en las próximas horas disuelvan -de espaldas a la Constitución- la AN como una medida para evitar el juicio político en contra de Nicolás Maduro (arts. 222 y 232 de la Constitución) con base en el cual podrán declarar su abandono del cargo (art. 233 constitucional).

Esta dictadura abiertamente ha venido desconociendo nuestros derechos civiles y políticos, los derechos sociales e individuales (como el derecho a la propiedad y a la libertad económica). Además irrespeta y viola los Derechos Humanos sistemáticamente al reprimir protestas pacíficas; despedir funcionarios por manifestarse en contra de su ideología política; al mantener presos políticos; desconocer el derecho a la vida, la libertad y la seguridad de los venezolanos; al asesinar manifestantes a través de los órganos de seguridad del Estado o de los grupos paramilitares que protegen (colectivos); al realizar tratos crueles e inhumanos a algunos presos, como por ejemplo a los que están en la Tumba; los servicios de inteligencia cada vez más realizan detenciones arbitrarias, por nombrar las violaciones más comunes.

Como si lo anterior fuera poco, el derecho al voto sólo interesaba cuando el Gobierno se sabía ganador. Debido a que la gran mayoría de venezolanos han manifestado el deseo de un cambio de Gobierno se ha suspendido el Referéndum Revocatorio Presidencial gracias a la participación del Poder Judicial y del órgano electoral parcializado que protege con su actuación a esta oligarquía que dejó de vernos como sus conciudadanos. El ejercicio electoral no define a una democracia, pero sin elecciones es evidente que hay una dictadura.

Es por todo esto que los días y horas siguientes marcarán un rumbo definitivo de la dictadura y nuestro: lograremos la libertad o nos encontraremos ante la negación absoluta de ésta (al estilo cubano), por lo que espero que al prudencia y la inteligencia estén de nuestro lado para dar el zarpazo final a una revolución dictatorial que nació de un fracasado golpe de Estado.

Carlos Reverón Boulton
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