ESCASEZ: ¿DE QUIÉN ES LA CULPA? ¿EL CAPTAHUELLAS ES LA SOLUCIÓN?

Por Lilian Lucena

@LilianLucenaR

 

 

 

Es impresionante ver cómo el gobierno ha sido un total experto en la búsqueda de personas o circunstancias a los cuales echarles la culpa ante el fracaso de cada uno de sus controles e intervenciones. La CIA, Estados Unidos, la iguana y los empresarios han sido los principales señalados. Sin embargo, este año, los problemas se los está atribuyendo a otros factores: ante la desaparición de entre 25.000.000.000 y 30.000.000.000 de dólares, se señalaron a unas supuestas “empresas de maletín” y solo a un par de funcionaros públicos; para el problema con los pasajes, la culpa la tuvo el mundial de futbol (tuvieron la gran valentía de decir que todos los aviones tuvieron que cubrir la ruta para Brasil); y ahora, en cuanto a la escasez de alimentos, la culpa la tiene un grupo de venezolanos (pueblo) que mediante la buhonería o el contrabando revende los productos.

 

Esta capacidad del gobierno de crear “enemigos” les fundamenta la aplicación de una serie de medidas de “protección” que realmente son de limitación a nuestra LIBERTAD, las cuales, muy lejos de ser una solución, constituyen, primero, un menoscabo a nuestra calidad de vida y segundo, un empoderamiento cada vez más grande del Estado.

 

¿Por qué digo un menoscabo de nuestra calidad de vida? Porque cada intervención del gobierno nos quita poder adquisitivo, trae escasez de productos, hace crecer a una administración pública ineficiente que pone trabas con diversos trámites, entre otras cosas.

 

Conforme a esto, haré un breve recuento de medidas adoptadas por el gobierno socialista:

 

« ¿DE QUIÉN ES LA CULPA? »

Hace más de 11 años, el ex presidente Hugo Chávez, empezó con las exigencias al BCV para que le entregara 1.000.000.000 de las reservas internacionales. Desde ahí, más unos cambios a la Ley para que todo fuese legítimo, la institución ha sido usada para financiar el déficit fiscal (hay más gasto que ingreso) del Estado.

 

Para nuestro pesar, la impresión de dinero, sin respaldo en divisas u oro, destruye el valor de la moneda, puesto que aumentar la cantidad de dinero que circula, lejos de ser riqueza, significa, inevitablemente, INFLACIÓN. Ahora bien, sé que es un poco complicado imaginarse esto, pero es el fenómeno que ocurre, y es que si imprimir dinero fuese una solución ¿por qué no creamos 100 Bancos Centrales en cada país pobre de África?

 

Ante ésta política de emisión de billete, obviamente, y como todos sabemos, hubo un alza de precios. Esto, conjunto a la consecuente política de destrucción del sector privado, mediante los controles en las divisas y las constantes expropiaciones, trajo una inestabilidad económica y un gran deterioro de la productividad.

 

Así, en vista de que las intromisiones y controles del Estado (causa) trajo que todos los precios subieran (consecuencia), el gobierno decidió “proteger” el poder adquisitivo de los venezolanos e impuso de nuevo la causa del mal: ¡OTRO CONTROL! ésta vez, de precios.

 

Pero así, como la impresión de billete no nos vuelve a todos ricos, así el control de precios no logra contralar la inflación.

 

Ahora bien, ¿qué pasa cuando se establece un precio máximo? ocurren dos cosas:

 

1. Surgen más compradores de los que están dispuestos a vender (oportunidad de ganancia impelable para el comprador ¡por eso todos estaban en sabana grande comprando sus adidas en noviembre!); 2. Se crea un gran desincentivo para el sector empresarial y es que, si se vende para perder, ¿qué sentido tiene el negocio?

 

Ante ésta situación, los anaqueles se vacían, tiendas cierran y ocurre, lo que hoy vivimos, la terrible ESCASEZ. ¿Quién es el culpable? ¡EL Estado! Porque utiliza al BCV como impresora de billetes; porque expropia a diestra y siniestra, sin respeto al debido proceso, y nacionaliza empresas, sin que hoy veamos productividad en ellas; porque creó un control de precios; porque te crea miles de trabas en todos lados con funcionarios que te piden peaje; porque interviene constantemente.

 

Este pequeño relato de más de 10 años de controles y regulaciones, es decir, del origen de nuestros problemas, me lleva a pensar:

 

Un sistema de RACIONAMIENTO llamado sistema biométrico de “abastecimiento”

« ¿SERÁ UNA SOLUCIÓN? »

Ante una historia de control, la cual ha sido causa de ésta escasez ¿vamos a aplicar otro CONTROL? Lamentablemente para el nuevo superintendente ésta es la solución.

 

Lo más preocupante es que en 1962 ésta misma medida se tomó en Cuba. La muy conocida libreta de racionamiento cubana se impuso en el medio de una fuerte escasez que el país atravesaba, bajo la justificación de que era necesaria una mejor administración de los alimentos. 52 años después el discurso se repite en Venezuela. Él régimen dice que no es racionamiento, pero cualquier medida que establezca un límite a lo que puedes comprar, lo es.

 

Esta falsa solución que en nada resolverá el problema, me preocupa. Actualmente los cubanos no pueden superarse y tienen que vivir con lo poco que le dan. Algo un tanto parecido a lo que nos pasa ahora, ¿no?

 

Conforme a esto, el captahuellas es otro control que se vende como “protección”. El Estado vio a quien echarle la culpa de sus políticas y decidió justificar medida, la cual, lejos de solucionar, nos limita enormemente.

 

Escribo, pues, esta memoria de controles porque hay que recordar la causa del mal. Nuestra crisis lleva tiempo cocinándose y solo podemos salir de ella si sabemos bien su causa.

 

Lo bueno es que actualmente veo a muchos venezolanos, que saben cuál fue la causa del problema y saben, por tanto, hacia donde quieren ir.

 

Venezuela está despertando hacia la defensa de un nuevo concepto de Estado que proteja lo esencial: nuestra vida, libertad, propiedad.

 

Nuestra convicción y nuestras ganas de ver una Venezuela llena de libertades, nos hará construir un camino hacia la prosperidad.

 

El cambio se quiere y se puede pero no nos dejemos poner un sistema que nos haga caer en la sumisión.

 

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