Iron Fist ¿La peor obra de Marvel?

Nota: el texto siguiente no contiene spoilers mayores

El pasado 17 de marzo se estrenó Marvel’s Iron Fist, cuarto y último capítulo de una historia conexa que transporta las aventuras de los cómics de Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y finalmente Iron Fist a un universo cinematográfico que espera llegar a su cúspide con el estreno de Marvel’s Defenders, juntando los protagonistas de estas cuatro series en una sola obra.

Tras un inicio más que acertado con los estrenos de Jessica Jones, Luke Cage y las dos temporadas de Daredevil, el panorama de este ambicioso proyecto parecía carecer de preocupación alguna. Las cuatro series habían sido un éxito ante el público y la crítica especializada. No obstante, a una semana del estreno de Iron Fist, las críticas generarían la primera amargura de Marvel Studios y su cooperación con Netflix.

Rotten Tomatoes, uno de los principales portales de crítica en la escena cinematográfica, le otorgó una calificación de apenas 18%, y otros sitios como Metacritics, además de algunos periódicos, no ofrecieron notas optimistas. Finn Jones (actor encargado de darle vida a Danny Rand) salió rápidamente a la defensa, argumentando que era una serie hecha pensando en los fanáticos, y garantizó que ellos sabrían apreciarla.

Tras dos semanas de su estreno, diversos han sido los comentarios al respecto. ¿De verdad es tan mala?

Desarrollo superficial

La serie tiene un claro problema de fondo, no de forma. Es decir, ejecutan de buena manera todo lo que planificaron, el problema es que se pierde en su trasfondo.

Se sigue un claro patrón guiado por la resolución de mini arcos argumentales en donde exponen situaciones que llevan a otros arcos argumentales, donde exponen situaciones distintas, para al final, no conducir a ninguna parte.

En Daredevil, por ejemplo, desde un primer instante se determinó que Matt Murdock trataba de desmantelar paso a paso una organización criminal. Mientras avanzaba la historia, se revela un panorama mayor a la vez que los personajes principales se desarrollaban.

Por otra parte, en Jessica Jones, todo gira en torno a un solo antagonista que genera todas las adversidades que debe atravesar su protagonista, y si surge un nuevo problema es a causa de los errores que cometieron y las decisiones erradas que tomaron los personajes principales.

En Iron Fist, en contraparte, presentan una adversidad, la superan, presentan otra adversidad, la superan y luego presentan otra adversidad. Todas unidas por un muy delgado hilo que apenas le da cohesión a cada arco argumental.

Esta ausencia de un desarrollo legítimo se refleja en todos los aspectos de la serie. Iron Fist tenía el potencial para ser una asombrosa obra, principalmente por sus entrañables personajes principales y los talentosos actores que les dieron vida, sin embargo, todo se desaprovechó.

Personajes sin sustancia

Daniel Rand se presentó como un chico con un pasado oscuro y fantasmas que le atormentaban constantemente y reflejaban su inmadurez, ingenuidad e inseguridad. Lamentablemente, en vez de guiarlo por un proceso de aprendizaje en el cual consiguiera la paz consigo mismo, su desarrollo es una simple ilusión que es destruida cada vez que el guión necesita mostrarlo como un energúmeno frustrado por la historia de su infancia.

Los conflictos de Danny nunca se esclarecieron por completo. Padecía ocasionales rabietas que desembocaban en flash-backs o en una convicción impulsiva que guiaba sus decisiones, para luego encontrar calma bruscamente con la excusa de la meditación.

El Iron Fist funciona por momentos como un buen personaje, en especial gracias a la presencia de Colleen Wing. Pese a que su relación se desarrolla de manera torpe, se nota una conexión excelente entre ambos actores. Colleen canaliza la conducta de Danny y le guía por un buen camino, parecía marcar el desarrollo del personaje siendo en ocasiones su contraparte moral. Por desgracia, se desaprovechan las posibilidades y el guion retoma caprichosamente las conductas que Danny mostró al inicio de la serie.

Colleen, como un elemento individual, fue un complemento excelente que aportó su propio caldo a la historia. Después aparece un puñado de personajes con puntos positivos y negativos. Madame Gao, Claire Temple, Joy Meachum y Harold Meachum aportan elementos interesantes en algunos pasajes.

El personaje más acertado de la serie, a mi parecer, es Ward Meachum. Pasa de ser un estereotipo de empresario sin sentimientos, a un hombre humanizado con miedos e inseguridades que logra superar, dejando sus traumas y complejos atrás.

Dirección convincente

Si Iron Fist destaca por algo, es por sus escenas de acción. Pese a que muchas situaciones son forzadas, todo se olvida cuando Danny Rand y compañía empiezan a exhibir sus habilidades marciales contra los enemigos de turno.

Finn Jones hizo un extraordinario trabajo al ejecutar movimientos de distintos estilos de Kung-Fu. De la misma forma destacaron Jessica Henwick (actriz que interpretó el rol de Colleen Wing) y Sacha Dhawan (quien le dio vida a Davos) con algunas habilidades muy vistosas. Todo esto es resaltado por una dirección que en líneas generales supo utilizar los planos y movimientos de cámara para destacar cada movimiento.

Por supuesto, se incurrió en el típico error que tienen todas las series de este estilo, de no darle cerebro a los enemigos genéricos. Las armas de fuego son un adorno utilizado solo en momentos de tensión. Puede hacer aparición un ejército de soldados con rifles de asalto y estar a 20 metros de objetivos que se defienden con sus puños, pero de igual manera correrán hasta ellos para forzar un combate cuerpo a cuerpo mientras amagan que dispararán.

A pesar de que pocos combates pierden presencia por problemas de dirección, hay detalles que debieron evitarse, tomas que parecieron haberse elegido al azar, mostrando encuadres desde ángulos confusos o restándole importancia a la acción para mostrar un panorama más amplio, en el que se perdían los detalles.

La edición se notó floja, y la carencia de un estilo en particular provocaba por momentos que el capítulo no tuviera cohesión. Aunque son errores que se hacen evidentes en pocas ocasiones.

¿Buena o mala?

En líneas generales, Iron Fist es una serie disfrutable, que no oculta sus errores, pero tampoco los hace evidentes. Su acción y ritmo la hacen entretenida. Su carencia de profundidad, le permite abordar la trama de una manera simple, lo que facilita proceder a las escenas frenéticas con rapidez.

Sus elementos conjuntos la hacen una buena serie de acción, sin una historia demasiado elaborada, pero con escenas y personajes que superan la franja de lo aceptable.

Como dijo Finn Jones cuando enfrentó las críticas, es una serie que cualquier fanático apreciaría. Se hacen constantes referencias al universo de Marvel y a las series conexas, mostrando un escenario más grande con pequeños detalles, un diminuto hilo que logra evidenciar que todos los elementos están conectados.

Si se está buscando una serie entretenida que logre adaptar la acción de los cómics mediante el uso de las artes cinematográficas, Iron Fist cumple de una muy buena manera. En cambio, si se busca una producción de gran calidad que resalte una historia profunda con una narrativa audiovisual bien trabajada, quizás sea mejor enfocarse en otros productos de Netflix.

El valor de esta serie, por encima de todo, es que es la pieza que completa el rompecabezas. Con Iron Fist formando parte de este universo cinematográfico, todas las bases están sentadas para que Marvel’s Defenders deslumbre al mundo tal y como hace algunos años lo hizo Avengers en la pantalla grande.

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