Diplomáticamente hablando

Por Edgar Alí Méndez

@MENDEZEDGAR

 

 

 

Las Organizaciones Internacionales existen, pero no interpretan las realidades del mundo. El mundo de hoy se puede decir, sufre una metamorfosis que va mucho más allá de lo que registraron la primera y segunda Guerra Mundial, que por extensión fueron conformando lo que hasta ahora se mantiene como los BLOQUES DE PODER MUNDIAL.

 

En ese sentido ya las conocemos, pero están secuestradas en sus propias iniciativas e ideales políticos. Entre la OEA y la ONU como ejes representativos de la mediación Internacional, están dogmatizadas ante la historia, y las necesidades cotidianas del mundo, ese desgaste aunado a la «disfonía» de nuestros dirigentes políticos, ha configurado la necesidad de crear otras instancias que contengan dentro de sus estatutos, mayor acción y decisiones propias, antes de pensar solamente en la participación norteamericana en esta parte de nuestro mundo, indistintamente del conflicto que se nos presente y a la vez tengamos que enfrentar.

 

Políticos u «opinadores» de escasa mente abierta, abrogan a la UNASUR por ejemplo, preponderancia «politiquera» a razón de que Venezuela acepte su mediación o recomendaciones, no queriendo comprender (muchas veces intencionalmente) que el mundo y los países ya no son unas recetas previamente aprobadas para la solución de sus conflictos internos, siendo la figura a consultar y luego que apruebe, los Estados Unidos. En esa línea entonces, se encuentran países que apoyan las antiguas estructuras de esos foros políticos, esperando una respuesta que hasta ahora no es la que aspiran los BLOQUES DE PODER, ni las naciones de nuestro continente en la actualidad.

 

Bajo un punto de vista bien personal, nos parece un irrespeto que se emita ante los massmedia del hemisferio, que cualquier decisión tomada por los nuevos Sistemas de Integración en beneficio del diálogo entre venezolanos, sea «porque nos compran petróleo» por ejemplo, o poseen nula legitimidad, este lenguaje no contribuye en nada para consolidar los puentes que se intentan impulsar, y se distancia mucho tanto del ejercicio diplomático, como del interés colectivo internacional, tras la búsqueda del equilibrio del poder.

 

Continuando con la idea: ¿entonces sí está bien visto que la OEA visite nuestro país y haga las mismas consultas que habitualmente realizamos los Diplomáticos ahora con UNASUR O CELAC POR EJEMPLO? (USTED RESPONDA APRECIADO LECTOR)

 

Independientemente de cual sea su respuesta, se debe tomar en cuenta que los «clásicos» Sistemas de Integración que analizamos hoy, tienen una deuda con el tiempo, atrasos imperdonables ante sucesos de nuestro Sur, ejemplo: Venezuela, 2002 y Honduras 2010.

 

Queremos dejar sentado, el ejercicio político en el mundo de hoy no es el mismo, ya no es exclusivo de los Centros del Poder (o un Centro del Poder). La Política y la Comunicación, gracias a todos estos cambios bruscos que le están ocurriendo al mundo entero, son un escenario extendido a todo un público que en calidad de ciudadano común, por un lado, es producto de un análisis massmediatizado y por otro lado no lo es. Por lo tanto, no debemos ser tan simplistas, y sí, tratar en lo posible de contar lo que le pase al mundo de un modo más ecuánime, aunque, también sabemos, que todo lo que desarrollamos en nuestra vida cotidiana tiene un interés, igualmente ocurre a nivel diplomático.

 

Paralelamente, debemos estar claros, en que bajo este esquema que parte del caso que analizamos este día, hay a nuestro alrededor personas massmediatizas que les cuesta ver o escuchar otras ideas, más allá de las que le presenta la «Telepolítica.»  

 

NO NOS QUEDEMOS CON UN SOLO PUNTO DE VISTA, UNA FORMA DE MEDIACIÓN DISTINTA SIEMPRE DEJA UN APRENDIZAJE: NO DEBE ENFOCARSE EN UN SOLO BLOQUE DE PODER… DIPLOMÁTICAMENTE HABLANDO.

 

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