Venezuela, del rentismo petrolero al extractivismo minero
Parece que el fin del rentismo petrolero no dejó claras las consecuencias de depender de un solo recurso de exportación. En su desespero por la falta de divisas, el Gobierno ha optado por establecer una nueva práctica, para nada acorde, a lo establecido en los regímenes “socialistas”, y que denota aún más su desinterés y desapego a lo establecido en el Plan de la Patria, que tanto se jactan de cumplir.
Mediante el extractivismo minero el Gobierno plantea dar una posible solución a una crisis que en más de tres años no se ha logrado superar. Buscar un nuevo modelo del cual depender lo ha sacado incluso de los dogmas establecidos en la ideología que pregonan. Después de que Hugo Chávez paralizara la explotación de oro y otros minerales en el sur del Orinoco; debido al daño ambiental que esta práctica supone, vemos cómo en la actualidad desde el mismo BCV se realizan reuniones con empresas mineras internacionales a fines de estudiar y reestablecer dicha práctica de extracción.
El ecocidio que genera la extracción de minerales produce daños irreparables en las zonas donde se practica: desde contaminación de ríos, devastaciones forestales y malformaciones genéticas a causa de los altos niveles de radiación, hasta problemas sociales como la deserción escolar y la creación de guerrillas o grupos destinados a prácticas ilegales.
Más allá de los daños ambientales y sociales que acarrea esta práctica, el problema radica en que el Gobierno parece no comprender las consecuencias a las que conduce seguir siendo monodependientes. ¿De qué sirve ser ricos en recursos minerales si solo son destinados para sustentar las necesidades básicas de un país?, y es que el ingreso proveniente de explotación minera no será suficiente para potencializar desarrollos en campos como la economía, la tecnología, la agricultura y lo social.
Cada vez parece más mezquina la idea de la reactivación del aparato productivo, las medidas no parecieron ir más allá de la carismática idea de la creación de conucos urbanos; que aunque es una buena tesis para la autosustentación económica del individuo, no representa un factor económico significativo para la solución de la crisis.
Cada día parece ser más acertado el cambio de modelo como la única alternativa para poder superar las dificultades que tanto padece Venezuela, puesto que el Gobierno sigue sin tomar soluciones eficaces para hacerle frente a los problemas económicos. Por el contrario, insiste en exprimir las reservas de un país que aún no toca fondo.
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