Un líder que nos represente

Por Fabiana Crisci

@fabicrisci17

 

 

 

Desde la llegada del fallecido expresidente Hugo Chávez en 1999, Venezuela experimentó un cambio en su sistema político, económico y social, dibujando el escenario para sembrar las raíces del chavismo. En su momento, este modelo caló en gran parte de la población venezolana, teniendo a su favor una importante herramienta ante quienes lo adversaban: el liderazgo.

 

Si bien existen claras y amplias razones en contra del fracasado chavismo, durante su auge tuvo un líder que condujo a sus seguidores; cualidad ausente durante 15 años en la oposición. Hoy cuando la cabeza del oficialismo pierde cada vez más su popularidad, quienes le adversan siguen sin un norte a seguir.

 

Al igual que el país, la oposición venezolana sufre una crisis moral y de sensatez. Dirigentes, en su mayoría movidos por sus intereses políticos, actúan de la misma forma que el Gobierno. Son muchos los que han querido llevar el mando de la oposición, y también muchos los que han despreciado grandes oportunidades por falta de valentía y principios. Logrando que quienes han puesto en ellos la esperanza de acabar con la situación que vive Venezuela, la pierdan por completo.

 

El país se prepara para las elecciones parlamentarias, una de las más importantes votaciones durante la presidencia de Nicolás Maduro. Su importancia no sólo radica en la necesidad de un cambio de modelo, sino en la bajísima popularidad de Maduro y el alto porcentaje de ciudadanos descontentos. Sin embargo, ante esta realidad, siguen presentes los viejos políticos defendiendo un pedacito de espacio en la Asamblea Nacional.

 

Por supuesto, y como es de esperarse, en situaciones de dificultad surgen los personajes menos esperados. Luis Chataing es uno de ellos, popular locutor y presentador de televisión, a quien últimamente se le ha vinculado con la política. Al igual que Roland Carreño, reconocido periodista social y crítico de moda. Ambos buscarían un curul en la Asamblea Nacional y no sería una sorpresa que “se lleven por los cachos” a más de uno. Aunque no está del todo confirmada su candidatura, estas dos figuras se han caracterizado por mostrar sus ideales y decir lo que piensan sin temor a las represalias del Estado.

 

Habría que plantearse la interrogante sobre si realmente ambos tienen el liderazgo o el conocimiento para representar a los venezolanos como diputados. Sin embargo, más que la preparación política o parlamentaria hay que darse cuenta de que ellos no compiten con los políticos de trayectoria más experimentados, sino con el descontento y desespero de los ciudadanos por tener un liderazgo que realmente los represente.

 

Descartar el éxito que puede tener un nuevo liderazgo ciudadano sería un error. Los venezolanos están en búsqueda de un líder auténtico, sin pretensiones partidistas, representativo y que trabaje por el bienestar del país. Firme y contundente; un perfil nuevo y diferente.

 

Ya han sido muchos años de políticos y militares egoístas ansiando llegar a Miraflores y suficientes equivocaciones de aquellos que han querido ser líderes. Definitivamente quienes hoy “representan” a los venezolanos no cumplen con las características necesarias que debería tener la oposición, ante la situación que enfrenta el país. Los venezolanos que hoy conviven con la violencia, la escasez, la inflación, la censura y la falta de valores, necesitan un liderazgo que este a su altura. A la altura de un pueblo que busca rescatar la democracia. 

 

 

 

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