¿Cómo definir cuando uno está viejo?
“Todos deseamos llegar a viejos, y todos negamos que hayamos llegado”. Francisco de Quevedo (escritor).
La tan temida y anhelada vejez, temida por los estragos que ocasiona en nuestro cuerpo, en nuestra apariencia y en nuestra salud pero a la vez anhelada porque la mayoría desea vivir, pareciera un conflicto de atracción/evitación.
Un paciente que tengo de 73 años siente tanto miedo de morir, me dice que disfruta tanto de su esposa, del buen vino y que tiene muchos sueños solo que como su cuerpo está resentido a nivel óseo le aterra que sean las señales de la muerte. En eso estoy trabajando con él para que entienda que la vida no se acaba hasta que se acaba y que no nos queda otra que aceptar que la muerte es inevitable y que nada tiene que ver con la edad de modo que estamos atendiendo su salud física porque la idea es continuar con la mejor calidad de vida posible hasta el final. Lo que quiero mostrarles con este ejemplo es que el deseo de vivir se mantiene así como el temor a esa despedida incierta que tiene la mayoría en algunos casos suavizada por la fe.
Pero no es de la muerte de lo que quiero hablar sino del rechazo a la vejez, rechazo que puede producirse cuando te ves en el espejo y observas como esa lozanía que otrora tuvieras se ha desvanecido para cubrirse de arrugas y de resequedad en la piel, como si ese traje que te recubre que se llama piel comenzara a desajustarse y a quedarte grande lo que no suele ser muy gratificante.
En el mundo del espectáculo solemos ver muchos actores y actrices que parecen haber detenido si se quiere el tiempo y siguen viéndose fantásticos a pesar de haber cruzado la línea de los cincuenta pero no muchos cuentan con los medios o con el coraje de pasar por intervenciones quirúrgicas riesgosas y dolorosas, y vuelvo con la pregunta ¿qué es la vejez? ¿Verse marchito? y quizás tiene que ver con la apariencia pero no creo que sea directamente vinculante.
La vejez implica un deterioro físico y eso es indudable y no queda otra que aceptar pero no es esto lo principal, la renuncia a los sueños, la sensación de aproximación al fin de la vida es uno de sus indicativos principales y en ese sentido puede que no tenga que ver con la edad cronológica…he conocido personas que han envejecido a los 30 años (otros incluso antes).
En muchas ocasiones también resulta ofensivo envejecer, en especial por esos comentarios donde la palabra viejo se utiliza como adjetivo para descalificar como por ejemplo:
Viejo loco
Cállate viejo
¿No te has visto en un espejo? ¡Estás viejo!
Entre otros porque lamentablemente muchas personas desconectadas de la esencia de la vida, vacías e irrespetuosas hacen de la ofensa un mecanismo compensatorio para sentirse mejor o por lo menos superior.
¿Cómo manejar el paso de la edad?
El primer paso es la aceptación porque no hay vuelta atrás, hay situaciones o condiciones en la vida que fueron y ya no serán, es inevitable para quienes tienen la dicha de llegar a una edad avanzada. Si no aceptamos nos quedaremos en el sufrimiento y frustración.
El segundo paso es no entregarse o rendirse; es cierto que enfrentamos cambios pero una cosa es entenderlos y hacer con ello nuestra mejor versión posible y otra derrumbarse y esperar que el deterioro nos lleve al fin. Siempre es importante cuidarse pero en la vejez más que nunca el cuidarse, hidratarse, hacer actividad física, dedicar tiempo para el disfrute, agradecer, es fundamental para mantenernos activos y con calidad de vida.
Otro aspecto clave es tener una vida con propósito, siempre con sentido hasta nuestro último aliento. Cuantas personas se derrumban con la jubilación y es precisamente porque ese propósito que sentían tener al trabajar se pierde por lo que comienzan a perder el interés. Tu propósito no tiene porque depender de otros o de un empleo, es tu decisión y por eso vemos personas de 80 años activas y felices y otras de 60 que ya no dan más. ¿Conoces personas así?
“Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de la cara”. Michel Eyquem de la Montaigne (filósofo, escritor).
La historia nos cuenta de muchas personas que lo hicieron y demostraron como los límites son mentales, personas que emprendieron y triunfaron después de los 60 como John Pemberton que fundó Coca Cola a sus 55 años, Harland Sanders con KFC a sus 65 años, Ray Kroc con McDonald a los 52 años son solo tres de muchos ejemplos de que lo que necesitas es empuje, perseverancia, deseo, más allá de un número.
Cierro este artículo invitándote a entender que nada se acaba hasta que realmente se acaba, busca la ilusión en cada día, agradece cada día que se te ha otorgado porque es un regalo que no todos tienen, disfruta de tus afectos, mantente soñador, con ilusión y en movimiento.
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