Las deudas crecen y el Gobierno se rebusca

Por Fanny Mora

@Fanny_Mora14

 

 

 

“Los chinos utilizan dos pinceladas para escribir la palabra crisis. Una pincelada significa peligro la otra oportunidad. En una crisis toma conciencia del peligro pero reconoce la oportunidad”. John F. Kennedy.

 

El pasado domingo 19 de abril, en fecha de conmemoración de la Declaración de la Independencia de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro anunció la aprobación de un nuevo préstamo por 5.000 millones de dólares, por parte del Gobierno de China. Podría considerarse una ironía dar aquel anuncio en una fecha que se celebra el primer paso a la autonomía de nuestra nación, cuando hoy en día parece que dependemos cada vez más del gigante asiático.

 

¿Por qué Venezuela depende de la nación asiática? Porque es el mayor prestamista del país en tiempos de crisis, cuando los precios del petróleo se encuentran muy bajos. Desde el 2007, el país mantiene una relación de financiamiento a través del Fondo Conjunto Chino-Venezolano, el cual ha sido protagonista de escándalos de corrupción y malversación de fondos. Desde éste año, la nación ha recibido US$51.691 millones, de los cuales se han cancelado, US$21.127 hasta el 2014 (Fuente Ecoanalítica). Pero el acuerdo de pago deja mucho que pensar, cuando el Gobierno cancela la deuda con envíos de barriles de petróleo y sus derivados.

 

Venezuela atraviesa una crisis económica que afecta la producción de todos los rubros del mercado. Con la caída del petróleo, la cantidad de divisas que entra a la nación a través de PDVSA, se han reducido y ahora el Estado se ve obligado a “rebuscarse” para afrontar la crisis. El préstamo de China para este año es de US$10.000 millones, la mitad ha sido entregada con la condición de que sea utilizada en proyectos de desarrollo, mientras que la otra mitad se espera que sea depositada en junio, con la condición de que sean utilizados para proyectos petroleros.

 

Las deudas se acumulan, la inflación aumenta y parece que cerrará este año con tres cifras; mientras tanto, el Banco Central de Venezuela empeña las reservas de oro internacional por 1 millardo de dólares al banco estadounidense Citibank, el cual permanecerá en bóvedas del banco de Inglaterra, como garantía si el BCV no cancela el pago. Curiosamente, este hecho hace recordar el lema que se expone en grande y con fondo rojo en la fachada del BVC: “El oro regresa al lugar de donde nunca debió salir: Las bóvedas del Banco Central de Venezuela”.

 

«Sólo una crisis, real o percibida, da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente». Milton Friedman

 

En momentos de crisis hay que ponerse los pantalones y apretar fuerte la correa, tomar decisiones acertadas y hacer buenos negocios, donde realmente haya beneficios que ayuden a superar las dificultades. Pagar la deuda a China con petróleo no es una buena decisión; a pesar de que esta semana el crudo subió, la entrada de divisas por la venta de éste es el único ingreso de dólares al país y si se utiliza para pagar una deuda, el futuro de la economía no luce prometedor. Los asiáticos son los que hasta ahora han conseguido una “ganga”, que seguramente no piensan desperdiciar y seguirán prestando dinero, al fin y al cabo Venezuela debe pagar y con petróleo.

 

Si el Gobierno sigue utilizando la política económica de “como vaya viniendo, vamos viendo” solo conseguirá una solución a corto plazo, pero las deudas, la inflación y la escasez seguirán deshaciendo al país, el petróleo se irá perdiendo gota a gota para responder al déficit presupuestario. Las crisis traen cambios en las naciones, cambios que son necesarios para subsistir. El cambio llegará de una manera u otra, podrá ser positivo o negativo, pero es inevitable.

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