Los socialistas no pueden dejar el capitalismo

Por Lilian Lucena

@LilianLucenaR

 

 

 

«Todo el mundo, sin importar lo fanáticos que sean a la hora de difamar y luchar contra el capitalismo, implícitamente lo homenajea al demandar apasionadamente sus productos». Ludwig Von Mises.

 

En la primera semana de noviembre se instaló en Yaracuy otro organismo de nombre larguísimo, el Consejo Presidencial de Gobierno Popular para la Cultura. No me quedó claro cuál será su función, creo que era el rescate de la identidad nacional y el apego a los valores socialistas en nuestra cultura, pero dentro de lo que pude escuchar, al ver la cadena, algo me marcó y fue la intervención de una mujer del público. En sus palabras, la señora hizo un llamado de atención a todos los presentes y los exhortó a dejar todo producto y servicio proveniente del capitalismo; expresó en sencillos términos como la ley entraba por casa y que para dar el siguiente paso hacia la consolidación del socialismo, era necesario que el accionar de cada uno esté en sintonía con las ideas que día a día defienden y luchan. Explicaba ejemplos, para el cambio en el estilo de vida, como en vez de darle una coca cola al hijo, era mejor darle un jugo de lechosa hecho en casa. Escuchar eso, sencillamente me encantó, puesto que si algo le falta a este socialismo es que sus militantes se sinceren y vivan bajo lo que su modelo produce y promueve.

 

Sin embargo, la realidad demuestra, que estos socialistas del siglo XXI, que gritan día a día “no volverán”, que despotrican al liberalismo y amenazan a los Estados Unidos, están sumamente reacios a abandonar los beneficios que le produce el capitalismo a sus vidas y hasta en su partido.

 

Para una muestra de ello, hace unas semanas Daniela Cabello, la hija del presidente de la Asamblea Nacional, protagonizó el video para el Festival Internacional de Turismo de Venezuela (Fitven). En el mismo se ven una serie de bienes y servicios cuya elaboración, producción y comercialización están a cargo, en su totalidad o en su gran mayoría, por empresas privadas.

 

 

 

El primer bien puesto en escena es, nada más y nada menos, que un avión. En materia aeronáutica, considero que no existe duda alguna en reconocer quienes son las líderes en fabricación de aviones comerciales. Está la compañía privada – Boeing – y la empresa europea – Airbus – la cual lleva privatizada unos 13 años.

 

Próximo a ese segmento, el video muestra una escena de unas personas llegando con sus maletas. En el momento en que empiezo a buscar cuáles son las empresas que producen dicho bien, me encuentro con una infinidad y todas las que veo son de índole privado, propias de un sistema capitalista, como – Samsonite, Roncato, Delsey, Valisa, Gladiator, Victorinox – y cuando busco de ropa ¡ni hablar! la gama que ofrece el mercado es increíble, mientras que la pública es como inexistente. Así, dudo entonces que la vestimenta y en especial los trajes de baños (que son hermosos y me gustaría aunque sea uno) sean producto de alguna empresa estatal. De hecho, el modelo del traje de baño está a tono con el de una de las colecciones de Victoria Secret. No quiero decir que la prenda es de esa compañía pero debe ser de alguna similar, que en esencia es privada.

 

Siguiendo con el análisis de los productos que aparecen en el video, no puedo dejar pasar por desapercibido la tabla para el wakeboard y el flyboard ¿consideran ustedes que estos productos fueron pensados, diseñados y defendidos por funcionarios públicos? ¿Acaso son producto de la planificación estatal? En cuanto al flyboard la inventiva fue de un francés que se dedica a los deportes acuáticos. El apostó por su producto cuando nadie lo hizo, lo mostró públicamente y en forma instantánea tuvo un impacto en quienes lo vieron, teniendo hasta el sol de hoy visitas que rondan en los millones.

 

Y cuando analizamos los diversos servicios, el perfecto maquillaje de Daniela no se logró porque el Estado decidió crear empresas de maquillaje, o promovió el estudio del maquillaje profesional; se logró porque países optaron por la libertad económica y no por la planificación central. Optaron por dejar que personas emprendieran e impulsaran los proyectos que se le ocurriesen y cooperaran con otros, para su elaboración, con gran libertad. No hubo un funcionario que le diera el visto bueno al servicio o producto, solo hubo un público dispuesto o no a comprarlo. Hubo mercado.

 

Conforme a esto, parece que Daniela Cabello y su equipo no pudieron desprenderse de las maravillas que ofrece el capitalismo, es decir, la empresa privada ¿qué paso entonces con la señora que hizo un llamado a dejar ese estilo de vida atrás? Los socialistas deberían ser los primeros ¿no?, pero ¿cómo culpamos a Daniela? jamás hubiese podido hacer el video, con esa calidad, sin los productos que ofrece el mercado. Gracias a la empresa, globalización e iniciativa privada, el equipo tiene las cámaras y cualquier producto para la elaboración del video, tiene los objetos que mencione anteriormente y más, y aunado a que los tiene, puede elegir entre diversas marcas, para que elija la que en mayor medida cumpla sus expectativas.

 

¿Hubiese entonces podido realizarlo con los productos que le ofrecen las empresas estatales? Sin cámaras, le hubiese tocado hacer una dramatización en el boulevard de sabana grande, sin maquillaje, con maracas y una ropa no tan moderna. Así, pues, conforme a este caso hay muchos más que demuestran la inconsistencia entre lo que los socialistas dicen y defienden y lo que realmente hacen y les gusta.

 

No solo tenemos el caso de Daniela, tenemos, por ejemplo, el caso de todos los funcionarios que hoy están asustados con la nueva ley que Estados Unidos de América va a sancionar. Si ellos detestan aquél Estado, no deberían visitarlo ni tener bienes allá; o el caso de todos los chavistas que usan las redes sociales como Twitter y Facebook. Su batalla ideológica contra el capitalismo, es gracias al mercado, es decir, su principal política, la cual es la comunicacional o “lavado de cabezas” es gracias a la maravilla del modelo que critican. Increíble, ¿no?

 

Desprenderse entonces de los productos de la empresa, debería ser una decisión personal, más que proveniente de la coacción del gobierno. Quien no quiera tomar refresco, que siembre una mata de naranja en su casa o que le compre al que la siembra pero no se deberían obligar a los demás a vivir bajo un modelo ineficiente como lo es el socialista, el cual termina expropiando empresas que vuelve improductivas y en donde sus funcionarios jamás lograran la inventiva para abastecer con productos inéditos y mejores.

 

Así, el socialismo, en su lucha por una supuesta igualdad, solo termina generando una casta de nuevos ricos, llamados en Venezuela boliburgueses, que viven bajo las comodidades y diversidades que ofrece el capitalismo, puesto que tienen los dólares y el poder para ello, mientras que fomentan en la colectividad la dependencia hacia ellos y la pobreza, creando desincentivos para la inversión, fomentando la inflación y estableciendo una seria de controles que generan escasez.

 

 

Con esto busco destacar que el discurso y la implementación del socialismo, lejos de beneficiar a todo una sociedad, beneficia a unos pocos, puesto que es un modelo que nos aleja de la infinidad de bienes y servicios que ofrece el mercado y nos hace, por tanto, dependientes de lo que ofrece el grupo gobernante.

 

Yo no critico sus gustos. El video de Daniela me gusta mucho y el que quiera tener casas o cuentas en Estados Unidos, que las tenga pero lo único que deseo es que no se me obligue a mí o a mis pares a vivir bajo una forma estricta, en otro esquema y que se me impongan controles y restricciones. Es injusto que unos pocos puedan y a los demás se les haga cuesta arriba. Hay que garantizar la libertad para que cada quien conduzca su vida como mejor le plazca y sobre todo las cosas, para que el comercio florezca, puesto que es lo único que nos puede abastecer y dar empleo digno.

 

Simplemente, a los socialistas lo que les falta es sinceridad y poner los pies en tierra.

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Guayoyo en Letras