Diálogo candente

Por Jesús Moreno

@chucho1991

jmoreno@guayoyoenletras.com

 

  

 

Después de casi dos meses de conflicto ininterrumpido entre la oposición y el oficialismo- más concretamente estudiantes versus el brazo armado del Gobierno- tanto los venezolanos como el mundo desesperadamente necesitaban alguna clase de encuentro entre los líderes de ambos bandos. El “encuentro” en cuestión finalmente se materializó el pasado jueves en el Palacio de Miraflores, en el cual estuvieron miembros y diputados de la MUD como también del partido oficialista y el Gobierno.

 

El encuentro fue catalogado como diálogo y transmitido en cadena nacional en vivo y directo. Algunos lo llamaron un encuentro histórico por esta razón. Cabe destacar la fecha del evento: un 10 de abril, extendiéndose hasta la madrugada del 11. Abril, un mes de suma importancia para los dos lados. Para la oposición, un mes de luto y malos recuerdos; para el oficialismo el “mes de la victoria”, donde conmemoran no solo el regreso de su mártir, sino el asesinato de muchas personas inocentes.

 

El “diálogo” inició con un monólogo del Presidente que parecía interminable, este le cedió la palabra a Aveledo y así sucesivamente se daban paso los oradores para expresarse. La oposición aprovechó la oportunidad no solo para hablar sobre las protestas y las represiones, sino para exponer el pésimo estado de la economía venezolana actual, los niveles de inflación, escasez, el problema de la inseguridad y todos los asuntos que aquejan al venezolano. Se veían preparados y tenían argumentos válidos. El bando oficial, por su parte, se dedicó a rememorar el pasado y echarle la culpa a la “4ta República”, la guerra económica, el intervencionismo extranjero y otras pendejadas.

 

El diálogo pronto se convirtió en debate y el debate en malas miradas e interrupciones, como cuando Cabello se metió con la palabra del diputado Ramos Allup y éste lo mandó lejos: “yo no estoy en la Asamblea Nacional y no soy tu subalterno, así que cálmate”, cayendo incluso en agresiones como en la incoherente intervención de Jorge Rodríguez en la cual (entre otras cosas), le dijo al diputado Andrés Velázquez que le caía mal. Todo esto transpiraba mientras en el twitter había una guerra campal entre adeptos de ambos partidos, muchas veces avivada o incluso provocada por los tuits de los propios oradores dentro del salón donde se “dialogaba”.

 

Al final, no se llegó a nada, solo la promesa de una próxima reunión el día de mañana. Pero sí se pueden sacar dos cosas positivas de este debate televisado. Primeramente, el mundo ya está más consciente del conflicto que existe entre los actores de la política venezolana y cómo funciona. Este, aunque muy pequeño, podría ser el primer paso hacia la posible resolución de los conflictos y problemas de la sociedad venezolana, incluyendo la represión militar, dadas las circunstancias óptimas necesarias para un verdadero diálogo y entendimiento entre ambas partes.  

 

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