Una oposición con coraje

Por Jorge Flores Riofrio

@floresriofrio

 

 

 

Aunque las elecciones del 8D fueron un avance político para la oposición, el que se conforme con ello mostrándose como ganadores y pretendiendo que la política nacional se vio considerablemente afectada, es querer hacer una fortaleza de fantasías,  aún falta de un elemento muy importante para comenzar el camino a un nuevo horizonte como país.

 

Fernando Mires en su artículo “Venezuela: de la lucha política a la lucha social” planteó una realidad a la cual la MUD debe enfrentar, en la balanza del poder no tiene un verdadero peso que obligue al gobierno nacional a negociar: “La oposición no controla ningún poder fáctico, ningún poder estatal, ningún gran medio de comunicación, ninguna central sindical, ninguna parte del ejército, y pese a que representa a la mayoría ciudadana en la Asamblea Nacional, su nominalidad es minoritaria”, escribiría Mires. Ante esta condición de la oposición electoralmente fortalecida, pero igual carente de un poder determinante en el país ¿cómo puede liderar hacia un cambio?

 

Mi ánimo con este artículo no es desanimar a nadie, sino mostrar una perspectiva que debe ser fundamental durante el difícil año 2014, en donde muchos analistas esperan una serie de necesarias e impopulares medidas económicas que sin duda motivaran a la colectividad a protestar. Citando nuevamente al escritor chileno Fernando Mires: “La luchas del 2014 no estarán centradas en plazas citadinas sino al interior de cada fábrica, recinto comercial, dependencias públicas y asambleas populares”, dando la oportunidad a una oposición que debe ampliar su estrategia no solo en lo electoral, sino hacia una más profunda que incluya la lucha social como bandera política. “Venezuela: de la lucha política a la lucha social” Idea que es el centro del articulo del citado intelectual y filosofo, es elemento fundamental para pararse firme ante un gobierno impositor.

 

La falta de lucha social es una de las mayores debilidades de la oposición Venezolana, que pareciera solo utilizar su músculo en confrontaciones electorales cuando el oficio de hacer política (por lo menos la ideal) se trata de generar cambios constantes que le resuelvan los problemas a las personas, es movilizar a la colectividad hacia las respuestas de sus necesidades, si no es así, ¿qué cosa diferente se está haciendo al gobierno? Más bien, parte del debilitamiento del chavismo es porque se ha burocratizado y el liderazgo en las comunidades, en los colectivos de trabajadores  y en cualquier asamblea popular está en decadencia, perdieron de vista a uno de los principales ingredientes de su éxito, la conexión con las necesidades del pueblo.

 

Un gobierno es tan mediocre, como mediocre es su oposición, puesto que ésta tiene como función estar siempre empujando al gobierno de turno a cumplir su deber, a velar por el buen funcionamiento de la democracia, que si es vista solo desde la perspectiva electoral, será un sistema camino hacia la tiranía puesto que la democracia verdadera es aquella donde todas las personas son parte de la construcción de la sociedad. Por lo tanto los líderes políticos deben guiar a la nación hacia su propia edificación. Si uno de esos líderes cumple su deber como parte de una democracia, sin duda poseerá en sus manos un poder que un gobierno solo podría destruir asesinando a ese líder.

 

Venezuela necesita de una mejor oposición, más luchadora, más social, más de calle, que esté trabajando desde los Consejos Comunales, desde los sindicatos y desde cualquier colectivo, haciendo lo que el gobierno no hace y  presionando no para tumbar presidentes, sino para hacer algo por la gente, para guiarlos en el camino hacia la victoria, que no es electoral, es una victoria donde todos los venezolanos tengamos la oportunidad de vivir mejor y en paz. No vamos a tener un mejor país mientras todas nuestras esperanzas estén puestas en los resultados de una elección.

 

¡Hagamos política en la calle! Pongamos a los corruptos en una posición que o salen huyendo o disparan contra su propio pueblo. Hoy la lucha necesita para lograr el viraje hacia el cambio nacional, de verdadera determinación de políticos aguerridos, que sin temor a perder su imagen se pongan de frente a quienes están incrustados en el poder y con la fuerza de un pueblo igualmente valiente griten a una misma voz por cada injusticia, por cada ineficiencia, por cada flagelo causa de la corrupción y la ineptitud “¡Basta! Venezuela merece algo mejor.”

 

Si la oposición no se centra en trabajar por las comunidades y movilizarlas hacia la lucha, si permanece creyente de que los gobiernos con tendencia tiránica caen visitando al Papa y metiendo denuncia en tribunales internacionales, tendremos 100 años de chavismo en el poder y a nuestro país ahogándose por la mediocridad. Señor Capriles, Señor Aveledo, Señor Borges, aprendamos del fallecido Nelson Mandela, luchó en lo electoral, luego de hacer temblar al Apartheid por medio de la lucha en la calle. 

 

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