El Real Madrid, la comidilla del fútbol
La noticia permanente de esta temporada de la Liga Española no es lo parejo que están los equipos del tope de la tabla, ni la buena campaña del Deportivo Alavés o del Betis, tampoco se habla de la cantidad de empates que tiene el Atlético de Madrid, que a falta de un solo gol en cada uno de esos partidos sería líder indiscutible. No, la noticia sigue siendo el bajo nivel del Real Madrid, del flamante Campeón del mundo.
La lista de causas es larga y nutrida, pero se va acomodando según el desempeño semanal del club blanco. La salida de Cristiano, la salida de Zidane, el bajo nivel físico de algunos jugadores, la ineficiente gestión de fichajes de Florentino, el VAR, el cambio de Courtois por Keylor, la ligereza de Solari, el hueco por la banda de Marcelo, la fragilidad de Bale, el desatino de Benzema…, en fin, causas válidas, excusas y responsables mezcladas en proporciones distintas.
Y parece extraño que a nadie se le ocurra pensar que sencillamente el Real Madrid se cansó de ganar, se cansó de dar el máximo en cada partido y en cada entrenamiento. Ya al final de la temporada pasada era evidente el desgano y la desmotivación. Se ganó la Champions League gracias a la diosa fortuna y a una que otra jugada individual, pero de funcionamiento, poco, casi nada. De hecho, el Madrid no juega mal porque Zidane se fue, al revés, Zidane se fue porque ya el Madrid no daba más.
La base de este equipo fue campeón cuatro de las últimas cinco ediciones del torneo europeo mas exigente a nivel competitivo; y la edición que no ganó, llegó a semifinales apenas perdiendo por un gol. Ganó once de las quince últimas competencias internacionales en las que participó, una bestialidad en estos tiempos. Este ritmo de éxitos y sus responsabilidades asociadas trae consigo un agotamiento no sólo físico, sino mental y emocional, sin contar con el acaparamiento de los premios individuales. Adicionalmente los equipos contrarios ya saben a que juega este Madrid, saben las vulnerabilidades que tiene, no hay sorpresas. Es por ello que los pocos destellos vertiginosos de Vinicius son aplaudidos de pie por la fanaticada, porque es algo distinto y termina por desequilibrar al rival.
Nadie con verdadero conocimiento del futbol de élite puede pretender que un equipo gane siempre y que además juegue bien. Estar 5 años a tope cansa a cualquiera. Pero ni la fanaticada entiende eso ni al resto del mundo futbolístico le importa, el Madrid está en el banquillo de los acusados, es humillado e inclusive abucheado por sus seguidores.
Por otro lado, esta cadena de triunfos le da un cierto colchón a la entidad blanca, pues no solo ha sido rentable desde el punto de vista financiero, sino que el Real Madrid se ha consolidado como líder absoluto de Europa, y eso tiene peso específico.
Así es el Real Madrid, así es y así seguirá siendo.
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