Art Blakey un baterista de Bebop agresivo

Entre los mejores bateristas norteamericanos de jazz, no podemos dejar de mencionar a Art Blakey. Su grupo, The Jazz Messengers es uno de los más conocidos por los amantes del género en todo el mundo. Blakey llegó al Hall de la Fama del Jazz en 1981 y también obtuvo el premio Grammy Lifetime Achievement en 2005. Se le conoce por ser uno de los pioneros del estilo moderno del Bebop y  su toque suena tan original que puedes reconocerlo inmediatamente en las grabaciones. También destacó por su independencia y patrones poli-rítmicos en los solos.

Art Blakey nació un 11 de octubre de 1919 en Pennsylvania, Estados Unidos. De su madre solamente se sabe que murió poco tiempo después de darlo a luz y de su padre tampoco se tiene demasiada información. Blakey fue criado por sus hermanos y una amiga de la familia a la que quiso como una madre. Su primer encuentro con la música fueron las lecciones de piano que recibió en la escuela. Ya con 12 años, tocaba este instrumento en distintos lugares para ganar algo de dinero.

Alrededor de 1930 realizó un cambio y comenzó  a estudiar batería. Hay que destacar que algunos  historiadores señalan que esto lo  tuvo que realizar de manera obligatoria, puesto que uno de los dueños de un club en donde tocaba, deseaba que el piano fuese tocado por otro músico más famoso en ese momento. Sin embargo, esto último no se confirmó nunca. De cualquier manera, Art Blakey da sus primeros pasos con la batería y pronto demuestra un estilo agresivo así como un  swing particular.

Comienza tocando con la Fletcher Henderson Orchestra, así como con la pianista de jazz Mary Lou Williams. También se presenta  con la Billy Eckstine´s Big Band, y es aquí cuando empieza a asociársele con el movimiento Bebop de manera definitiva. Cabe destacar que, debido a un incidente policial que le causó algunas heridas, Blakey fue declarado no apto para la II Guerra Mundial, así que continuó  tocando durante esta época en el Club Tic Toc de Boston.

Ya en 1947 Art decide viajar a Africa “por un tiempo”. Lo que al principio iba a durar tres meses, terminó siendo dos años. Aquí obtuvo grandes aprendizajes acerca de los tambores y la rítimica, entre otras cosas. Como dato curioso, este viaje estaba previsto originalmente como una jornada espiritual, puesto que este músico  tenía gran curiosidad con respecto a las religiones del mundo. Al regresar de su viaje, Art Blakey se convirtió al Islam, adoptando el nombre de Abdullah Ibn Buhaina.

Continuó tocando con músicos de gran renombre como Charlie Parker y Thelonious Monk grabando  varias sesiones con el sello Blue Note Records. Para el año 1947 Blakey empezó el proyecto por el cual es más conocido: The Jazz Messengers. Dentro del grupo se encontraban músicos como Wayne Shorter, Lee Morgan y Jymie Merritt, así como el trombonista Curtis Fuller. Grabaron varios discos con standards como A Night in Tunisia o Caravan. El octeto siempre estuvo cambiando de integrantes y fue muy productivo, llegando a grabar más de doce discos.

El estilo baterístico de Blakey  destacó por ser agresivo y original. Muchos músicos lo llamaban Thunder, o “trueno”. Sus solos tenían patrones de poli-ritmia y podía mantener una independencia notable con cada una de sus extremidades. Utilizaba el agarre tradicional en la mayoría de sus toques, aunque a veces cambiaba de uno a otro, por razones visuales del espectáculo o por un sonido en específico. Marcó un estilo original en el jazz, cargado de poder, originalidad y sonidos precisos, así como acentos especiales en el bombo, gran volumen en el redoblante y experimentaciones con los platillos. El estilo africano también influyó en su manera de tocar. Por ejemplo, utilizaba el codo para “tapar” y obtener distintas notas en cada tambor. Cabe destacar que, a pesar de su estilo agresivo y dominante en los tambores, Art Blakey tenía gran empatía con los músicos con los cuales tocaba.

En este solo podemos ver cómo genera varios timbres con los mazos y posteriormente con las baquetas. Establece patrones con acentos, variando entre momentos de tensión y extrema agresividad y manteniendo una base casi permanente  en los pies, llegando a un clímax para posteriormente caer en el tema.

Aparte de su pasión por la batería, Art Blakey también tenía gran gusto por las historias curiosas, las mujeres, la comida y el boxeo. Se casó cuatro veces y tuvo 10 hijos. Como muchos de los músicos de su época, tuvo afición por el alcohol y el cigarrillo dentro y fuera del escenario. También cuentan algunos biógrafos que llegó a usar heroína en sus giras, práctica muy común en algunos músicos de ese momento.

A partir de 1983, la salud de Blakey comenzó a decaer, puesto que su audición se deterioró. Sin embargo, continuó tocando a través de la percepción de  las vibraciones del instrumento. Algunos músicos señalan que la sordera de Blakey era “selectiva”, puesto que sabía cuando alguien se equivocaba mientras tocaba, pero si recibía malas noticias respecto a la próxima gira que tendría, “no escuchaba”.

De cualquier manera, continuó tocando hasta sus últimos días y murió el 16 de Octubre, a raíz de un cáncer de pulmón.  A su funeral acudió un grupo de grandes jazzistas haciendo tributo a The Jazz Messengers y tocando sus piezas más célebres. También estuvo presente el gran baterista Max Roach, del cual hablaremos la próxima semana.

Aquí podemos escuchar un álbum completo de The Jazz Messengers:

Paola Sandoval
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