Fidelidad socrática
Por Jilmir Valera Hurtado
@Jilmir_Valera
Los venezolanos comenzamos el 2015 con los anaqueles vacios, unas protestas hasta ahora guabinosas y la constante violación a la constitución y los DDHH que caracteriza este régimen totalitario que padecemos desde hace ya, un poco más de dieciséis años. Es aquí como quiero recordar un acto de completa injusticia vivido hace muchos años en contra de un ciudadano romano, además de una de las tragedias más cercanas a la ciudad capital con un gran número de muertos y la respuesta resbaladiza ante todo lo que pasaba por parte del recién llegado ejecutivo.
El primer relato es de autoría de Platón, la llamada «Apología de Sócrates»; en el mismo, Platón describe como es juzgado a Sócrates por su forma de pensar, filosofar y la política por él expresada en aquel tiempo hacia los jóvenes. Tanto que Sócrates fue condenado a muerte y poco antes de ser ejecutado uno de sus creyentes se dispuso ayudarlo a escapar para que no se cometiera aquel acto atroz en contra de alguien inocente. Su respuesta fue la cita que hoy utilizo para completar el contexto del relato y darle cuerpo a dichas líneas: «Es mejor sufrir la injusticia que cometerla».
Al llegar al poder en el año 1998, fue el presidente Hugo Chávez quien instaura de manera disimulada dicho totalitarismo, colocando de cierta manera las bases del régimen, en una constitución renovada a través de una Asamblea Nacional Constituyente aprobada en las peores condiciones electorales que puedan darse, puesto que, lo que hoy conocemos como el Estado Vargas, padecía una catástrofe que destruiría al paso de intensas lluvias por más de tres días, gran parte del estado. Respuesta ante las elecciones y la tragedia en Vargas -así catalogada- por parte del Presidente, una cita de Simón Bolívar algo fuera de lugar: «Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca». La ética presidencial y la consideración hacia un estado a tan sólo minutos de la ciudad capital que se caía a pedazos fueron bastante pocas.
Y quizá parezca un tanto descabellado los dos relatos anteriores pero los utilizo para poner en contexto lo siguiente: En primer lugar, como Chávez con su trajecito auténtico y su corbatica roja lograba, al mejor estilo hittleriano, modificar las leyes y la constitución como premisa a la cantidad de actos vandálicos cometidos por él, sus gabinetes y su fantoche sucesor, violando aún así su propia constitución, sin importar la cantidad de muertos, pérdidas y desaparecidos a unos cuantos metros de su cómoda y prestigiosa habitación.
En segundo lugar, ver como el pueblo venezolano parece haber leído fielmente la cita socrática y habérsela tatuado en el alma y la conciencia. Y sí, pues parece que los venezolanos hemos decidido sufrir la injusticia en vez de cometerla, como método integro al permisismo ante el pisoteo de nuestra dignidad humana.
Cómo es posible que un mes tan familiar como lo es diciembre, haya sido el más violento de 2014 con más de 500 muertos sólo en Caracas. Es que, ¿Acaso el asombro y la solidaridad se han perdido? No es justo comenzar un año con anaqueles vacios, con injusticias más frescas que nunca, con el vulgar reconocimiento de los presos políticos y con una memoria efímera ante las muertes de miles de ciudadanos que parece ser ese cobro natural que hoy en día nos da la naturaleza.
Seguimos bajo la premisa socrática y bajo el permisismo descarado que nos congela nuestro accionar y permite, a su vez, la designación injusta e inconstitucional de los rectores del CNE; el abuso de poder descarado que muestran a todas las instituciones del Estado teñidas de rojo y no sólo porque sus titulares formen parte del partido oficialista abiertamente, sino que todos ellos llevan las manos llenas de sangre por la responsabilidad de tantos fallecidos a manos de la inseguridad, el maltrato y la represión. La misma premisa que nos hace separarnos de los pocos espacios de poder que nos entregan, abandonando así espacios que servirían para ser portavoces oficiales de la protesta por ser testigos de los abusos. Premisa que deja que aquellos que han servido muchas veces para unirnos nos separen con tan solo un mensaje a través de las redes sociales.
El 2015 sin duda es el tiempo de unirnos a la naturaleza. Esa naturaleza férrea que nos reclama luchar por nuestra dignidad, libertad y democracia. Es el tiempo de alzar nueva pero firmemente la voz ante tanta violación a nuestros derechos que hemos permitido que sucedan. Ante tanta desunión y deslealtad. Ante tanta necesidad y sufrimiento. En fin, ante tanto abuso y ausencia de libertad.
No lucharemos nunca más en contra la naturaleza, la utilizaremos para lograr nuestros objetivos. Seguiremos bajo la premisa socrática, si. Pero reconociendo que los injustos han sido ellos y la justicia y la democracia nos reclaman acciones para reivindicarlas. Bajo el ejemplo de Sócrates y con esa bondad y fuerza que caracteriza al venezolano, lograremos conseguir una mejor Venezuela.
Expresa Taylor Cadwell, y con esto pongo fin a estas líneas, lo siguiente:
«Nuestra historia enseña que cuando un gobierno no es honrado, justo y virtuoso, los impuestos son muy pequeños. Pero cuando un gobierno se hace poderoso, llega a ser destructor, extravagante y violento. Es un usurero que quita hasta la respiración a los inocentes y priva a los hombres honrados de su sustancia a cambio de votos que lo perpetúen.»
Es hora de romper las cadenas que hoy en día parecen atarnos y no permitir nunca más que un «poderoso» llegue a destruir, violentar o privar de su dignidad y libertad a la ciudadanía venezolana.
Venezuela será libre y de los venezolanos.