NO GANARON “LOS PUEBLOS ESTÚPIDOS”

Por Alexander Gamero Garrido

 

…fundando la Junta su política en los principios de humanidad mal entendida

que no autorizan a ningún gobierno para ser por la fuerza libres

a los pueblos estúpidos que desconocen el valor de sus derechos.

Simón Bolívar.  Manifiesto de Cartagena, 15 de diciembre de 1812 [1]

 

simon bolivarYa decía Henry Ford que “Pensar es la más difícil de las tareas, lo cual es probablemente la razón por la que tan pocos se ocupan de hacerlo.”

 

Chávez nos volvió a ganar, desde Cuba, sin hacer campaña, sin levantarle la mano a un solo candidato, sin aparecer en televisión, tan sólo con una cadena más de una semana antes de las elecciones. Y ante este devastador resultado, ante esta debacle que le entregó al gobierno nada menos que 19 gobernaciones (al momento de escribir este artículo la de Bolívar sigue en disputa), ante la reconquista por parte del gobierno de territorios que eran “bastiones de la oposición” como Zulia, Carabobo y Táchira, ante esta revolcada, la respuesta sigue siendo, básicamente, la de Bolívar hace exactamente doscientos años: que este pueblo es ignorante, que este pueblo se vende por una Harina Pan, que este pueblo tiene el gobierno que se merece…

 

A diferencia de nosotros, Bolívar vivía en una época en la que los españoles aún querían dominarnos, Venezuela estaba plagada de analfabetismo, enfermedades, y pobreza. Seguir culpando “al pueblo”, y no culparnos a nosotros mismos, a la oposición, es, literalmente, estupidez [2]:

 

(De estúpido y -ez).

  1. 1.f.Torpeza notable en comprender las cosas.

 

UNA GUERRA SIN CUARTEL CHAVISTA

 

banderaEl gobierno tiene su estrategia y su visión de país bien clara, bien definida. Cada día nos acercamos más al país que los ideólogos del chavismo soñaron y sueñan. Su manifestación máxima es el Estado Comunal, al que la oposición ha olímpicamente dejado de oponerse.

 

El chavismo ha destruido su propio cuartel, para lanzarse a una guerra en la que no hay marcha atrás: vencer o morir (Patria, socialismo o…). Ante eso nuestra respuesta ha sido la timidez, la insensatez y, más recientemente, la estupidez de pensar que solamente con el voto vamos a llegar al poder. En términos técnicos (que no tecnócratas): votar es condición necesaria, más no suficiente, para llegar al poder en las actuales condiciones.

 

Otros países han derrotado electoralmente a gobiernos con características neo-dictatoriales, pero esos países han insurgido. Además de hacer campaña, han hecho uso político de las protestas (en este país hay un número desbordado de protestas cada día, pocas acompañadas por los dirigentes políticos), y le han propuesto a sus ciudadanos una alternativa. Les han dicho “este gobierno te ha ayudado en tal y tal, pero nosotros podemos ofrecerte tal, tal y cual, y así podrás vivir mejor y superar definitivamente la pobreza”.

 

Porque la gente lo que quiere es superar la pobreza. Y tenemos que admitir que, aunque sabemos que se pudo haber hecho muchísimo más, este gobierno ha mejorado el nivel de ingresos de mucha – muchísima – gente. Y ellos defienden su gestión; hasta el extremo de decir que la patria depende de Chávez.

 

Mientras el gobierno nos declara la guerra a muerte, nosotros le lanzamos flores. No, no creemos que la respuesta sea el uso de la violencia con fines políticos. No, no estamos diciendo que tenemos que agarrar cada uno un FAL y ponernos a combatir en las calles. Lo que pensamos es que tenemos una visión muy electoral de la política, y que así, sin reflexión, sin sentarnos a ver qué es lo que quiere el país, sin detenernos a analizar el claro mensaje que dieron las elecciones del 7-O y del 16-D, difícilmente vamos a ganar una elección nacional.

 

SUPERAR LA POBREZA ES LO QUE QUEREMOS

 

VENEZUELAEn nuestro intento de ser una opción política real, tenemos que ofrecer algo distinto. Usar las misiones como bandera es, de nuevo, una estupidez. El objetivo de tales programas es totalmente válido, pero su ejecución es ineficiente y está plagada de corrupción. Venezuela (o más bien el gobierno de) es lo más corrupto de Hispanoamérica.

 

El reciente informe de la CEPAL [3] indica que Latinoamérica ha fracasado en su intento de combatir la desigualdad. Aún cuando las mejoras en el gasto público han tenido un efecto positivo, su contribución no ha sido suficiente. El Coeficiente de Gini, que se usa internacionalmente para medir la desigualdad en la distribución del ingreso, ha variado de 0,55 a 0,50 en 20 años. Ha mejorado, sí, pero poco, y Latinoamérica sigue siendo la región más desigual del mundo.

 

La superación de la pobreza implica mucho más que simplemente sentarnos a regalar petrodólares, coordinándolo desde Miraflores. Chile y Panamá, países que en la región son quienes más han avanzado en el tema, han logrado incrementar el ingreso promedio por concepto de sueldos y salarios. Esto ha sido el resultado de la liberalización de su economía, con lo que la inversión privada ha procedido a crear empleos. Es el Estado y son los empresarios, no el Estado o los empresarios.

 

En un país donde mucha gente preferiría – o prefiere – tener su propio negocio, no tomar el emprendimiento como bandera es incomprensible. Es un síntoma más de la miopía política que nos dirige, de la estupidez con la que hemos abordado la comunicación con el electorado.

 

DE REPÚBLICA BANANERA A PETROESTADO ATRASADO

 

Además de lo que ya son unos clichés políticos (el pueblo ignorante), en materia económica hay también un número de frases simplistas: “el petróleo es una maldición”, “el petróleo es una bendición”, “hay que sembrar el petróleo” y más recientemente “aquí nunca se ha sembrado el petróleo”.

 

Si bien es cierto que los elevados ingresos petroleros pueden de hecho distorsionar la economía, no podemos culpar a un mineral de nuestros desastres. El petróleo, como cualquier otro recurso natural, no es bueno ni malo, es sólo eso, un recurso. Lo que se haga con el dinero proveniente de tal recurso es otro tema. Un tema, de hecho, importante y urgente.

 

Preguntémonos honestamente ¿Cuánta gente en Venezuela sabe de petróleo? Casi nadie. Y la mayoría de nuestras exportaciones, la mayoría de nuestros ingresos en divisas, son petroleras. La inmensa mayoría. Y son esas exportaciones las que garantizan nuestra subsistencia. Garantizan el pan que llega a nuestra mesa.

 

Muchos parecen ya haberse entregado a la idea de unas elecciones presidenciales en 2013, lanzándonos nuevamente a una campaña electoral sin detenernos a reflexionar. Lo que parece que no vemos – o no queremos ver – es que en estas condiciones Nicolás Maduro, o quién quiera que sea el candidato del gobierno, nos vuelve a ganar. Y por paliza.

 

UNA ALTERNATIVA DE PAÍS, NO POESÍA

 

Para alcanzar los dos objetivos centrales del desarrollo  –la competitividad auténtica y la equidad– hacen falta muchas instituciones y muchas políticas. Pero no tendremos ni competitividad ni equidad, si no se atiende a los recursos humanos y a su educación, capacitación e incorporación al conocimiento científico y tecnológico.

Hacer el discurso de la equidad, o hacer el discurso de la competitividad, o aún más, hacer simultáneamente la apuesta a ambos propósitos, y no hacer un esfuerzo consustancial y consistente en este sentido, es estrictamente poesía.

Fernando  Fajnzylber [3]

 

Lo único que podemos aconsejar después de esta nueva derrota electoral es la reflexión. Vamos, por favor, por una vez, a abandonar el bochinche [4], a tomar un tiempo para encontrarnos con el país, a recorrerlo, a escuchar a la gente, a analizar lo que nos dicen, a analizar por qué piden lo que piden, a preguntarles porque siguen votando por el chavismo, a preguntarles qué estamos haciendo mal, a tratar de entender por qué no logramos convencerlos. Tengamos por lo menos un mínimo de humildad y de sensatez, lo suficiente para permitirnos cambiar nuestras acciones y nuestros planes. Seguir haciendo lo que estamos haciendo y esperar resultados distintos no es humilde, no es sensato, es estúpido.

 

La cereza del helado es el uso de la religión en política. “El tiempo de Dios es perfecto” es un tiro al piso. Si pierdes, no era tu momento. Y si ganas, entonces sí lo era. ¡Nunca depende de nosotros mismos!

 

Si queremos ganar las elecciones, y llevar a Venezuela a la superación de la pobreza, tenemos que ver qué es lo que estamos haciendo mal. Seguir en lo mismo puede ser muy valiente, pero es tratar de ganar una guerra sin cuartel con… Poesía.

 

Twitter: @AlexGameroG

 

Referencias

 

[1] Manifiesto de Cartagena, Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño. Tomado del Ministero del Poder Popular de Petróleo y Minería http://uniondelsur.menpet.gob.ve/interface.sp/database/fichero/free/29/3.PDF

 

[2] Diccionario de la Real Academia Española http://lema.rae.es/drae/?val=estupidez

 

[3] Comisión Económica para América Latina http://www.eclac.org/prensa/noticias/comunicados/7/48687/AAHoja_casillerovacio__REVISTACEPAL_108-final.pdf

 

[4] La frase “Bochinche, bochinche, a esta gente lo que le gusta es el bochinche” es generalmente atribuida a Francisco de Miranda, refiriéndose a los venezolanos.

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