Ahorro y libertad

Por Mario Guillermo Massone

@massone59

 

 

 

Cuando se está en modo de supervivencia, planificar se hace harto difícil. Hacer un presupuesto, por ejemplo, implica tener previsión de fondos, o sea, dinero bajo el colchón. Planificar, y, en base a ello, manejar un presupuesto, es lo racional. Lo razonable. Pero si los ingresos no nos alcanzan si quiera para satisfacer las necesidades que la biología nos impone, pues no pareciera lograble planificar ni presupuestar más allá de sobrevivir a como dé lugar.

 

Cuando una palabra desaparece del hablar vulgar y cotidiano de la gente de una sociedad, quiere decir que su significado ha perdido, por alguna razón, su importancia social o su existencia. La palabra ahorro es claramente una palabra en desuso en el hablar del venezolano. De hecho, esto lo he planteado en conversaciones con amistades. La reacción ha sido la risa. Ahorrar es una misión imposible o cuasi imposible en nuestro país. Ello es muy grave, ya que incluso los animales lo hacen. ¡Estamos peor que las ardillas!

 

En vez de ahorro, en estos días la gente se aprovisiona con lo que pueda y hasta donde le alcance. La gente se aprovisiona de alimentos. No es para acaparar, sino para sobrevivir. Porque las cosas empeoran cada día que pasa. No sabemos cómo será la semana que viene. Ni siquiera sabemos cómo será el día de mañana.

 

Vivimos en un estado de incertidumbre plena. En una plena incertidumbre. Tenemos la certeza de no saber sobre el futuro inmediato. Este no saber nos impide avanzar en más de un sentido, pues no se trata de un no saber filosófico, como la ignorancia socrática, sino de un no saber sobre lo humanamente razonable. Estamos en una especie de ignorancia social que obnubila nuestra racionalidad y autonomía.

 

El ahorro es una forma de racionalidad y una manera de ser autónomos. Vivir razonablemente es poder decidir sobre nuestro futuro y el de nuestras familias. Un proyecto de vida no pasa de ser proyecto, mera potencia, sin la capacidad de ahorrar. Cada vez nos alejamos más del horizonte de una vida plena. Ahorro y autonomía es libertad. Planificar cada quien su desarrollo es parte de esa libertad.

 

Para tener un futuro razonable y libre, es que nos debemos esforzar por salir de la plaga roja que ha destruido buena parte de nuestro patrimonio. De nuestro patrimonio económico como individuos, como familias y como nación. Pero, sobre todo y lo más grave, nuestro patrimonio cultural. Porque este gobierno representa la desdicha humana, el cambio pasa por la rehumanización de nuestras vidas. Es decir: vivir en libertad.

(Visited 46 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras