Dorangel Vargas y sus empanadas de carne humana

Cuando hablamos de asesinos en serie, lo primero que se nos ocurre es pensar en seres cuya energía creativa se canaliza de una forma bastante oscura, desatando obras verdaderamente siniestras. Miles de psicólogos y estudiosos continúan en el eterno debate entre saber si un psicópata asesino nace o se hace y no llegan a la verdad absoluta. Es por ello que esta semana analizaremos a Dorangel Vargas, un asesino en serie venezolano, de gran popularidad, conocido por haberse comido alrededor de 30 personas.

Su infancia y primeros años

De Dorangel Vargas se sabe que nació en el año 1957 dentro de una familia de escasos recursos, la cual subsistía a través de la agricultura. Solamente llegó hasta el sexto grado de educación primaria. Desde joven comenzó a cometer delitos menores, como por ejemplo a hurtar gallinas o ganado, es por ello que se le arrestó durante varias ocasiones.

Sus padres eran humildes campesinos que jamás pensaron que este niño iba a ser apodado años más tarde como el Hannibal Lectter de Los Andes. Era uno de los diez hijos de Pedro Vargas y Guadalupe. Cabe destacar que desde pequeño ya se comenzaron a ver ciertas conductas antisociales,  como por ejemplo el intento de asesinar a uno de sus hermanos con un machete.

Por la época, los doctores señalaron que las conductas agresivas de Dorangel se debían a que se masturbaba excesivamente, así que lo llevaron a un burdel a modo de tratamiento. Sin embargo, casi asesina en pleno acto a la joven prostituta que le iba a “curar”.  Hubo un episodio que fue la guinda del helado, cuando amenazó a su propia madre con un machete, porque supuestamente esta quería envenenarlo.

Sus primeras tendencias psicóticas y delitos

Dorangel fue llevado a varios Manicomios pero posteriormente llevó una existencia errática como mendigo y continuó robándose varias gallinas, cochinos y vacas. Cayó preso por primera vez en la cárcel de Santa Ana, pero lo regresaron al Manicomnio de Peribeca y le diagnosticaron esquizofrenia residual. Sin embargo, duró 60 días en este recinto y fue lanzado a la calle nuevamente.

Los crímenes caníbales fueron cometidos durante noviembre de 1998 y enero de 1999. Las familias comenzaron a notificar varias desapariciones, la mayoría de los buscados eran deportistas y obreros que paseaban desprevenidos por la orilla del río en donde se encontraba Dorangel, “un indigente cualquiera”.

Entre sus primeras víctimas tenemos a Cruz Baltazar Moreno, un obrero que merodeaba por la zona y al cual Dorangel le incrustó una vara de metal que siempre llevaba consigo. Tras devorarse a Cruz Baltasar, fue descubierto y  llevado a la cárcel, durando nada más un año y medio, ya que las autoridades consideraron que “no representaba mayor peligro para la colectividad”. Se refugiaba pues, debajo de un puente y continuó devorando gente semana tras semana.  

Exquisitos platillos con ingredientes prohibidos

Cabe destacar que Dorangel no comía a mujeres ni a niños. De igual forma, al no tener nevera para guardar las carnes, mataba aproximadamente a dos personas por semana y enterraba los pies, las manos y la cabeza. Comía las demás partes e incluso las adobaba, colocaba en potes y también llegó a preparar algunas empanadas para la venta. Confesó haber comido alrededor de 10 varones en dos años, por lo cual se calcula que el total de sus víctimas fueron de 30 aproximadamente.

Al principio, la policía encontró varios restos enterrados y pensaron que se trataba de alguna secta satánica o de alguna zona de liberación de ajustes de cuentes. Sin embargo, al ahondar más en la manera en cómo estaban enterrados los cuerpos, se dieron cuenta de que el principal sospechoso era el mendigo con antecedentes penales, Dorangel.

Este emborrachaba a sus víctimas con alcohol y luego las asesinaba con su vara metálica. Posteriormente las descuartizaba y enterraba pies, manos y cabeza. El resto de la carne la utilizaba para diversos platillos. Se cuenta que uno de sus compañeros mendigos, llamado Manuel, también fue víctima de Dorangel.

En referencia a Manuel, Dorangel señala que lo quería mucho y que por ende, pensó que si era tan buena persona, debía ser delicioso. Por ello, lo mató e hizo unas empanaditas con él. Lo peor de este caso es que compartió dichas empanadas con algunos conocidos de la zona, quienes señalaron que tenían un sabor increíble. Dorangel señala que todo lo que hizo fue de buena voluntad, y que, como dicta la Iglesia, compartió el pan con otros.

Entre otras declaraciones, el asesino dice que las almas de los muertos que se ha comido lo visitan de noche en su celda y que no lo dejan dormir. A veces vienen y le hablan, atormentándole. Sin embargo, esto no le ha hecho parar su tendencia, puesto que en 2016, en pleno motín en la sede de Politáchira, dos reclusos le sirvieron como alimento.

Análisis psicológico y declaraciones

Dorangel señala que su felicidad es la comida, y que si el Niño Jesús existiera, le pediría comida, sea la que sea, incluso carne humana. Lo increíble de sus declaraciones es el tono neutral de la voz y el desparpajo con el cual dice que uno tiene que llenarse con algo, y que el comer carne humana no es nada malo, sino una necesidad.

Entre los análisis de los médicos se le diagnostica Esquizofrenia Paranoide, aunque habla con bastante coherencia, sabe leer, escribir, conoce de historia contemporánea y de política. Está ubicado con respecto al mundo exterior. Entre su rutina está la de rezar. Señala que su plato favorito son los fideos con carne.

Actualmente Dorangel se encuentra en una celda de una cárcel tachirense y ha concedido variadas entrevistas.

Entre sus declaraciones señala: “…Claro que como gente, cualquiera puede hacerlo pero hay que lavar bien la carne y condimentarla bastante para evitar el contagio de enfermedades”.

Dice también: “La carne de los hombres sabe mejor que la de las mujeres, son como más sabrosos. Las mujeres son dulces, es como comer flores y te dejan el estómago flojo. Solamente como hombres delgados para cuidarme del colesterol”.

Para él,  la mejor parte del cuerpo humano es la cercana al vientre y no muestra arrepentimiento alguno por lo que hizo, puesto que llegó a alimentar a muchos indigentes con sus platillos y compartió su pan con el prójimo, como decía Jesús. A veces incluso, en vez de enterrar las cabezas, manos y pies, hacía grandes sopas con las mismas.

Un incidente dentro de la cárcel durante el 2016

Cabe destacar que Dorangel cometió estos asesinatos hace 18 años aproximadamente, pero en el 2016 volvió a ser noticia cuando durante un motín en la cárcel en donde se encuentra, se comió a dos reclusos. Aquí puedes observar uno de los múltiples reportajes que se han hecho acerca de este asesino, el más conocido en Venezuela, por sus actos caníbales.

Quizás una sensibilidad muy marcada en un entorno de pobreza extrema y austeridad comenzaron a hacer que Dorangel perdiera el contacto con la realidad. La esquizofrenia hizo que se liberaran las oscuridades de su psiquis y de esta forma transgredió los límites de lo permitido, comiéndose a sus semejantes. Algunos piensan que no está completamente loco, puesto que está consciente de lo que hizo y lo justifica con frialdad. ¿Tú qué opinas?

Paola Sandoval
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