Sufragio y ciudadanía

Por Edgar Mancilla

@FaustEdgar

 

 

 

“Nos hacemos ciudadanos preguntándonos cosas. Y las preguntas nacen, casi siempre, de cosas que te tocan el corazón antes que la cabeza”. Juan C. Monedero.

En lo personal, regularmente trato de evitar –aunque de muy fallida forma- la politiquería. ¿Por qué? En primer lugar, porque la Política no se puede tratar a medias, y si no que lo diga Aristóteles; y en segundo lugar, porque la sociedad actual está formándose progresivamente hacia pensamientos cada vez más cerrados, menos globales y menos propensos a la autocrítica, y ante estos panoramas las personas abiertamente críticas siempre tienen un conflicto ganado.

 

No soy rojo, ni azul, soy tricolor. Y, en este sentido, procedo a postular mis ideas en tanto al venidero proceso electoral.

 

En principio, debemos recordar que el acto del sufragio (característico en los países “democráticos”), si algún rol ha de jugar, es la capitalización de diversas labores ciudadanas, que de forma imperante todos y cada uno de los venezolanos debemos ejecutar en la cotidianidad, ya sea como padres, hijos, profesores, alumnos, jefes, empleados, etc. ¿Dónde se basa este planteamiento? Sencillo, los venezolanos, primeramente debemos sincerarnos ante la situación país, entiéndase “sincerarnos” como el acto de tomar las riendas de labor ciudadana y asumir de una vez por todas cada una de las consecuencias que esto acarrea, con consciencia; lo anterior para dejar de lado nuestra postura egoísta, propensa a dar interpretaciones vacías de la situación social-cultural-política que vivimos, las cuales se ve expresas claramente en la ingenua  presunción de ir a un proceso electoral y encontrar a alguien que “nos salve la patria” ¿No es así?

 

Por ende, quiero ir a la raíz, no debemos olvidar que cada uno de nosotros, como habitante de este país, tiene deberes y derechos civiles, así como compromisos éticos para con Venezuela, que desde hace años no estamos cumpliendo, repito: No estamos cumpliendo, y que son inherentes a todos los ámbitos sociales, repercutiendo en estos tanto positiva como negativamente.

 

Sobre los deberes y derechos civiles, no pretendo disertar, puesto que las leyes son explícitas, pero sobre el ámbito de la ética sí que es necesario.

 

Es importante, recalcar que cada uno de nosotros tiene pactos éticos adquiridos –quiérase o no- para con el país; entiéndanse estos pactos éticos como aquellos códigos “no escritos”, que han de regir la convivencia ciudadana, sin la necesidad de vigilancia o supervisión por parte de entidades gubernamentales, judiciales, etc.; me gustaría señalar especialmente dos posibles pactos, los cuales considero esenciales: primeramente a nivel educacional, es imprescindible velar por la crianza ideal/ejemplar de niños y jóvenes venezolanos, brindando las herramientas esenciales para el desarrollo de su humanidad. Esta labor nos vincula a todos, sean nuestros hijos o no, ya que la “mala crianza” de tan solo una persona puede acabar sembrando más caos social del que se cree (esto sin contar las predisposiciones psicológicas que la persona posea); por otra parte, a nivel ciudadano, es imperante retomar a plenitud el respeto a cabalidad de todas y cada una de las normas/leyes escritas (para eso están, ¿no?).

 

Es evidente que, los planteamientos anteriores pueden sonar rebuscados, pero nadie se atrevería a refutar el peso que estos poseen a nivel social. Así como nadie se atrevería a negar que hemos estados “saltándonos” estas labores desde hace décadas.

 

Quizás, usted pensará: ¿Qué tiene que ver todo esto con la idea “inicial”? Pues bien, actualmente, cuando vamos a un proceso electoral, la lógica e idiosincrasia del venezolano divaga entre dos puntos: 1.- ¿Cuál de los candidatos luce mejor para salvar el país? 2.-No tengo idea de quienes son estos candidatos… Y ambas posturas son totalmente decepcionantes. Siguiendo con la idea, la esencia de cumplir un rol activo desde la ciudadanía individual cumpliendo los pactos éticos, reside en dar nuestro mayor aporte para estructurar procesos de desarrollo social, lo cual derivaría –por ejemplo- en una mejor crianza de quienes a posteriori pueden estar tomando las riendas del país; en otras palabas, es llevar a cabo las mejores prácticas de vida, promoviendo así la construcción del país que “necesitamos”, que “merecemos”. En definitiva, no podemos pretender un ‘cambio’ en las urnas electorales, a última hora, porque aquellos ciudadanos que se presentan en la boleta de elección no están lejos de ser aquel muchacho criado “erróneamente”, o aquella persona resentida, y a su vez irrespetada por la convivencia ciudadana.

 

¿Cómo pretendemos tener en las boletas electorales a personas de calidad, con la mejor disposición humana para dirigir su país, si cuando hemos tenido la oportunidad de crear una sociedad mejor día a día, no lo hemos hecho? Bien sea por considerar inferiores e insignificantes nuestras acciones, o simplemente por el síndrome parasitario desde hace ya varias décadas de nuestra población.

 

¿Qué intento decir? Sencillo, cada una de las personas que integran nuestra sociedad, que legislan en ella, y hasta el mismísimo Gobierno, son –primeramente- seres humanos como cada uno de los que integramos este país, ni más ni menos, son ciudadanos como cada uno de nosotros, ¿Qué podemos esperar de ellos? Qué se puede esperar de personas que han sido criadas en una sociedad resquebrajada tanto civil como moralmente, una sociedad que solo vocifera de “merecer un país mejor”, pero que se encamina hacia todo lo contrario en su día a día, desde cada puesto de trabajo, desde cada lugar público, vamos caminando en sentido opuesto a lo “correcto”, incapaces de revisar profundamente nuestras propias bases humanas y éticas, causas de todos nuestros males.

 

Podrán llamarme ingenuo o pesimista, pero tal como se vislumbra el panorama social, lo único que se entrevé es una constante de acciones negativas, esas que desde hace años los venezolanos venimos copiando de otros modelos sociales precarios, y que la historia se encarga de cobrar con intereses.

 

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