Memoria de patas cortas

Por Jilmir Valera Hurtado

@Jilmir_Valera

 

 

 

 

Muchas veces tendemos a creer que solamente el estudio es el equivalente a una persona con principios, valores, solidaridad, responsabilidad y eficacia, y son reiteradas ocasiones donde la vida misma te demuestra que no depende solo del estudio para que la educación esté presente en un ser humano. Mucho de este arte nos lo demostró hace semanas el embajador de Venezuela ante la OEA: Roy Chaderton, quien con sus declaraciones demostró que la responsabilidad, educación y la prudencia son las principales virtudes que él carece y que no hay nada más hueco en este mundo que su cabeza o él en sí mismo.

 

Este preámbulo es sólo para poner ante la palestra lo irresponsable que se puede ser con ciertas declaraciones, y la importancia de la palabra en la política y en los cargos de representación nacional, regional o municipal. Es en Venezuela donde desde hace unos años para acá se ha venido presentando una especie de fenómeno -por no menospreciarlo- que demuestra la capacidad de tolerancia de algunos, de ceguera y sordera de otros, y de irresponsabilidad y poca hombría de algunos otros.

 

Desde hace más de dieciséis años hemos venido topándonos con personeros del régimen que olvidan la conexión que debe existir entre el cerebro, el cerebelo y la boca, como sistema de pensamiento y análisis antes de la emisión de comentarios. Escuchamos del padre del totalitarismo que hoy seguimos padeciendo – Hugo Chávez-  los mayores insultos de la historia  hacia aquel adversario que simplemente se atrevió a pensar. Hemos visto como el orden de la justicia es alterada y parece que en Venezuela: todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Hemos, como seres racionales, dejado nuestra capacidad de asombro a un lado y permitido la vulneración de nuestra dignidad humana. Hemos dejado tanto que ya nada ni nadie parece sorprendernos.

 

Es el régimen el que nos hace olvidar una aberración por la puesta ante la palestra pública de otra nueva aberración. Nos olvidamos de que el jefe del Cartel de los Soles es presuntamente el Presidente de nuestro poder legislativo con el encarcelamiento arbitrario del alcalde del área Metropolitana, Antonio Ledezma. Dejamos pasar lo de Ledezma con la activación del Sistema Marginal de Divisas y la inestabilidad del dólar. Olvidamos el dólar con el asesinato de un joven de catorce años en el estado Táchira. Nos olvidamos de la muerte del joven con la muerte del Sr. González en el Helicoide. Descuidamos las muertes por declaraciones bajas como las de Chaderton o lamentables como las de Torrealba; en fin, olvidamos a los chamos que están presos en «La tumba», olvidamos a todos los estudiantes presos, a los presos políticos, las persecuciones, las muertes de a diario y vivimos en un constante olvidar.

 

Ahora se nos presenta una nueva aberración: La Ley Habilitante y con ella la lucha contra Estados Unidos por la malinterpretación intencionada del régimen de las sanciones en contra de funcionarios corruptos y violadores de Derechos Humanos, además del abuso y adoctrinamiento de los niños venezolanos haciéndolos firmar y dibujar mensajes a favor del régimen actual. Ahora dejemos todo esto atrás por las primarias de la oposición y la lucha por conquistar la mayoría de curules de la Asamblea Nacional.

 

Evidenciamos en estos pocos ejemplos como pareciera que sufrimos, en política y ante la opinión pública una especia de Alzheimer. Vemos como la ciudadanía en sí misma, permite que se violen sus derechos, se cercenen sus libertades y como nos acostumbramos ante el abuso de poder y todo nos parece normal. Igualmente parece que el accionar de nuestra representación política es plenamente electoral, puesto que pasa de todo en el país, secuestran alcaldes, persiguen partidos y hasta se pide la ilegalidad de partidos tradicionales y no hay ni una mínima muestra de solidaridad al respecto pues la respuesta y solución ante todo esto son las elecciones parlamentarias.

 

Como estudiantes debemos reflexionar, retomar nuestra política universitaria en pro del país y luchar por su democracia.

Como ciudadanos debemos exigir respuestas, defender nuestra libertad y nuestros derechos y pronunciarnos ante tantas faltas.

Como venezolanos inmersos en la política debemos comprender que la lucha ante la opinión pública y del día a día puede darse de manera concurrente. Que todas las violaciones son viles y denunciables y que el recuperar la democracia de nuestro país, es tarea de todos.

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Guayoyo en Letras