Esposas de la injusticia

Por Mónica Duarte
@M0n1k1ta

 

 

Hace sólo 4 meses se realizaron elecciones municipales en toda Venezuela, y no es coincidencia que hoy los 2 alcaldes más votados se encuentren encarcelados luego de unos juicios exprés cargados de arbitrariedades. Tras el enjuiciamiento, detención, destitución e inhabilitación de los alcaldes Daniel Ceballos (San Cristóbal, Táchira) y Enzo Scarano (San Diego, Carabobo) se presenta un nuevo escenario electoral para decidir quiénes ocuparan las nuevas vacantes municipales.

 

Antes esto, ambos alcaldes desde la cárcel han lanzado a sus esposas como candidatas para la elección, con la intención de “ratificar” sus cargos y servir como una muestra de apoyo popular. Rosa de Scarano y Patricia de Ceballos han representado en este último mes a sus esposos, han fungido como oradoras políticas, abanderadas de la justicia y representantes mediáticas; ahora pretenden hacer lo mismo con sus cargos públicos.

 

La pregunta que se hacen muchos es si están realmente capacitadas para ejercer la dirigencia de los municipios sólo por ser esposas de los alcaldes ahora presos. Para responder esto, hay que evaluar ambos casos por separado.

 

En San Diego:

 

Rosa de Scarano no solo es esposa de Enzo, sino también concejal del municipio y es, de hecho, la concejal elegida con más votos. Ha participado continuamente en las asambleas de calle enmarcadas en las jornadas de protestas actuales y a partir de esto ha mantenido un apoyo general sostenido. La mesa de la unidad regional parece encontrar su candidatura como una opción oportuna y la respaldará en las elecciones del próximo 25 de mayo.

 

En San Cristóbal:

 

Un caso muy diferente se le presenta a Patricia de Ceballos, pues carece de experiencia política y apoyo de la MUD regional. Estos últimos plantean unas elecciones primarias para escoger el candidato más idóneo, parecen no estar de acuerdo con la postulación de la esposa de Ceballos. Quien, por si esto no fuera poco, ya está siendo víctima de acusaciones por parte del gobernador del Táchira, José Vielma Mora, consiguiendo que se le abriera una investigación por presuntos procesos irregulares (se le acusa de haber cobrado por labores en CorpoSalud del estado Táchira sin haber trabajado) corriendo el riesgo de ser inhabilitada.

 

Sin embargo, más allá de la confianza que puedan depositar los alcaldes en sus esposas, sus casos están siendo presentados como una continuidad familiar y no como un seguimiento de un programa político. De ser así, ¿acaso ahora los vínculos afectivos demuestran la idoneidad para un cargo? ¿Qué pasaría si los alcaldes presos fuesen solteros? Será que allí sí tendrían en cuenta las capacidades políticas del posible sucesor o dejarían a la preferencia personal el destino de un cargo. Quizá el problema real está en la presentación de sus candidaturas y no en sus verdaderas capacidades y compromisos con el proyecto político de sus esposos.   

 

La Mesa de la Unidad y las elecciones

 

Mucho se comenta sobre el interés de la MUD en participar en las elecciones y demostrar nuevamente la supremacía que tiene como fuerza electoral. La posición pasiva que ha tenido con respecto a las protestas nacionales les ha servido para ganarse la desconfianza de un sector, que ahora pretenden recuperar a punta del voto. Sin haber dado mucha pelea contra las detenciones y juicios de los alcaldes quieren hacerse con la victoria electoral y olvidar el hecho de que sus autoridades y líderes regionales han sido destituidos desconociendo la soberanía de todos los habitantes de San Cristóbal y San Diego. Entonces, ¿El paso más sensato sería al menos respetarles a sus candidatas o comenzar una nueva disputa interna por los puestos ya ganados y convocar primarias?

 

El discurso y la posición de Voluntad Popular

 

Por otra parte, el principal problema con la decisión parece ser la credibilidad del discurso del partido Voluntad Popular y sus dirigentes. Cuando se habla de radicalismos y de desconocimientos a las autoridades e instituciones pero aun así tenemos a sus líderes “entregados” a una justicia injusta, o lanzando candidatas a las elecciones que no creen validas, solo por no perder espacios, uno se pregunta cuál es la posición real del partido. En medio de un discurso contundente, y ya bien arraigado en los movimientos de protesta, que califica al régimen como dictatorial y de ilegítima a toda autoridad que se desprenda de este las acciones concretas que se han tomado han parecido confusas.

 

Sin embargo, en Venezuela, la tierra del ¿por qué no?, Los discursos se viven divorciando de las realidades, y poner bajo lupa una decisión tan controversial por donde se mire puede hacernos caer en una crítica injusta, aunque si bien muy necesaria.

 

Estamos ante un panorama tan complejo que incluso el ir a elecciones y ganarlas no resolvería el conflicto: ¿Las elecciones se podrán considerar como legítimas? ¿Las esposas estarán calificadas? ¿Las protestas pararan o se repotenciarán con el voto? ¿Está la MUD y Voluntad Popular en un callejón sin salida? ¿Qué pasaría con el futuro de los alcaldes?

 

(Visited 75 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras