Hasta que el rojito termine de cantar

Por Ángel Fernández

@andafero

 

 

 

‘’La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos’’.

George Bernard Shaw.

 

Hace tanto que el venezolano no sabe del verdadero significado de una democracia; hace algunos años… unos quince años, casi. Recuerdo que muchas personas hablaban del Consejo Nacional Electoral (CNE) como un arma del oficialismo hasta no hace más de dos años; recuerdo a muchas personas diciendo que no era posible tener tan solo a un rector de la oposición dentro del CNE y a cuatro del oficialismo y, además, que los eligiese una Asamblea Nacional con mayoría clara de oficialistas; recuerdo que nunca en mi vida vi tanta separación de ideas, tanta pelea política, ni tanta guerra sucia como la que hay ahora.

 

Hace poco, hubo elecciones en el Centro de Estudiantes de la Universidad de Los Andes (ULA). Dentro de las opciones a la presidencia del mismo, tres eran los candidatos fuertes al puesto. Por el oficialismo, Inder Romero; por la oposición, dos contendientes: Gaby Arellano y Jorge Arellano; este último, puesto por la Mesa de la Unidad (MUD) para quedar electo. Ahí, el primer problema. ¿Es necesario dos candidatos del mismo corte para un puesto? Pues, no; pero, es lo que hemos visto en los últimos años, una supuesta ‘’Mesa de la Unidad’’ que lanza contrincantes contra todos, no solo contra los oficialistas, sin importarles qué esté de por medio.

 

Recuerdo haber visto en Twitter la información de varios periodistas de alta trayectoria y algunos medios de comunicación, dieron como ganadora a Gaby Arellano; mientras que dirigentes de la MUD daban como ganador a Jorge Arellano. Interesante que solo ellos lo reconocieran como ganador. Del oficialista, ni hablar; nada de nada. Luego de esto, varios colectivos de paz (llámese así a cualquier persona de camisa roja con un arma para ‘’defender a la patria’’) quemaron urnas de las elecciones donde Gaby Arellano era ganadora. Me llama poderosamente la atención que esta vez ni se inmutaran por defender al oficialista. Esta vez, era por el opositor, por Jorge Arellano.

 

No es la primera vez que ocurre esto en la ‘’Revolución bonita’’ en época de elecciones. En elecciones pasadas recientemente, también ocurrió; en elecciones universitarias, es primera vez que ocurría.

Con estos detalles, uno se pregunta si alguna vez hubo verdadera democracia en Venezuela, en los últimos quince años, en elecciones que no fuesen internas de un partido. Siempre traté de darle una oportunidad al oficialismo, pero cada vez que lo hacía, la cagaban, como se dice en criollo. Después de este episodio electoral en la ULA, me doy cuenta de que los rojos siempre cantarán de último, y no porque tenga razón, sino porque manejan el sistema; carajo, son el sistema.

 

Lo más paupérrimo, detestable, pobre, asqueroso, y búsquele usted miles de otros adjetivos peyorativos, es que la MUD no sea más que una mesa entre la unidad de los rojitos, de los azulitos y de la plata que se llevan entre los dos gracias a las voces de nosotros, de los pobres pendejos que les creímos en un principio.

Puedo decir con alevosía, que ya no veo ni rojos, ni azules, veo a puros ladrones, repugnantes aprovechados y narcotraficantes en potencia. Es un sentimiento parecido a cuando te das cuenta de que tu teléfono siempre estuvo en tu bolsillo y no te lo robaron en el Metro; un alivio total.

 

La frase de Shaw quizá puede ser dura, pero es una verdad gritada a viva voz. Cada pueblo tiene al gobernante que merece. Nadie quería que nuestra moneda quedara más abajo que la dignidad de Julio Borges; nadie quería que la inseguridad fuese tan fuerte como el dolor de cabeza que da cuando Maduro habla; nadie quería que la tasa de mortalidad en Venezuela fuese tan alta como la hipocresía de Diosdado Cabello; pero, nos lo ganamos, por el simple hecho de no habernos dado cuenta de lo que nos estaba acechando. Más que eso, por no enmendarlo a tiempo.

 

Mientras que no nos fijemos bien en quiénes son aliados de los rojos y quiénes quieren un verdadero bienestar para el pueblo, el rojito seguirá cantando y, lamentablemente, esto se terminará cuando el rojito llegue a la nota final.

(Visited 56 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras