Diálogo: juego trancado

Por Francisco Alfonzo

@FranciscoAlfonz

 

 

 

Hace dos semanas vimos al Gobierno y a la MUD reunirse en Miraflores, acto que fue transmitido públicamente en cadena nacional. Es un evento que, sin duda, ha dado mucho de qué hablar. Sobre el acto como tal, su inicio, desarrollo y fin, las intervenciones, la forma en que se ejecutó, etc. se pueden hacer múltiples consideraciones y críticas; sin embargo, en esta publicación nos enfocaremos en observar factores claves sobre el antes y el después de dicho encuentro.

 

Antes. ¿Qué motivó a las partes, Gobierno y MUD, a reunirse?

 

En primer lugar, el Gobierno. ¿Cuáles pudieron haber sido las necesidades oficialistas que los llevaron a sentarse con la MUD durante horas? Sabiendo que la reunión era en cadena nacional y que la oposición tendría la oportunidad de decirle al país múltiples verdades evidentes, que destacarían los abusos dictatoriales del régimen, no cabe dudas de que el Gobierno ha debido estar en un aprieto grande para conceder esa reunión. El oficialismo se vio obligado a sentarse, en cadena nacional, frente a la oposición, debido a la presión generada en la calle por la gente protestando. A pesar de que el Gobierno sabía que no lo iba a lograr de ese modo, tenían que intentar que la MUD los ayudara a parar las protestas de calle que tanto le molestan al régimen. Por otro lado, después de haber reprimido, perseguido, encarcelado y torturado a los venezolanos, el Gobierno necesitaba sentarse ahí para intentar mostrarse como un factor pacífico y de buena voluntad, siempre abierto a los caminos amistosos para solucionar los problemas del país. Era un tema de imagen, de pantalla, del “qué dirán los demás”, tanto nacional como internacionalmente. Además, también al Gobierno le convenía aquello para legitimarse frente a la oposición y al país (debido a los hechos de hace un año donde Capriles desconoció el triunfo de Maduro), era sumamente conveniente para el oficialismo mostrarse como el dueño de la casa (Miraflores) y como el poderoso con el micrófono para dar o negar la palabra, también le convenía muchísimo que, por ejemplo, Henry Falcón fuese y le llamase “Presidente” a Maduro en Cadena Nacional.

 

Por otro lado, la MUD. ¿Qué necesidad tenía la MUD de ir a ese encuentro? ¿Qué buscaba lograr? Por un lado, presumo que la presión política también jugó un papel importante, probablemente acudió a ese encuentro para evitar la crítica de aquellos que, nacional e internacionalmente (desde el Papa Francisco para abajo), les solicitaban dialogar a esas dos partes del conflicto. Además, los opositores que acudieron al encuentro también fueron para aprovechar la oportunidad de hablar en cadena nacional, para así poder decirle al país mensajes importantes sobre la mala gestión del gobierno, sobre los atentados contra la Constitución y las violaciones a derechos humanos. Finalmente, creo (espero) que la principal motivación de la MUD para acudir al encuentro fue la de aprovechar una tímida oportunidad que se asomaba para alcanzar logros importantes y fundamentales en el rescate de la democracia, como por ejemplo, la renovación imparcial de los poderes públicos (TSJ, CNE y Contraloría), la liberación de los presos políticos, el cese de la persecución a estudiantes y la oposición, el fin de la represión a las manifestaciones, etc.

 

Después. ¿Qué logró el Gobierno y qué logró la MUD con el encuentro?

 

Sin duda alguna, el Gobierno logró el objetivo de legitimarse en Miraflores frente a la oposición, pues se mostró como el gran protagonista de la vida nacional, recibió a la oposición en Miraflores y los obligó a comportarse bajo las reglas del Gobierno. También, el oficialismo consiguió bajarle un poco a la presión nacional e internacional que lo obligaba a sentarse a “dialogar”. Sin embargo, más allá de eso, no creo que haya alcanzado grandes metas luego del diálogo en cuestión. Las protestas no han cesado, que eran su principal preocupación. Se sigue viendo obligado a reprimir a manifestantes y a privarlos de su libertad, de manera arbitraria mostrando su poco talante democrático y la falta de tolerancia hacia la crítica.

 

A pesar de que el Gobierno logró bien poco, creo que la Mesa de la Unidad logró menos todavía. Más allá de haber hablado en cadena nacional y de haberle dicho en la cara a Maduro, Diosdado, Jaua y Ramírez sus cuatro verdades frente al país, hasta la fecha no se han alcanzado otros logros. Ya durante el supuesto debate se veía clarito, por las intervenciones de los oficialistas, que el Gobierno no tenía ninguna intención de rectificar nada en su política social, económica, de seguridad, etc. Por si fuera poco, las intervenciones públicas posteriores de voceros oficiales demostraron que no habrá tregua a los perseguidos políticos y a los estudiantes, no habrá ley de amnistía ni ha cesado la represión a las manifestaciones. La renovación de los poderes públicos va en marcha, pero controlada con mayoría oficialista, lo que indica que nada bueno para la oposición saldrá de ello.

 

Luego de dos semanas del hecho, ¿qué ha cambiado? Nada. Esa es la consecuencia de dialogar de espaldas y sin condiciones.

 

En el encuentro los grandes ausentes fueron los estudiantes, quienes estaban en las calles protestando y siendo reprimidos mientras la MUD y Gobierno “dialogaban”. ¿Cómo pueden los estudiantes sentarse a dialogar sin que antes el Gobierno deje de reprimirlos, perseguirlos y encarcelarlos? ¿Cómo pueden llegar a un acuerdo sobre “x” o “y” con el mismo Gobierno que les viola el derecho constitucional a protestar y expresarse pacíficamente? Los otros grandes ausentes fueron Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, quienes sabiamente exigieron condiciones previas y muestras de buena voluntad y confianza de parte del Gobierno antes de acceder al diálogo, lo cual resulta sumamente lógico, democrático y coherente.

 

Si luego de la reunión de diálogo no ha cambiado nada es precisamente porque a él no asistieron los protagonistas del conflicto, y hasta que no vayan nada cambiará. Los estudiantes lograron que el Gobierno se sentara a dialogar con la MUD a través de las protestas constantes, que lo acorralaron y presionaron demasiado. Por esa misma razón creo que los estudiantes deben seguir acorralando al Gobierno, es decir, protestando, generando presión de calle, hasta hacer que este (el Gobierno) acepte las condiciones necesarias para un verdadero diálogo productivo, fructífero y que represente una transición para la recuperación de la Democracia y el Estado de Derecho. Hasta entonces, el juego permanecerá trancado.

 

(Visited 57 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras