El Estado Hobbesiano

Por Marcos Morales

 

 

 

El profesor Leornardo Vera, titular de Economía UCV,  ante las evidencias de la última encuesta IVAD, 17 oct, que muestra la ausencia de respaldo de Maduro, con más del 60% población solicitando Constituyente y Renuncia de Maduro, señala

 

“Me pregunto ¿Qué estaremos esperando? ¿Qué venga un arcángel a salvarnos?… Ahora más que nunca la unidad alrededor del cambio y hacia el restablecimiento de la democracia es una clara mayoría. Pero debe organizarse políticamente, expresarse y exigir profundos cambios. La participación, la militancia y la expresión de cada voluntad política es una exigencia. De lo contrario, el riesgo es que esa minoría que nos gobierna se desdibuje aún más y consolide una brutal tiranía”

 

Ante tan sentida y agobiante pregunta, de un venezolano sensible por la ausencia de respuesta política de los partidos democráticos, me atrevo a conjeturar que del análisis del desempeño del sistema político venezolano actual, la lógica del sistema generará como respuesta consensual la imposición de un gobierno Hobbesiano tiránico para salvar al país del caos y del desorden, ya que las fuerzas democráticas han claudicado las banderas de las defensa de los derechos humanos y la libertad.

 

Permitanme explicar estas conclusiones que parecerán lúgubres e insensibles con los deseos de democracia y humanismo, deseos que comparto y, por los cuales lucho todos los días, en cualquier sitio que me encuentre. Pero el análisis que conjeturo, no es sobre deseos, sino, sobre la evaluación del sistema político venezolano actual, la forma de la toma de decisiones y las élites del poder.

 

Como sabemos, la civilización según Freud surge de la represión de los instintos animales, violentos, del ser humano por parte de la sociedad. Una sociedad en estado de anomia no pude ser catalogada como civilización, es un estado de naturaleza, un estado salvaje.

El sociólogo alemán Norbert Elias desarrollo toda su obra sobre los orígenes y evolución de la civilización occidental. Este autor, asoció la civilización occidental con la creación del estado nacional en  Europa, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, y la aparición del Estado Hobbesiano o Leviatán.  Aunque parezca paradójico, el Leviatan es la respuesta natural, necesaria, esperada  de la sociedad ante la alternativa de la anomia, o estado salvaje, estado de la naturaleza. El emerito profesor del MIT, Steve Pinker, basandose en N Elias, señala en su obra “los angeles que llevamos dentro”,  que a partir del Estado Hobbesiano se inicia un proceso progresivo de democratización y humanización de la sociedad, es especial en las democracias capitalistas. A partir del surgimiento del capitalismo, cuyos fundamentos básicos fundamentados en la libertad de elegir, libre entrada en cualquier actividad económica, los derechos de propiedad, en especial frente al Monarca o Estado soberano y el establecimiento de mecanismos transparentes para la solución de conflictos entre los propios ciudadanos y entre estos y el Estado, mediante un sistema judicial autónomo, se desarrollan derechos humanos fundamentales de la sociedad, proceso que se ha reforzado, con las luchas simultaneas de organizaciones sociales en defensas de sus derechos: sindicatos, derechos de las mujeres, etc.

 

El profesor Pinker, así como Acemoglu y North, autoridades en economía institucional,  señalan que el proceso de las sociedades democráticas, no es un proceso lineal, pueden ocurrir reversión del proceso e involución.  Si las sociedades y su sistema político son conducidos a procesos anómicos, las sociedades tienden a desintegrarse, a vivir bajo el acecho de la violencia, del terror y la amenaza desatada de las pasiones instintivas no reprimidas por el Estado,  bajo la incertidumbre sobre el valor real de sus ingresos, propiedades y riquezas, y bajo el riesgo permanente de la falta de garantías para  la disponibilidad de bienes de consumo vitales del ser humano. En estos casos, las sociedades pueden apoyar soluciones políticas tipo Leviatan, es la única alternativa posible ante el caos.

 

Venezuela, desde 1811 hasta 1903, fue una sociedad sumida en la anomia, en permanente guerras  y alzamiento de montoneras desatadas en toda su furia y pasiones sicopáticas sin control. La presencia de personajes como Boves, es recurrente en la historia de dicho período,  sociópatas que despliegan toda su  animalidad bajo el respaldo  permanente de gente del pueblo, y actuando en nombre de instituciones del Estado (la Corona, en el caso de Boves), pero generando una calamidad pública de horror y crueldad sin control alguno.  Durante la guerra federal, el general Ezequiel Zamora se apoyaba en las hordas criminales de Martin Espinoza, hombre cruel que degollaba hombres, mujeres y niños sin ningún tipo de escrúpulos; al final Zamora tuvo que fusilarlo. Uno de los lugartenientes de Espinoza, el ex esclavo Tiburcio, especie de santero o palero, a quien Zamora consultaba, en un arrebato de impunidad, tomó una iglesia llanera y se puso la sotana del cura, ofició una misa y declaro que para llevar a Zamora y Martin a Caracas era necesario matar a todos los que sabían leer y escribir.

 

A partir de 1903, con la creación del ejercito nacional, y bajo el mando del general Gomez, se establece en Venezuela el estado Hobbesiano, que en sus inicios, hasta 1918, fue apoyado y aclamado por las élites del poder y el propio pueblo, como una necesidad política frente al caos y el desorden, “el gendarme necesario”. Los ciudadanos durante el gobierno de Gómez disfrutaron de seguridad del Estado frente a los bandoleros y asalta caminos, frente a las hordas y montoneras que habían cubierto de sangre todo el siglo XIX.  El Estado era el único poder con legitimidad de usar la violencia en nombre de la sociedad (Weber).

 

Hoy, en nuestra Venezuela, se acaba cometer un ajusticiamiento público de los jefes de bandas criminales, de colectivos violentos, llamados 25 de marzo. Fueron ajusticiados, según muchas fuentes, entre ellas, Manuel Isidro Molina, periodista de izquierda no chavista ni oposición, quien denunció este crimen de lesa humanidad, ya que el aparato policial del Estado venezolano no está autorizado a cometer ajusticiamiento sumarios, sobre algún ciudadano, sea este delincuente o no. Los únicos que han protestado esta violación fragante de la vida han sido, algunos grupos humanistas del chavismo, los propios afectados (colectivos violentos), y las irreductibles ONG´s defensoras de los derechos humanos. El resto de la sociedad, los partidos políticos, la MUD, los medios de comunicación, callaron ante esta flagrante violación de DDHH. Podemos decir, que la población, hastiada de la impunidad de estos colectivos violentos o bandas delictivas, sintió satisfacción por esta medida.

La justificación política del ajusticiamiento de los 5 jefes de las bandas criminales no es más que la justificación política del Leviatan, representado por las fuerzas armadas frente a las bandas de delincuentes de los colectivos violentos.

Los militares han sido disculpados  por el sistema político para tomar medidas extremas, sin respeto a los DDHH, se están convirtiendo en el gendarme necesario ante la anomia de un gobierno (Maduro) que apoya a estos grupos para militares. Las FFAA le han declarado la guerra a los colectivos, su objetivo es desarmarlos y someterlos, pero asumo que ese proceso será violento y cruel. Los partidos políticos le han dado un cheque en blanco a la FFAA, no hay juego político, no existe poder alguno en el país que pueda, en estos momentos, dar directrices a las FFAA, estas se han autonomizado.

 

En los meses de febrero y abril de 2014, el país vivió una jornada de revitalización de la protesta ciudadana por los derechos humanos. El gobierno de Maduro, reprimió cruel y brutalmente esas protestas, a través de la guardia nacional, la policía nacional y los colectivos violentos, que hoy persiguen. El saldo fue 41 muertos, centenares de torturados, miles de heridos, y centenares de estudiantes y ciudadanos sometidos al terror del poder judicial totalitario. El gobierno desnaturalizó la responsabilidad de estos actos de crímenes de lesa humanidad al señalar a las propias víctimas como responsables de dichos crímenes. Se dijo, que las protestas eran unas guarimbas asesinas, a pesar de  que ninguna guarimba tenía armas, ni alguno de sus supuestos miembros haya sido acusado de autores materiales de algún crimen. Todos los autores materiales de los crímenes,  de febrero a abril, son  personas asociadas al gobierno: guardias nacionales, policías, colectivos y otros.

 

El gobierno logró el objetivo de crear la impunidad ante los crímenes de febrero.  En cadena nacional felicitaron la actuación “cívica” de los cuerpos represivos del estado que cometieron los actos antes señalados. Todo el gobierno, el PSUV, la mayor parte de la directiva de la MUD, la mayoría de los medios de comunicación acogieron la tesis que la guarimba, es decir los ciudadanos que protestaron por la vigencia de los DDHH,  era la responsable de estos crímenes de lesa humanidad. El sistema político venezolano, sus élites dirigentes, justificaron la actuación de una rama de las FFAA y las fuerzas policiales en la comisión de estos crímenes de lesa humanidad. Se legítimo el uso de la fuerza y la violencia en contra de ciudadanos desarmados, en contra de las protestas ciudadanas; el establecimiento político le entrego una patente de corso a las FFAA para que dispusieran del sistema político como se les antoje. La civilidad perdió su legitimidad al aceptar la argumentación del gobierno sobre la desfiguración de las protestas ciudadanas (guarimbas). Hay que hacer una salvedad, dos instituciones sacaron la cara por la civilidad democrática: la iglesia y las ONG,s defensoras DDHH, y por supuesto, los lideres que impulsaron estas protestas.

 

A la iglesia y las ONG´s se han convertido en instituciones molestas, incómodas. Ni el PSUV ni la directiva mayoritaria de la MUD se sienten a gusto con su presencia, evitan conversar sobre su preocupación: defensa de los DDHH.

En consecuencia, la dirigencia política civil, del gobierno y la oposición, han claudicado ante el poder de las FFAA, no se atreven a confrontar a dichas élites militares, hegemónicas del poder, por el contario, han legitimado su actuación, ante crímenes de lesa humanidad.

 

Por su parte, la sociedad, ante la claudicación moral de las élites políticas, ante el engendro que creó el comandante eterno, al armar los colectivos violentos, se dan cuenta que están en un estado de naturaleza, en una anomia, que los únicos en poder resolver ese cuello de botella, es la institución armada legítimamente: los militares.

 

Por otro lado, la anomia, no es tan solo de violencia física de grupos hamponiles que actúan con total impunidad, amparados en ciertos sectores del gobierno. La anomia peor es la desestabilización económica, que afecta al 100% de todos los venezolanos.

 

Para resolver esa anomia económica se requiere de un liderazgo político, inexistente tanto en el gobierno o en la oposición, o de una institución con poder para imponer las medidas con represión.

La situación económica es explosiva, dudo que pueda sostenerse varios meses: tipo de cambio subvaluado, con una brecha creciente entre los tipos de cambio oficiales y el mercado negro, el desabastecimiento generalizado de la mayoría de bienes, que se hace más agudo, por dos razones, una la caída de los ingresos en divisas petroleros, y la otra, el estimulo a la sobre facturación de importaciones; por último, la alta inflación y su inercia explosiva.

Resolver esta trampa creada por el comandante eterno, la política de la macroeconomía populista, requiere de fuertes sacrificios de la población, en especial, una caída de los salarios reales y los ingresos reales.

 

La historia en LA es aleccionadora. En algunos casos, los ajustes exitosos para la estabilización macroeconómica se han implantado bajo regímenes de fuerza, dado los costos sociales de estos ajustes, como en el caso de Fujimori en Perú, ante el desastre dejado por Arlan García, y otro caso es Pinochet en Chile. Uno de los casos exitosos de ajuste, con liderazgo democrático, sin sacrificar la libertad, ha sido el representado por el Gobierno de Rómulo Betancourt en 1959, cuyo gobierno devalúa la moneda  en casi 30% (de 3,5 a 4,5 Bs/$), rebaja el salario nominal de la administración pública en 10% y el salario real en 14% aproximadamente, elimina el Plan de Emergencia del Almirante  Larrazabal, que consistía en transferencias monetarias a personas supuestamente desempleadas, que se había convertido en un acto de proselitismo político o clientelismo partidista que beneficiaba a miles de personas, la mayoría radicadas en Caracas, entre otras medidas.

 

En conclusión, ante el clima de inseguridad y terror que vive la sociedad venezolana, ante las amargas medidas que se deben adoptar para normalizar la economía, ¿consideran ustedes que existe liderazgo político civil capaz de persuadir a la población a realizar sacrificios relevantes para resolver estos problemas nacionales? ¿Ustedes se imaginan a Maduro, Capriles, ramos Allup, hablándoles al país de la necesidad de amargas medidas económicas para garantizar un mundo futuro mejor?

 

Si la oposición no ha sido capaz de defender el estado de derecho, la defensa de los derechos humanos, ¿Qué tipo de confianza puede tener una gran parte de la población ante tal conducta?

 

Si las fuerzas políticas civiles, han legitimado la actuación violenta y vejatoria de los DDHH de las FFAA, ¿Esto puede ser un elemento motivador de aglutinar la voluntad popular ante la única institución que tiene poder para implantar un programa de ajuste y a la vez, someter a las hordas violentas, armadas por sectores del gobierno?

Ante la violación continua de los DDHH y la legitimación de tal proceder, ¿la gente no aspirará a la instauración de un estado hobbesiano en Venezuela, antes que esta se desintegre?

 

El padre Ugalde, el obispo Ovidio Perez Morales y Pompeyo Marquez creen que la salida es un gobierno de transición, que en el caso de Ugalde, el creé que debe originarse en el chavismo, no le vé chance a la oposición. Los otros creen en un gobierno amplio de consenso. Ninguno se pasea por las elecciones de 2015. ¿Por será?

 

Espero algunas reflexiones de mis amigos, aliados y antagónicos, la situación lo amerita.

Saludos

 

 

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