Un régimen que teme a la valentía de una mujer

Por Juan Francisco Morales Alfonzo

@AmadisdeG50

 

 

 

Es incomprensible que un régimen que dice tener la mayor popularidad jamás vista, se ocupe de atemorizar y reprimir a pequeños grupos opositores. Lo cierto es que, ni tienen la mayor aceptación popular, ni tampoco la valentía e inteligencia para encarar democráticamente a los verdaderos líderes de las mayorías. A muchos chavistas les costará entender cómo a una mujer que sólo exigió respeto, transparencia e imparcialidad en la selección de los árbitros electorales, le sea imputada nuevamente por magnicidio; pero quienes entendemos el verdadero trasfondo de su persecución, sabemos que no es más que debilidad.

 

Quien quiera investigar sobre la trayectoria de María Corina Machado, se encontrará con una mujer que desde muy joven, se dedicó junto a su madre a brindarles apoyo a los niños huérfanos, como también a muchos hogares en pobreza extrema (FUNDACION ATENEA Y ORGANIZACIÓN OPORTUNITAS). Al pasar del tiempo, ocupó igualmente parte de sus mejores años en la conducción de la principal organización veedora de transparencia electoral y defensora de los derechos políticos de los ciudadanos en Venezuela (SUMATE). Cuando aspiró a su primer cargo de elección popular, lo hizo por cuenta propia y sin militancia partidista, ganándose la confianza, el respeto y la admiración de sus electores; quienes le concedieron la oportunidad de un merecido curul en la Asamblea Nacional con la más alta votación de la historia. A partir de ese momento, María Corina no ha dejado de trabajar persistentemente con pasión, firmeza y valentía, con la finalidad de construir un mejor futuro para todos los venezolanos.

 

Los atropellos en contra de Machado se han convertido en “el pan de cada día”. Recordemos que fue tiroteada por colectivos, golpeada brutalmente en plena Asamblea Nacional, en terminales aéreos, atacada con armas en asambleas de ciudadanos, en movilizaciones pacíficas y perseguida hasta el cansancio por el ala radical del oficialismo. Fueron intervenidas sus conversaciones telefónicas y sus correos electrónicos, para luego falsear y manipular descaradamente todos sus mensajes; no obstante, quienes la han querido desprestigiar, han sido desmentidos por especialistas, como ocurrió con el pronunciamiento de Google sobre el montaje de capturas de pantalla en sus emails.

 

A Machado jamás le ha temblado el pulso para acudir a la fiscalía, a juzgados y hasta los tribunales inquisitorios si fuese necesario. Ese es el drama que pone a temblar a un grupo reducido de oficialistas, quienes se han dado a la tarea de hasta cerrar aeropuertos privados pensando en la ridícula posibilidad de que huya del país por esa vía, pero lo cierto es que la máxima de Machado siempre ha sido: “aquí damos la cara y nadie se rinde”.

 

En un Estado donde los jerarcas rinden tributo al Dios del dinero, a la corrupción y a la ineptitud, apareció una mujer capaz de enfrentar tan oprobiosas costumbres. Tal concepción ya no engaña a nadie, porque solo ha sido instrumento para conculcar los derechos ciudadanos y engendrar la más dolorosa y triste realidad. Pero no es momento de hincar rodillas, con más fuerza que nunca, Machado seguirá demostrando estar del lado correcto de la historia.  

 

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