Donal Trump y el show de Lucy

Aún recuerdo cuando mi hermano y yo, llegábamos de la escuela ansiosos por encender la televisión para ver el Show de Lucy, aquella pelirroja de los años 60  que nos hacía reír a más no poder  con sus ocurrencias de ama de casa torpe, que quería irrumpir en el mundo laboral.

Lucy era una burla a las  mujeres que  luchaban por emanciparse cuando sus esposos volvieron de la segunda guerra mundial, y exigían que ellas regresaran a sus fogones y a la subalternización, después de que tuvieron que trabajar y sostenerse solas  para mantener los hogares que ellos  abandonaron por la guerra.

A partir de allí se perfila una nueva mujer que incursiona en un mundo masculino, agresivo y machista. Jackeline Kennedy y Marilyn Monroe fueron representaciones de mujeres liberadas por sus profesiones, la primera; fotógrafa en el The Washington Times-Herald. y la segunda; actriz de Hollywood, oficios atrevidos para la época y en una sociedad conservadora,  cada una en su ámbito, pero al fin y al cabo, con una gran fuerza interior y  unidas por el mismo hombre .   

La Era Kennedy es quizás la más recordada por los estadounidenses, no sólo por la fatalidad de una muerte sorpresiva, sino por el glamour  y la juventud que representaba la pareja presidencial,  proyectada como imagen de felicidad y progreso. Es por eso que cuando escuchamos  a Donald Trump hablando sobre una nueva Era en su recién estrenado mandato, y a estas palabras le acompañan su esposa luciendo un modelo  parecido al de Jackie Kennedy en ocasión de la toma de posesión de  John, no sabemos si el señor Trump, sufrió un dejavú con  el show de Lucy y se refería más bien  a regresar a la Era Kennedy. Es decir, repetir el modelo político de los 60. Ya  las señales están puestas en el vestuario.

La mujer en los  60  tuvo muchos escenarios, uno de ellos fue el movimiento de Liberación Femenina, pero otro, fue  el sabor de la moda, el buen vestir y refinamiento dictado desde la Casa Blanca,  en oposición al atrevimiento vestimentario  de Hollywood.  Mientras tanto, las mujeres de a pie, como Lucy, se las arreglaban para refinarse pero no luciendo vestidos de firma sino, como trabajadoras, profesionales y madres, cayéndose a golpes con la vida por su independencia económica y social. Sin embargo,  Jackie y Marilyn fueron los modelos para esas Lucys, que caminaban por las calles de  EEUU.

No es secreto que desde el poder se imponen ideologías a través de la moda. Un ejemplo es Venezuela;  Guzmán Blanco y Chávez dictaron desde sus tronos las formas de ser y estar a través del vestido. Lo mismo ocurrirá en Estados Unidos, ya vimos a Melania vestida de color pastel, guantes largos, zapatos combinados con el color del vestido y ese aire de sofisticación a lo Jackie durante toda la ceremonia, pero eso no es todo,  en la escenografía de este gran show aparecen mujeres con sombreros Pillbox, iguales a los que usaba Jackie en cada aparición pública. Seguramente, algunos de los cambios que propone Trump tengan que ver con la imagen y el rol de la mujer en esa sociedad, al estilo de los 60.

No es casualidad que en la última entrega del premio Oscar, Jackie haya sido una de las películas nominadas. ¿Presagio sobre la Era Trump? ¿Regresamos al conservadurismo que de alguna manera rompieron Jackie y Marilyn? Lo vemos en  Melania y en la escasez de mujeres en el gabinete de Donald. Seguramente volveremos a escuchar frases como: las rubias son tontas para banalizar el  rol de la mujer en la sociedad.

Hoy nuevamente se enfrentan la Casa Blanca y  Hollywood, pero ahora  la pelea no es por el amor de un hombre sino,  mujeres y hombres que juntos luchan por la equidad social, tanto para nacionales como extranjeros, hoy la lucha  sale de la alcoba para posicionar  en el ágora de las redes sociales a la mujer, no como apéndice del  hombre sino, como una individualidad responsable de sus actos, de su familia y con proyectos propios para desarrollar. Falta ver si el modelo femenino de Trump, será seguido por las mujeres latinoamericanas. Mientras tanto, yo sigo recordando: I love Lucy!

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