Muerto el protagonismo, Ganada la democracia

Por Jilmir Valera Hurtado

@Jilmir_Valera

 

 

 

Mucho se ha dicho en las últimas semanas y es mucho lo que ha pasado. Unas elecciones primarias por parte de la oposición venezolana en 33 de los 87 circuitos del país que pusieron al frente a aquellos que mejor propuestas vendieron a la ciudadanía y de ahí, como oposición seguimos desempeñando el papel más humano y menos estratega posible que pueda darse: puro ensayo y error.

 

Las primarias de la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no fueron más que uno de los mecanismos para decidir los candidatos a las elecciones parlamentarias inciertas (Sería un grandioso milagro que para el momento de esta publicación ya esa fecha estuviese pautada) ya que seguimos esperando por el CNE. Como UNIDAD seguimos siendo humanos pero se nos olvida el monstruo con el cual nos estamos enfrentando que siempre tiene la estrategia por delante. Ante eso, nosotros ponemos el ensayo con el riesgo -de casi el 90%- a equivocarnos.

 

La primera equivocación es satanizar el consenso -otro de los mecanismos implementados por la MUD para designar a los 54 candidatos restantes- y es que si bien las elecciones primarias son una muestra de democracia, se supone que no hay nada más democrático en el país o al menos más cercano a la democracia que la propia Mesa de la Unidad. Entonces, ¿Por qué satanizar el consenso? No es el consenso en sí mismo la vil muestra de una verdadera Unidad Democrática que tiene la capacidad de sentarse, resolver diferencias y ver quiénes son los mejores gallos para postularlos a las elecciones? Pues creemos que sí.

 

La otra falla es caer en la efímera premisa de ser «El partido más votado» o «la fuerza de la Unidad». No hermanos. Pues las elecciones, si bien fueron primarias, no existe un candidato de los hoy electos que haya ganado la elección con el solo voto de los militantes de su partido. TODOS los candidatos tuvieron alianzas y llegaron ahí gracias a dichas alianzas. No hay méritos para uno u otro partido, el mérito es para la Unidad, pues demostraron una vez más -sin querer queriendo- que la Unidad se articula ante una elección y su artillería pesada es esa: las elecciones. Es la segunda vez que lo demuestran a nivel nacional. La primera fueron los comicios del 14 de abril de 2013 donde la victoria la obtuvo la tarjeta ÚNICA de la Mesa de la Unidad Democrática.

 

Ahora, pasadas las primarias y demostrada una Unidad nacional el régimen juega una carta que hasta ahora le ha funcionado: Atinar a la división. 
Grabado el mensaje de Leopoldo López para motivar la marcha que iba a ser convocada por la MUD, ante una requisa llevada a cabo por las «Guaruras» de Ramo Verde, se le es incautado el video a López y difundido a través del canal del régimen -Venezolana de Televisión- y es trasladado Daniel Ceballos, exalcalde de San Cristóbal, a un anexo para procesados de la PGV, 26 de julio.

 

Todas estas acciones por parte del régimen desencadenaron la nueva falla de nosotros como oposición: Una vez más sale una convocatoria liderada por López -a través del video- y Voluntad Popular toma la delantera (Parece repetirse la historia del 12 de febrero de 2014) y esto genera el recelo de los demás partidos a tal punto que días antes de la concentración pacífica que tiene tres petitorios claros (1- Fecha de las elecciones parlamentarias y que en las mismas se cuente con observación internacional imparcial y objetiva; 2- Liberación de los presos políticos y; 3- Cese de la censura y respeto a la libertad de expresión.) La firma de la MUD es el fin de un comunicado guabinoso, como diría Oscar Yánez, donde en pocas palabras, expresaba que no le daban el apoyo a la marcha porque la misma no estuvo convocada bajo consenso de todas las fuerzas que hacen vida en la Unidad.

 

El error más grande que ha tenido la MUD por más de dieciséis años, y con ella, nosotros como opositores en sí mismos, es comprarle el discurso al régimen y, aparte, como dicen en criollo, pisarnos la manguera entre nosotros mismos. Debemos comenzar a dejar los egos a un lado. Debemos dejar la guerra a muerte por el protagonismo efímero. Debemos en fin, unirnos en pro de Venezuela y dejar los intereses privados a un lado. Últimamente los llamados líderes políticos se han encargado de prostituir la política y asesinarla de manera vil ante un país que no se reconstruirá sin una política estratega, sana, fructífera e incluyente.

 

El fin de estas líneas no es crear divisiones ni apoyar posturas antiMUD. El fin de estas líneas es llevarnos a la reflexión para que cada uno de nosotros, desde nuestras trincheras demos testimonios de lucha y ayudemos a acabar con esa pugna interna por el personalismo y protagonismo estúpido que nada bueno nos ha traído. Los mejores triunfos los hemos disfrutado y celebrado realmente UNIDOS. No permitamos que el régimen personalista nos quebraje o nos muestre débiles ante la opinión pública.

 

Luchemos por acabar con el ‘YO’ que nos acecha y consigamos una Venezuela donde la acompañe un gran puño, abrazados por un hermoso cielo de libertad y el tricolor que representa nuestra amada novena de letras. Juntos construiremos la Mejor Venezuela.

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