Izquierda arrepentida

Por Jorge Flores Riofrio

@floresriofrio

 

 

 

 

Martin Heidegger es sin duda uno de los más importantes e influyentes filósofos del siglo XX, merito que no logra tapar su oscuro paso por el Nacional Socialismo, ni le sirve de mucho a sus defensores quienes no pueden dejar a un lado sus discursos intelectuales pro nazismo, siendo rector de la Universidad de Friburgo. Por interés o por ideal, el gran intelectual alemán es parte de los culpables de la segunda guerra mundial y del genocidio Judío, no le cabía el argumento que le dio a uno de sus discípulos «Auswich era invisible» pues así como Herbert Marcuse le respondiera: «Para usted era visible», un hombre de su categoría debía ver desde lejos el ideal asesino de Hitler, líder del nazismo al cual defendió apasionadamente teniendo un cargo respaldado por ese partido.

 

Muchos intelectuales de izquierda cometieron en Venezuela el mismo pecado de Heidegger, apoyaron el chavismo con defensas, no sé si llamarlas ingenuas o interesadas, con las cuales quisieron hacer del pensamiento Chávez algo más allá que la mezcla de la ambición e ideas viejas, que daban como resultado una vulgar demagogia, para luego lavarse las manos y poner cara de que no se esperaban la manera con la que el difunto presidente manejó la política, la economía y la sociedad del país.

 

Hay demasiados chavistas arrepentidos que muestran hoy sus quejas en contra de Maduro y las últimas etapas del «comandante eterno», intentando justificarse ante la historia como por ejemplo Giordani, publicando artículos en Aporrea y dando entrevistas criticando la falsa ideología oficialista.

 

Dietrich, ¡tú también eres culpable! Miquilena ¡tú eres el creador y te escondes de tu monstruo! Chomsky tu que has denunciado la manipulación del capitalismo occidental   ¿No te ibas a dar cuenta que un militar golpista, sería capaz de acumular todo el poder sobre él? Chávez se convirtió en el portaviones de sus ambiciones y la personificación de sus ideales. Ustedes debían darse cuenta que la democracia en manos de Hugo Chávez sería una demagogia que se degradaría en tiranía.

 

«El infierno está lleno de buenas intenciones» dice un dicho famoso, puesto que muchos se hacen de la vista gorda al ver injusticias y males futuros. En nombre de sus intereses, sean «nobles» o innobles, le venden el alma al diablo para ganarle la partida a belcebú, sin darse cuenta que son la misma persona. El chavismo mostraba todas las facetas de una dictadura en construcción a lo Mussolini, desde el momento en que Chávez se levantó contra una democracia, ¿qué iba a venir luego del golpe del 92? ¿elecciones?

 

Ahora, intelectuales de izquierda, chavistas arrepentidos que miran las colas y el desastre económico, las violaciones a los principios democráticos y el desajuste social, no justifiquen su apoyo pasado al proceso con frases poéticas ni adornadas con amor a la nación, reconozcan que son responsables de la debacle del país. Miopes políticos, tan ingenuos y torpes, como el pueblo que afirmaron defender dándole el poder a una cuerda de ladrones antidemocráticos, que están saqueando a Venezuela antes de su caída.

 

La historia ya pondrá su dedo acusador en sus frentes, así como lo hizo, con la imagen ensombrecida del gran Heidegger, que se dejó llevar por sus idealismos y sus intereses políticos que le cobraron con su respetable nombre, su ingenuidad y pensamiento. 

 

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