La Generación política que necesitamos
Por Luis Alfredo Velásquez Dorta
@pepelo_lavd
Los jóvenes políticos de este siglo enfrentan muchos retos, retos del ahora y retos del pasado que por ser de otras generaciones no deben dejarse a un lado.
El reto más grande es el de encontrarse como generación y trascender a las prácticas malévolas que lamentablemente se hicieron en muchos costumbre y hasta modo de vida. Deben entender que son una generación que tienen metas en conjunto y que eso los debe llevar a unirse en lo que respecta al enfrentamiento de los obstáculos generales que los perjudican, como son los antivalores, la poca moral, la frivolidad, la ignorancia, el libertinaje. Por otra parte están las herencias desastrosas que han sido como virus mortales para las generaciones del pasado y que lamentablemente hoy están todavía muy presentes, me refiero a esas práctica nefastas que alientan la destrucción entre compañeros, que fomentan el egocentrismo por encima del colectivismo, a los ideales concentrados solo en el bienestar individual y no del colectivo, al discurso que engaña masas y que promueve mentiras solo con un fin de lograr metas personales y narcisistas; en fin a los que yo llamo los engendros políticos.
Las nuevas generaciones políticas deben tener presente muchas cosas y estar consientes del real papel social de la política y no entenderla como una simple batalla por el poder que se puede utilizar para beneficiarse, los jóvenes que hoy crean que la política es un modo de vida o que pueden llegar a vivir de ella se vuelven simplemente esclavos de sus aspiraciones personales y esto les será un lastre que a lo mejor les permita estar cerca de la superficie pero jamás emerger. Debemos entender que la política en su esencia representa un sacrificio tanto individual como colectivo, que es el esfuerzo de uno o muchos para lograr solventar problemáticas sociales, especialmente en este mundo tan exigente, cambiante, mercantilista, fascista, que eleva el sacrificio que deben hacer los que quieran ejercer la política, por lo que el ejercicio de la política debe ser entendido y visto como un aporte desinteresado a la sociedad y todo lo que venga de ese entendimiento producirá un ejercicio honesto y probo de la política, cosa que hoy se ve muy poco o mejor dicho casi nunca se ve. Por lo que los jóvenes que quieran ejercer la política deben primero internalizar esto y comenzar a dar el ejemplo con sus propias vida, si son buenos ciudadanos, buenos hijos, buenos padres y buenos esposos serán sin duda buenos y dignos políticos, políticos que hacen hoy mas falta que nunca y que deben germinar de ésta generación que es una de las más preparadas de la humanidad y que tiene la obligación histórica de retribuir al mundo esa preparación adquirida y no solo utilizarla para el crecimiento económico individual.
Sin duda existen muchos obstáculos por superar pero tienen las suficientes herramientas para lograrlo, solo hace falta entender el compromiso con el futuro, con la sociedad, con la venezolanidad y como dijo en alguna oportunidad una de esas jóvenes de esta generación y amiga Carolina Abrusci “debemos dejar de preocuparnos y comenzar a ocuparnos más”.
