Las redes sociales en tiempos de crisis

La llegada de las redes sociales ha establecido nuevas formas de comunicación  y de relación; aunque hay numerosos estudios sobre la materia, queda aún mucho por entender. 

Los seres humanos somos muy complejos y eso se refleja en la manera de relacionarnos con los otros; cada quien tiene su visión particular del mundo y eso puede dificultar en buena medida la comunicación. Al respecto, el psicoanalista francés Jacques Lacan decía: “Usted puede saber lo que dijo, pero nunca lo que el otro escuchó.” 

La reciente pandemia que se ha desatado en el mundo intensifica este fenómeno, de manera que  los malos entendidos pueden estar a la orden del día. Esto se agrava cuando nos llegan falsas noticias o mensajes  maliciosos, enviados a la ligera y por desconocimiento o con la finalidad de manipular opiniones y con ello, controlar a las personas. 

Evidentemente atravesamos un período crítico en muchos sentidos, agravado por la aparición del COVID-19,  que nos ha obligado a encerrarnos en nuestras casas y en algunos casos, a enfrentar asuntos que normalmente no percibimos, en parte por la  rutina diaria que nos lo impide. Problemas de comunicación con quienes convivimos, cuestiones no resueltas entre las familias, aumentan la tensión que  la gente siente, llegando en muchos casos a convertirse en angustia, por esta amenaza generalizada de enfermar seriamente.  

Un rumor, una falsa noticia se extiende  a través de las diferentes redes sociales, llegando a millones de personas en pocos minutos y cuando se trata de temas delicados como el referido virus, la gente que ya se siente amenazada puede distorsionar y magnificar los mensajes, terminando presa del miedo y contagiando a quienes le rodean. Las personas pueden reaccionar de manera  agresiva y perseguidora como defensa, a causa de la agresión y persecución que ellas mismas experimentan, lo cual termina complicando aún más la situación. Para evitar estos efectos indeseables resultan útiles varias herramientas. 

En primer lugar es importante identificar lo que se siente pues muchas veces se intenta no pensar en aquello que causa sufrimiento,  pero a la larga esto resulta no solo inútil, sino también perjudicial, pues el problema sigue allí encubierto pudiendo agravarse con el  tiempo. Asumirlo y enfrentarlo de la mejor manera posible siempre es lo más recomendable, aunque para eso también hay un momento oportuno. 

Algunos afirman que la gente inteligente convierte un problema o una mala situación, en una ventaja; así visto, tal vez la cuarentena puede transformarse en una buena oportunidad para  reflexionar, comunicarse con calma y paciencia, tratando siempre de ponerse en el lugar del otro, imaginando cómo se siente y es lo que se conoce con el nombre de empatía.

Paciencia es otra palabra clave, que debemos tener con los demás, con nosotros mismos y con la propia situación en la que nos encontramos,  gobernada al parecer por la incertidumbre pues no sabemos qué va a pasar y cuánto tiempo tardará en que todo regrese a la normalidad. 

 La calma para poder razonar es otra herramienta útil, pues la prisa y la angustia disminuyen la claridad mental; para eso es importante eliminar lo que se conoce como pensamiento catastrófico y que consiste en pensar que el futuro será desastroso dando por seguro que se hará realidad la peor de las posibilidades, sin tener ninguna base razonable. 

El filtro de la información que se obtiene de las redes resulta necesario,  pues se debe recordar que en ellas escriben todos, expertos e inexpertos, intentando muchas veces imponer sus criterios cualesquiera que ellos sean. La información a tomar en cuenta debe pasar por el filtro previo de la autoridad en la materia, divulgada por medios confiables.

Adicionalmente es útil dedicarse a actividades agradables, pasatiempos o proyectos olvidados que nos den satisfacción y crecimiento personal. Estando ocupados, tendremos menos tiempo para exponernos a información deformada.

Es importante resaltar que en las actuales circunstancias, las redes tienen un lado muy valioso, que es la posibilidad de mantenernos vinculados a pesar del aislamiento y en ese sentido, se ha evidenciado la gran solidaridad de los trabajadores de la salud tanto física como mental, quienes  en gran número están prestando atención gratuita a través de las distintas redes sociales.

Es bien sabido que las crisis suelen sacar lo mejor y lo peor de la gente, eso es de la naturaleza humana, pero seguramente podremos hacer que lo primero prevalezca sobre lo segundo. 

Mariela Ferraro
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