Caracas sin pausa
La muchedumbre hostil me comprime entre sus sombríos rostros
La sucia humareda me inmoviliza entre sus dedos sin misericordia
Improperios y lamentos penetran mis tímpanos, me trastorna…
La pestilencia artificial por doquier, y el transitar veloz
No hay pausa….
La destemplanza del individuo es inminente
Sus gélidas miradas me sondean, me analizan…
Cornetazos infinitos, detonaciones, estridencia
Todo en medio de un calor inaguantable…
No hay pausa….
Los suicidas no son juzgados por su imprudencia
Ni por su desamparo ni sus argumentos
Son condenados por bloquear la eterna locomoción
Apresúrate, serás atropellado por la multitud enardecida
Te envuelven en su combustión maldita
No hay pausa….
Furiosos con ellos mismos, silenciosos se carcomen a diario
No ven más allá del pavimento perforado por los años
No elevan su vista al firmamento, son tan desdichados
Es un vaivén vertiginoso, no hay milagro factible
No hay pausa….
¿Qué alababa Sadel en su canto? Ya no lo veo
Tejados rojos como el ánimo, el frenesí
El encanto que ofrecía la ciudad mágica
De superficie pedregosa, de oscilación serena
Hubo una metamorfosis imprevista
No hay pausa…..
No quiero hundirme en la muchedumbre marchita, no quiero
No más desconsuelos ni malos noticias, no puedo
Las manecillas del reloj en su rápido bailoteo
Es raro detenerse a sentir el tiempo
No hay pausa….
Sus fauces me atraen, me arrastran con fuerza
Chirriar de llantas que me atormentan
Las manos pegajosas se aferran para no caerse
Todo es tan apático y distante
En esta ciudad sin pausa….
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