Jóvenes de Venezuela presentes en la 2° Conferencia Latinoamericana de Estudiantes por la Libertad

Por Lilian Lucena

@LilianLucenaR

 

 

 

Las ideas tienen consecuencias

 

Este fin de semana, del 10 al 12 de octubre, tuve la grandiosa oportunidad, junto a cuatro compañeros venezolanos y cientos de jóvenes de casi todos los países de América Latina, de participar en la segunda Conferencia Latinoamericana de Estudiantes por la Libertad.

Dicho evento, denominado por la organización “Ruta de la Libertad” y celebrado en Guatemala, englobó a más de 600 estudiantes y recién graduados de la región hispanoamericana, quienes aprovecharon los espacios, no solo para nutrirse de las grandes ideas expuestas en las ponencias, sino para intercambiar opiniones o frustraciones sobre sus países ante el hecho de que de una u otra forma sus tierras se encuentran afectadas o constantemente amenazadas por el típico populismo latinoamericano; los controles y los procedimientos burocráticos; el menoscabo de las libertades y la terrible violencia producto, más que todo, del narcotráfico.

Para esta conferencia, la universidad Francisco Marroquín brindó sus espacios, tanto en la ciudad de Guatemala como en Antigua Guatemala. Una vez que todos llegamos a la sede, cada uno se encontró maravillado por el espacio y es que el mismo representa las ideas que no suelen ser expuestas abiertamente en muchos recintos académicos de la región. Para hablar desde mi experiencia, mientras la biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, contiene cientos de libros titulados con el nombre Karl Marx, o escritos por él o sobre Lenin o algún otro comunista, la Universidad Francisco Marroquín se perfila con otros autores y otras escuelas que si han demostrado con sus ideas determinar cuál es la clave para el progreso, ideas ligadas, no a la consolidación de un Estado todopoderoso sino al empoderamiento del individuo y la defensa de las libertades. La Universidad Francisco Marroquín se perfila, pues, con las ideas que muchos políticos han utilizado para sacar a sus países adelante y hace homenaje a autores que sirvieron de inspiración a muchos asesores o políticos. Para extender la idea con un ejemplo, quien asesoró a Ludwig Erhard, responsable del “milagro alemán”, leyó a Ludwig von Mises. Hoy Alemania, después de los terribles acontecimientos, se perfila como una potencia.

 

En cuanto a Latinoamérica, ésta ha encontrado crecimiento en muchas zonas pero no en la venezolana y cubana, y es que mientras muchos han decidido abrir sus mercados, estos dos países han decidido aislarse y creer en otro modelo, y no es que esté diciendo que todo este perfecto en el resto de los países pero al menos los compañeros que conocí de otros lugares de la región pueden armarse un proyecto de vida en sus tierras, algo muy distinto a mi caso.

 

Conforme a esto, Venezuela, mi país, es la muestra notable, evidente y repetida, de que el modelo socialista es un fracaso y que la riqueza de un país no está contener millones de recursos naturales para que el Estado los administre, sino que la riqueza se encuentra en la capacidad de producir de sus ciudadanos

 

Pero ¿por qué Venezuela se dejó implantar el vil socialismo del siglo XXI?

 

El problema que yo veo en mi país es que lleva décadas arraigando las ideas equivocadas.

 

No es secreto que la generación de mis padres, aquella generación de jóvenes de hace 40 – 30 años, creció dándole buen ojo a Cuba y su modelo, defendiendo la intervención económica y social como la vía más justa, porque se pensaba en igualdad y no en Libertad. Se pensaba que como había petróleo, el sistema más justo era la redistribución pero no se veía que eso acrecentaba una cultura alejada de la responsabilidad individual pero impregnada del vil populismo. Dentro de este contexto, el político que más ofrezca es el que mejor se perfila y es ahí cuando el desenlace de intervenciones termina generando en crisis y malestar.

 

Décadas, por tanto, de socialdemocracia, amiguismo e ineficiencia, conllevó al socialismo de los caudillos. Sin embargo, las fiestas sin dinero no duran mucho y hoy el país, dentro de su gran deuda, se está desplomando y mi generación, para suerte de nuestro futuro, ya no cree en la utopía socialista.

 

El ciclo vicioso de intervención y fracaso nos ha mermado con la experiencia de no creer en los controles y en las nacionalizaciones. Ver a otros países avanzar, nos hace visualizar otros caminos y dejar atrás la plaga cubana. Aún nos falta un paso enorme para avanzar pero Venezuela, sin duda alguna, se está construyendo su Ruta de la Libertad y esta empieza por el cambio de ideas y sus jóvenes se están armando con ellas.

 

Sin duda alguna, esta experiencia en Guatemala me ha confirmado que la Libertad es el camino y para el bienestar de nuestra región, esta generación está consciente de eso.

 

Siguiendo así, superaremos la pobreza, la violencia y el socialismo del siglo XXI.

 

Coordinadores locales de Estudiantes por la Libertad

 

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